Tortura Arcana

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"¡¿TaeHyung?! ¡TaeHyung, responde!" Sus ojos se abrían y cerraban, casi en blanco, como si estuviera intentando no desvanecerse, mientras que yo lo sostenía y llamaba su nonbre con desesperación, hasta que escuchaba el sonido de unos tacones

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"¡¿TaeHyung?! ¡TaeHyung, responde!" Sus ojos se abrían y cerraban, casi en blanco, como si estuviera intentando no desvanecerse, mientras que yo lo sostenía y llamaba su nonbre con desesperación, hasta que escuchaba el sonido de unos tacones. El eco de mis palabras se perdía en el silencio de la habitación.

Raina Adanson estaba de pie frente a mí, sus ojos negros penetrantes como la noche. Hasta ahora, su nombre era todo lo que yo sabía de ella. Físicamente, poco se hablaba de su hermosa piel oscura, su cabello negro rizado y sus labios con una sonrisa sardónica pintada en su rostro simétrico. Pero había algo más, algo que trascendía lo visible, algo que se susurraba en los pasillos oscuros y se ocultaba en las sombras.

"Es tan elegante como letal", decían los rumores. Elegante, sí, como una danza prohibida en la penumbra. Sus movimientos eran fluidos, gráciles, como si flotara sobre el suelo. Pero también era letal, como una hoja afilada que corta sin piedad. No había bondad en sus ojos, solo determinación.

La vi estudiarme una vez más con su mirada penetrante, su figura esbelta y misteriosa. No llevaba armas visibles, pero su presencia era suficiente para hacer que mi presión se desequilibrara. ¿Qué era ella? ¿Una aliada o una enemiga? No podía estar seguro.

— Raina Adanson —murmuré, probando su nombre en mis labios—. ¿Qué le hiciste? —dije intentando mantener la calma.

—Tu dhampir se encuentra bien —decía con su voz aterciopelada—. No es de mis personas favoritas, pero no tengo intenciones de hacerle daño. A pesar de que todavía no cumple su parte del trato anterior —exclamó entre dientes mirándome fijo.

—Se suponía que ambos estaríamos siendo noquedos o al menos torturados de antemano al entrar aquí —susurré sin dejar de mirar a TaeHyung.

Ella se acercaba a mí y se inclinaba a mi altura—. Me resultas interesante —decía viéndome con suma atención y en detalle. Luego su mano alcanzaba mi rostro y quitaba un mechón de pelo para verme—. Es  fascinante tener uno de tu especie frente a mí —su mirada era tan intensa como escalofriante.

Sus ojos negros abiertos de par en par, hasta que notaba que dos hombres se materializaban a mi lado y me ponía tenso, en guardia. Raina se enderazaba y suspiraba:

—Tranquilo. Ellos llevarán a TaeHyung a su respectiva habitación y tú vendrás conmigo —ordenaba, caminando ya hacia una de las dos puertas.

Interiormente sabía que tenía que seguirla, pero cuando uno de los tipos tironeaba de mí queriendo alejarme de TaeHyung, no pude evitar que la bestia en mi interior decidiera gruñir en su dirección con colmillos y todo.

— Tranquilo, cariño —decía Raina, aún dándome las espalda—. No le harán nada que ese dhampir testarudo y arrogante no pueda tolerar.

Con la ansiedad creciendo en mí, pensaba que hubiera sido mejor traer a alguien más porque ahora me estaba costando trabajo soltar a TaeHyung.

ASHES #3 K. Sj × K. Th [Finalizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora