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Me quedé mirando un buen rato el cuerpo inerte sobre el suelo

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Me quedé mirando un buen rato el cuerpo inerte sobre el suelo. Estaba en shock, siempre quedaba en shock luego de quitar una vida.

Aunque no era exactamente una vida cuando se trataba de un vampiro, pero igual. Era lo mismo, o similar. Excepto que el tal Evan Ackles había dicho todo lo que quería saber y más, pero no lo suficientemente rápido para ser merecedor de misericordia. Y lo mejor, se podía agradecer a TaeHyung y a los suyos por esta mano de justicia infligida. Ackles era una escoria hasta para su propia raza y no dejar rastro alguno de que fui yo quien se había encargado en realidad de ese miserable vampiro, era lo mejor por el momento. No es como si a TaeHyung no lo precediera su fama de dhampir. Él ya había estado preguntando por Evan, habían matado a todos los de su nido por lo que una mancha más al tigre no le haría ningún cambio. O una condecoración más al dhampir no lo haría más o menos engreído.

Pero sabiendo lo que sabía ahora, ya no podía seguir perdiendo tiempo. Yo solo, por más fuerte que sea ahora, no podría hacer nada en un futuro si no tenía respaldo, si no lo tenía a él conmigo. Era más probable que fuera secuestrado otra vez a tener posible éxito en la misión. Ya no podía seguir como un llanero solitario arrastrado conmigo a un humano débil y bastante dependiente.

Pero no, aún tengo un poco de humanidad. No iba a abandonar a Jimin, lo protegería, se lo había prometido a él y a mí mismo. A Jimin no, no necesitaba prometerle nada a un humano que probablemente viviría de ilusiones por sí solo sin necesidad de que yo las alimentará. Y era muy bueno con las computadoras y con algunos inventos que servían de armas y que fueron de ayuda para mí fuera de mi propia fuerza antinatural.  Jimin siempre era una extraña cajita de sorpresas.

Jimin valía, se había ganado su lugar más allá de alimentarme en ocasiones y abrirse de piernas para mí en otras. Nunca ambas al mismo tiempo, nosotros no teníamos ese tipo de intimidad y conexión. O me alimentaba o se dejaba follar.

Jimin era bueno con muchas cosas, pero nunca admitiría en voz alta que le tenía cierto aprecio.

Cuando volvía al hotel donde le había ordenado a que esperara por mí, al abrir la puerta me recibía con un abrazo dramático inesperado. Me tomaba totalmente con la guardia baja y sólo podía quedarme quieto mientras su pequeña figura estaba metida contra mi pecho y sus brazos rodeaban mi cintura.

Lo deje quedarse un momento ahí porque él, extrañamente lo necesitaba, al parecer.

— ¿Qué haces? —pregunté secamente.

—Me preocupaste, pedazo de imbécil —decía con su voz amortiguada por mi pecho. No podía ver su rostro, pero estaba seguro como el infierno que el gatito grande estaba haciendo un puchero.

— ¿Acaso creíste que iba a matarme? —solté secamente.

"Mmhp" soltaba bajo, moviendo su cabeza en un asentimiento.

—Los buscas cada vez más grandes... Ese tipo era una bestia, Jin —susurraba.

Apretando mis dientes me llegaba en oleadas su jodida preocupación. Podía sentirlo en todo su cuerpo. La preocupación y el alivio, a la vez la irritación porque probablemente pensará que soy un cabeza dura. Sé que lo hace, Jimin me lo había dicho muchas veces ya.

ASHES #3 K. Sj × K. Th [Finalizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora