Parte 8

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Narrador omnisciente

Catherine estaba buscando la negación en aquel suceso realmente terrible, ella quería creer que "Erik", podría ser un buen hombre, y que tenía la culpa de haberse metido en un lugar que no le pertenecía. Pero, a la vez tenía miedo de que algo malo le suceda, de que se entere de que no es amiga de su Christine y valla en busca de Cathy para matarla.

¿Era bueno o malo?, en mi opinión, él era realmente un monstruo, no por su pobre rostro, sino por las demás atrocidades que hizo en el pasado, él tenía un gran gusto por estrangular a sus víctimas, o meterlas en su cámara de los suplicios. Cosa que verán más adelante de la historia.

Este día la profesora de las bailarinas levantó a todas a las 5 de la mañana, ya que ese día iba a ser muy especial, Christine iba a cantar oficialmente frente al público, aunque ella realmente se veía nerviosa, estaba muy atenta a todos los movimientos desde las personas que le hablaban y en especial Raúl.

En el medio día todos corrían de aquí para allá, preparaban el escenario, los vestuarios y Catherine y sus compañeras se ponían sus trajes de ballet color negro, la gente de alto rango llegaba y subía por las elegantes escaleras, y claro, no falta que vayan presumiendo esos atuendos tan caros.

-Y esa joven... ¡Christine! - Dijo haciendo un esfuerzo por recordar el nombre de la chica. - ¿Realmente tiene tanto talento como dicen? - Era un dueño de una empresa de telas, estaba hablando con los dueños de la Ópera, los señores Richard y Moncharmin, ellos tomaban una copa de vino Chardonnay.

-Oh, si si, ¡Es una muchachita con la voz de un ángel! - Dijo el señor Moncharmin mientras se revolvía su bigote blanco.

-Seguro ganaremos mucho con ella. - Agregó Richard emocionado, ya se imaginaba con las manos llenas de dinero. - ¡Será un éxito! -

Pasó media hora cuando la gente ya se acomodó en sus asientos listos para ver la obra, todo iba bastante bien, Christine cantaba muy excelente y a la gente parecía gustarle. La Carlota estaba allí y era obvio que no le gustaba para nada que la joven estuviera en el escenario en su lugar.

- ¡Yo podría hacerlo mucho mejor!, le falta gracia. - Que envidia que le tenía.

Narra Catherine.

Cuando aparecimos en el escenario la gente aplaudía, estaba contenta ya que todo iba bien. Christine cantaba con devoción y la gente la miraba encantada, realmente estaba siendo un éxito y eso le aseguraba tener más participación en la ópera. Yo constantemente dirigía mi mirada al famoso palco con la esperanza de verlo a él, pero hasta ahora no había nada.

Pasó alrededor de una hora cuando mientras llevábamos a cabo el acto todo se puso oscuro, la gente se asustó y hubo silencio por unos segundos, mis compañeras se preguntan entre sí que había ocurrido y los señores Richard y Moncharmin no se encontraban allí por razones desconocidas. De la nada se escuchó un grito en el escenario... ¡Era Christine! La luz volvió y ella ya no estaba, había desaparecido nuevamente y yo ya suponía a dónde había ido o quién la había llevado.

Erik.

Yo estaba con mis compañeras tratando de consolarlas junto a Nadia, ya que éramos las mayores, ellas gritaban constantemente:

- ¡Fue el fantasma!, ¡Lo vimos!, ¡Sus ojos rojos! - Estaban aterrorizadas, yo solo abrazaba a las más pequeñas.

-Tranquilas chicas... Voy a averiguar qué pasó- Miré a Nadia y le dije- necesito que las lleves al camerino y las calmes, yo voy a ver qué puedo hacer. -

- ¿Tú?, ¿Acaso sabes algo, Cathy? - Ella me miraba confundida.

-Luego te explico- le respondí para luego irme por detrás del escenario, allí estaba Raúl, me acerqué a él.

- ¡Raúl!, ¡Se la ha llevado!, ¡Tenemos que buscar la manera de bajar! - Él asintió.

