Capítulo V

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-¿Está todo listo? -Pregunté por el reloj mientras veía salir a Nick y a Judy del lugar en el que hace unos momentos estábamos juntos.

-Si, solamente estamos alistando unas cosas. Nada grave, jefe -Respondió la vulpina desde el otro lado de la llamada.

-Mmm... ¿Cuerdas? ¿Botiquines? ¿Casilleros? -Dije algo dudoso, ya que estás pruebas corrían bajo mi responsabilidad. Cualquier fallo sería una catástrofe-. ¿Segura que...

-Ya te dije que si, Jack -Me interrumpió y después de un pequeño silencio, siguió hablando-. Esto lo llevamos planeando desde hace semanas, ¿Okey? No va a pasar nada.

-Bueno. En unos momentos salgo para allá -Antes de colgar la llamada, dije una última cosa-. Gracias, Skye.

-De nada.

~~~

¿Agua? Listo

¿Ropa deportiva? Listo

¿Comida? Listo

¿Mochila para todas las cosas? Listo

¿Toalla? Listo

¿Ver a zanahorias? Listo

Al parecer ya tenía todo hecho, así que fui al baño del departamento de Judy para darme una ducha antes de las pruebas.

Se oía ruido desde el otro lado de la puerta. Ya sabía lo que había adentro, pero aún así abrí la puerta para encontrarme con Judy terminando de acomodarse el uniforme que traía puesto.

-Oye zanahorias, ¿No crees que es mejor que uses algo más deportivo? -Cuestioné. Esa ropa era cómoda, pero era más cómodo llevar algo para la ocasión.

Se sobresaltó al escucharme y dirigió su mirada hacia mí. Sus mejillas estaban algo sonrojadas y después de unos segundos, se percató de mi pregunta.

-Ya lo sé. Por eso me llevaré el otro cambio en mi bolsa. No quiero andar con ropa así en calle pública -Dijo con las mejillas aún color escarlata.

Mucho mejor -Pensé dentro de mi.

-Oh, está bien.

Salió del baño secándose la cabeza y entre al lugar. Abrí la llave del agua y mientras esperaba a que estuviera en la temperatura perfecta, empecé a despojarme del uniforme de la comisaría. Después fui a checar el agua y, al ver que estaba perfecta, decidí meterme a la ducha.

Agarre un poco de shampoo y lo empecé a aplicar por todo mi pelaje. Traté de no tardarme tanto, ya que casi llegaba la hora.

Cuando terminé de darme la ducha más rápida que he hecho, procedi a vestirme con el cambio deportivo que había traído. Constaba de unos pantalones holgados color azul Mora y una camisa sin manga color verde limón. Una combinación algo extraña, pero me daba igual. Era cómodo.

Salí del baño y colgué la toalla en un perchero que tenía a un lado. Verifiqué la hora y efectivamente, faltaban 10 minutos para que empezaran las dichosas pruebas.

—¿Nos vamos? —Le pregunté a Judy mientras guardaba una botella congelada de agua.

—Si. —Tomó su mochila y salimos de su departamento.

~~~

Llegamos a tiempo. Ya habían muchos animales haciendo estiramientos desde ahora. A un lado del escenario improvisado que pusieron en la mañana, se veía una mesa con vasitos llenos de líquidos verdes y rojos. A lo mejor era bebida energizante, pero no me quería arriesgar.

Fuimos hacia donde estaba Garraza. Se encontraba checando varias hojas en su escritorio y con un lápiz iba tachando números y letras.

—¿Qué haces? —Judy preguntó lo mismo que estaba pensando en ese momento.

—¿Eh? —Nos miró algo desorientado y después capto la pregunta—. Ah, ¿esto? Son los oficiales que no van a asistir a las pruebas de hoy.

Siguió checando los papeles y engrapando fotografías de oficiales que trabajaban en la comisaría.

—Oh —Fue todo lo que dije, ya que había llegado la hora.

Todos los animales se empezaron a reunir de nuevo frente al escenario, dónde ya estaba Jack.

—Muy bien oficiales. Ya llegó la hora de las pruebas. Síganme —Dijo para caminar hacia fuera de la comisaría. Al principio todos empezamos a seguirlo, pero después se detuvo muy de repente.

—La primera prueba empieza ahora. —Dicho esto se subió al helicóptero en el que había llegado y este se empezó a elevar mientras se iba.

—¿Qué fue eso?

—¿Acaso fue todo una mentira?

—Exijo que se baje de ese helicóptero.

Muchos animales empezaron a protestar hasta qué...

—Debemos de seguirlo. —Judy habló por encima de las voces de los mamíferos con un semblante pensativo.

—¿Segura? Tal vez fue una broma de mal gusto.

—No. Ella está en lo cierto. Y si no nos damos prisa, no sabremos a donde llegar. —Esta vez fui yo quien habló. Judy me miró agradecida por apoyarla.

—¿Qué esperan? ¡Vamos! —Dijo un tigre desde atrás y en menos de lo que me esperaba, todos íbamos corriendo tras el helicóptero.

Zanahorias, me encantasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora