Salimos de la comisaría a un paso algo rápido. Los demás animales nos miraban muy extraño. Unos hasta dejaban lo que estaban haciendo solo para prestarle atención a Judy, que todavía seguía riéndose como una loca.
No sé qué le hacia tanta risa... Bueno, si sabía, pero no lo quería confirmar.
Después de un momento, calmó sus carcajadas a simples risitas menos audibles. Limpio con su pata los ojos de tanto que había llorado con su momento ristico.
(Nota: La palabra ristico creo que no existe :v, pero supongamos que Nick la creo para los lapsos en los que Judy se descontrola con sus risas.)
Caminamos unos minutos hasta que nos topamos con es establecimiento de malteadas. Era un lugar algo pequeño, pero ese lugar era muy reconocido por los deliciosos postres que daban y no podían faltar las malteadas que sabían deliciosas.
Siempre estaba abarrotado de animales. Presas y depredadores formaban una fila que daba hasta la otra calle. Nadie se perdía los martes de oferta en cualquier postre.
Pero, cómo soy un ser muy amigable y respetuoso con las demás especies de animales, tome del brazo a Judy y fuimos hasta el principio de la fila. Varios nos vieron algo enojados, otros simplemente bufaron y hubo uno que otro comentario referente a Judy. Yo simplemente los oía y cuando decían algo así, sin ser percibido, los pellizcaba a con mis garras.
Fuimos directo con el mamífero que estaba atendiendo la caja y pregunté por Pader Melanza.
Esperamos un momento hasta que un animal nos hizo entrar a otro lugar completamente diferente. Había neveras con mucho helado hasta llenar y un refrigerador grande en color gris metálico.
Pader se giró hacia mi cuando cerró la puerta y me dió un abrazo algo fuerte para mi gusto-. ¡Hace cuánto que no te veo, Nick! -Sonaba muy feliz al parecer por verme de nuevo.
-Oh, si. Yo también, Pad. -Le dije tratando de sonar amable y no sarcástico. Aunque bueno... Es como pedirle agua al desierto.
Se alejó un poco de mi y fijó su mirada en Judy—. ¿Es tu novia? —Preguntó con un brillo en sus ojos grandes y oscuros—. Al parecer, los mamíferos se están tomando muy en cuenta lo de formar familia con otras especies —Me miró y una sonrisa algo perversa salió a la luz—. ¿Y ya han tenido...
Lo interrumpí de golpe. No quería que Judy escuchará tanta suciedad salir de la boca de Pad.
—No venimos a hablar sobre eso, Pad. Venimos a que me cumplieran los favores que me debes con malteadas gratis. Es todo.
Judy me miró algo extrañada. Nunca le había platicado sobre Pad, pero la verdad es que no quería decirle. Nos conocimos de una manera algo extraña, así que por eso se lo oculte.
Pad lo pensó un momento y con un brillo malvado en sus ojos, nos observó a mí y a Judy por un momento hasta que empezó a hablar sin dejar de mirarnos.
—Por supuesto que sí, Don Rocks —Dijo con ese apodo que nunca me gustó—. Pero... Quiero que hagas algo a cambio. —Una pequeña sonrisa se levantaba al rededor del león.
De reojo ví que Judy estaba muy alterada. No sabía que rayos quería Pad. Pero oh vaya amigo mío, yo sí que sabía que era lo que me estaba pidiendo.
—Con este, serán muchos más los favores que me deberás. —Le respondí tratando de sonar firme con mis palabras.
—Si, si. Lo que tú digas, Rocks —Judy estaba muy alerta y su respiración ahora se encontraba descontrolada—. Ahora, haz lo que yo creo que ya sabes hacer.
Siempre que Pad me veía con una mamifera cualquiera, pensaba que yo estaba saliendo con ella, pero la verdad es que eran animales que me encontraba por ahí y las invitaba una malteada. Si, así nomás. ¿Por qué? La verdad ni yo lo sé, pero ahora lo hago de vez en cuando y bueno... No quería desaprovechar la oportunidad que tenía con Judy en este momento.
Mis patas inconscientemente fueron hasta su cara. Le acaricié un poco las mejillas y pude notar un ligero sonrojo que me hizo sonreír un poco. Lentamente, fui acercando mi rostro hacia el de ella y deposité un ligero, pero cálido beso en sus labios rosados.
La reacción de Judy fue más que obvia. Al principio no supo que decir, trató de ocultar su sonrojo que ya se alcanzaba a notar mejor y después me dió un puñetazo-cariñoso hacia mí hombro. Pad estaba algo confuso. Era la misma cara que ponía cuando sabía que algo no le había resultado, pero la cambio por una sonrisa ahora amigable.
—Vengan, aquí pueden pedir las malteadas que quieran. Es cortesía de la casa. —Dicho esto, nos dejó en una mesita de metal con dos sillas a los lados y una velita encendida que yacía en el centro de la mesa. Ayude a Judy a sentarse, aunque ella no pareció estar muy a gusto con esto y yo me senté el el otro extremo.
—¿Qué fue eso, Nick? Eso no estaba... ¿Planeado? —Dijo mi zanahorias mirando hacia otro lado en el que no sea mi cara.
—No te preocupes, Zanahorias —Le dije mientras pensaba que sabor de malteada pedir—. Es una costumbre algo rara que tenemos.
Llegó un mesero y tomo nota de lo que íbamos a pedir. Yo quise una malteada de moras y Judy pidió una de zanahorias. El chico se despidió y nos dijo que no iba a tardar nuestro pedido.
—Zanahorias... ¿No estás enojada? —Pregunté algo temeroso.
—Si no contamos el beso que me diste frente a tu amigo ese, no. —Respondió enojada. Nunca lo podía ocultar fácilmente.
Desde ahí, nadie dijo ni mencionó ninguna palabra, solo se oían las batidoras sonar y los cuchillos cortar frutas.
Fue un silencio algo incómodo, hasta que llegó la persona que no quería ver de nuevo.
—Oh, ¿ustedes también vienen a la zona privada? —Dijo Jack Savage desde el marco de la puerta, mientras se arreglaba un lado de la manga de su saco.
ESTÁS LEYENDO
Zanahorias, me encantas
Фанфик»Una historia del shipp Nicudy uwu« Judy... ¿Por qué tiene que ser todo difícil y simplemente podemos estar juntos? Dime... ¿Por qué? A veces pienso que todos mis esfuerzos para alcanzarte se irán por el caño. Nota: algunos sucesos de la historia se...