-Ya mandé a alguien para que llame a la policía. ¡Él sabía que hoy me la llevaría! - La mirada del pobre Raúl estaba llena de angustia, se notaba a primera vista que él la amaba muchísimo.

-Necesitamos a alguien que conozca los sótanos, descubrí que hay lugares secretos por los que él sale- Suspiré y pensé. - ¿Usted conoce al Persa? -

- ¿El Persa?, e oído hablar de él, ¿Que tiene que ver con esto? - Estaba ansioso, no quería perder el tiempo.

-Cuando llegué aquí lo conocí, él me dijo que conoce muy bien este lugar. ¡Quizás él sepa cómo llegar a los sótanos sin que Erik nos atrape! - Él me miró con esperanza, ya teníamos a quién pedirle ayuda.

Luego de unos minutos la policía ya había llegado y la gente se fue confundida y molesta por lo sucedido.

⚰️


-Repítame... Conde Chagny, ¿Que quién se la llevó? - El policía trataba de pensar en lo que el pobre Raúl y yo le dijimos.

- ¡Ya le expliqué!, ¡El fantasma de la ópera se la ha llevado!, ¡Su nombre real es Erik- Yo solo asentía constantemente mientras miraba al oficial.

-Él dice la verdad señor, ¡Es un hombre que vive bajo los sótanos! - El policía empezaba a dudar de nuestra salud mental.

-Si bueno, voy a tener que interrogar a los encargados de la ópera, ¿Ellos están informados? -

-No lo sé, señor, ellos luego del inicio no se han visto- Le dije. -Se veían de muy mal humor luego de que Christine empezara a cantar-

El policía se fue en busca los señores Richard y Moncharmin.

Raúl había mandado a alguien para que buscase al Persa, teníamos la esperanza de que él sepa algo de lo sótanos. Él había llegado con rapidez hasta nosotros.

-Vine al instante en cuanto me avisaron, yo puedo ayudarlos- Dijo el hombre mayor mientras se llevaba a Raúl, yo iba a ir tras ellos, pero el Persa me dijo que me quede, yo me senté en una silla que estaba cerca para esperar alguna noticia.

Raúl y el Persa.

-Tendremos que bajar a las profundidades de la ópera para salvar a Christine. Yo sabía que algo como esto pasaría. - Dijo con un tono de lastima, Raúl lo miró exaltado.

- ¿Usted sabía sobre Christine y él? - el Persa evadió su pregunta y dijo:

-Tendremos que llevar armas, no sabemos lo que nos podemos encontrar, Erik tiene muchas trampas, al igual que entradas ocultas- Los dos hombres se encontraban en el camerino de Christine Daeé, el Persa le había dado una pistola a Erik y el también cargaba una. Se acercó al gran espejo que estaba allí pegado a la pared y empezó a mirar alrededor de este. -Si no me equivoco, este espejo es una entrada, solo necesito encontrar algún resorte que lo abra. - Toqueteaba el espejo.

- ¿Está seguro?, No creo que sea posible...- Dijo Erik dudoso mientras miraba el arma que le dio.

-Confíe en mí, muchacho. - Estaba realmente concentrado en el espejo, hasta que encontró algo que parece ser la llave que abriría la puerta secreta. - ¡Póngase cerca de mí!, ¡Rápido! - Raúl le hizo caso y al estar junto a él presionó un resorte, el espejo dio vuelta empujando a ambos hacia una oscuridad, más adelante había una antorcha.

-Creí que no funcionaría...- Dijo Raúl mientras se levantaba y ayudaba a pararse al Persa.

-Conozco muchos secretos del Fantasma... También tengo la culpa de que todo esto pase- Su mirada era de tristeza. -Yo le salvé la vida hace muchos años, aunque sabía que era un monstruo... Ahora sigue haciendo y deshaciendo de las suyas. No estoy orgulloso de eso.

Pobre Persa, realmente lucía arrepentido, Raúl no quiso preguntar nada ya que perdían tiempo.

-Vamos, debemos llegar hasta Christine- Raúl iba detrás del Persa.

-Bien, ponga el arma a la altura de su barbilla- Le advirtió.

¿Por qué el persa conoce sus secretos?

¿De qué lo salvó?

El Fantasma de la Ópera GarnierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora