Parte 3

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Narra Catherine

Paseaba por los pasillos de la ópera mientras pensaba en todas las cosas que la pequeña Meg y las demás me habían contado. ¿Cómo Christine podía estar tan cerca de un hombre así? Aunque quizás pueda ser solo un mal entendido, y que aquel señor, Joseph Buquet se había suicidado, no puedo opinar mucho ya que no lo conocí.

Pasaba por el frente de todas las entradas de los palcos, hasta que me detuve en ese. . . El palco número 5, donde esta mañana estaba el Fantasma de la Ópera. Decidí entrar a esa pequeña habitación, todo era normal, las sillas elegantes, las cortinas, el espejo, ese palco tenía una vista espectacular. Me senté a contemplar el escenario mientras suspiraba de cansancio.

Ese sueño que había tenido anoche me dejó pensando, la voz de un hombre extraño que me decía constantemente que debía bajar, pero, ¿bajar a dónde?, ¿A los sótanos? . . . No me atrevía, muchas personas decían que aquellos que bajan nunca volvían con vida y aunque yo sea muy valiente no arriesgaría mi vida por un capricho.

Seguía mirando al rededor, admirando la belleza del lugar hasta que escuché que alguien carraspeó. Me levanté rápidamente y miré a todos lados, pero no había nadie.

- ¿Quién está ahí? - Dije, pero luego pensé que quizás solo fue mi imaginación. Suspiré y volví a mi asiento. - Solo es mi imaginación. - Traté de relajarme, pero nuevamente escuché otro carraspeo acompañado de un:

-Disculpe, señorita, pero este es mi palco. - Dijo una voz masculina que por cierto sonaba muy elegante. -Está reservado exclusivamente para mí. - Miré hacia atrás, pero ¡No había nadie!, un escalofrió recorrió todo cuerpo, pero traté de disimularlo, respondí algo nerviosa:

-Pero si hoy no hay ninguna función, señor. - Apoyé mis manos sobre mis piernas, había empezado a temblar. -No creo que le afecte que yo esté aquí para pasar el rato, ¿no? - Hubo un silencio, el silencio más largo de mi vida.

- ¿Eres nueva?, ¿no?, hoy te vi bailando en el escenario. - Sentí terror, ¡Era él! No hubo nadie más que el viendo el ensayo. Salte de un golpe y salí corriendo de aquel palco sin decir una sola palabra. No había absolutamente nadie en el pasillo. Quedé a unos metros frente a la puerta.

¿Realmente había hablado con él? Tenía una sensación tan extraña

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¿Realmente había hablado con él? Tenía una sensación tan extraña. . . No me imaginé que me pasaría algo así, me tomó por sorpresa. Me había espantado, pero a la vez me divirtió, este iba a ser mi juego de detectives, solo para mí.

Narrador Omnisciente.

Catherine se dirigió al camerino de Christine, ella estaba decidida, iba a interrogarla, necesitaba saber que pasaba con todo este asunto. Golpeo la puerta ansiosa, Christine le abrió de inmediato y la hizo pasar, me miró confusa.

- ¿Qué necesitas Catherine? - Me asesore de que no haya nadie más que nosotras.

-Necesito que me respondas algunas preguntas. . . ¿Puedes? - Le dije con una sonrisa.

- ¿Qué clase de preguntas? -.

- ¿Cuál fue la razón de tu desaparición? - Le dije apenas preguntó ella. - ¿Por qué no dices nada al respecto? - Mi sonrisa se borró por completo.

-No hay ninguna razón, solo tuve un inconveniente...- Dijo ella un poco nerviosa, su mirada evitaba la mía.

-No lo creo, apenas había ocurrido el accidente del candelabro tu desapareciste como ¡Por arte de magia!, Y en tu casa no estuviste. Luego te presentaste como si nada- Me acerque a ella, mi mirada no se apartó ni por un instante de ella. - Aunque tu mirada ya no es la misma, veo temor.

- ¡No es nada, no puedo decirte nada! - De un momento a otro Christine se puso nerviosa, tensa, como si alguien la estuviera atemorizando en esa habitación- ¡Vete por favor!

- ¡No me voy a ir!, ¿Acaso El fantasma de la Ópera tiene que ver en esto?, ¿Él causó el accidente? - Christine estaba pálida y temblaba. - Yo lo vi, yo vi cuando estaba en el Palco número 5 está mañana, yo sé que él es tu Ángel de la música.

Ella me miró espantada y dijo:

- ¡No! Basta, ¡No quiero hablar más! - Me tomó fuertemente de los brazos y me sacó del camerino. Cerró la puerta con fuerza.

- ¿Christine?... Perdón, solo quiero saber que sucede. Se que quizás estás asustada...- Ella no respondió, estuve unos minutos parada en la puerta hasta que decidí dejarla en paz, no entendía como pudo ponerse tan nerviosa y atemorizada de un momento a otro. ¿Que había visto?, ¿Acaso fui yo? Suspiré y fui a las habitaciones.

- ¡Cathy! ¿A dónde te habías metido? Hace rato no te veíamos -Dijo la dulce Meg, quién corrió a abrazarme-

-Solo estuve dando unas vueltas por la ópera, necesitaba "explorar"-Sonreí-.

-Nos hubiera invitado...- dijo y se fue ofendida a dónde estaban las demás, yo fui a acostarme a mi cama, aunque no era de noche aún. Estaba cansada y confundida.


Quizás Raúl pueda ayudarme, él tiene una relación cercana con Christine al parecer. Pero hoy no se encuentra...

Me acordé de la voz en el palco número 5, Él era el fantasma... O eso creo, aunque mi sangre se haya helado del susto no podía negar que su voz era suave y Angelical, como la de un ángel, de la música. Ahora entendía lo que había escuchado la noche anterior, por eso se hacía llamar "El ángel de la música" frente a ella, quizás para no atemorizarla.
Aunque pareciera que no funciona, Christine se veía muy asustada, ella está rendida a sus pies por miedo, ¡Por eso no quiere hablar!, Teme que ocurra algo malo, si él es el rey de las desgracias.

Al fin mi cabeza estaba pensando un poco. Cerré mis ojos lentamente hasta quedarme dormida.

Hablaré con Raúl cuando esté aquí...


El Fantasma de la Ópera GarnierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora