Camiones de transporte de personal van y vienen. Bajan cincuenta oficiales y se van cien. Todos a partes distintas de la ciudad. Hay protestas en los bulevares, edificios gubernamentales y plazas.
"¡Tirano!" gritaban desde las aceras.
—Por estas cosas —declamaba Manuel Ventura en el parque central, lugar escogido como núcleo de los movimientos Libertadores a nivel nacional. En una tarima frente a la estatua ecuestre de Francisco Morazán lanzaba su sombrero el bigotón anárquico—, es que yo estoy aquí, mi gente. Queremos la liberación de nuestro país. ¡Ya no más!
"¡Ya no más!"
»¡Ya no más!
"¡Ya no más!"
»En dos semanas, el pueblo ganará ¡Porque el pueblo unido!...
"¡jamás será vencido!"
Lanzaban fuegos artificiales hasta que llegaba el COAP a controlar la situación. De ahí pasaban a piedras y molotovs.
—¡Inspector!
La barrera de agentes con sus escudos y toletes miraban de reojo a su Inspector, herido por una pedrada en la frente.
—Estoy bien —murmuró—, estoy bien. ¡No dejen de empujar!
Entre el gas y con las máscaras empañadas por sus profusas respiraciones, algunos agentes caían en brava pelea con pandilleros infiltrados en los movimientos.
—¿¡Han visto a Martínez!?
—¡No! ¡Cuidado!
Rápidamente se acudió a los golpes. Las cisternas chorreaban el agua a presión y de su parte inferior salía gas lacrimógeno.
—¡Gaseen a esos hijos de puta!
—¡Adelante!
La barrera salió de entre el humo. Con paso firme golpeaban sus escudos usando el tolete y disparaban las latas grises como si no hubiera un mañana.
"¡Vencer o morir! ¡Vencer o morir!"
Detrás de los veinte se alzaba el enorme camión cisterna con su puente de luces cegando a los protestantes.
"¡Lame botas!", "¡Chepos basura!"
En la Dirección la tensión no era diferente.
—Hoy es un día triste para Honduras —la televisión, así como Manfredo la observaba en ese instante, era rodeada por la gente en restaurantes y plazas. Lithuan hablaba amenazantemente—. El terrorismo izquierdista ha decidido tomar todo el país con sus garras. Muchos están muriendo y nuestras autoridades policiales tratan de hacer lo posible por controlar la situación, mas todos sabemos que eso solo hará todo peor. Por ello, pueblo hondureño, reafirmo mi decisión de poner toda la fuerza posible con tal de suprimir estos levantamientos rebeldes que solo buscan el daño de nuestra nación. Gavilanes y demás fuerzas militares se han complementado con el COAP para lidiar con esto. Espero puedan comprender. Es mi deseo que este proceso electoral sea pacífico, e invito a mis colegas nacionalistas a no ser como esos que solo dañan al país con fuego-
El televisor fue apagado. Raúl, en vez de permanecer acostado en el sillón, estaba sentado a la orilla de éste mientras Manfredo se mordía las uñas.
—Maldición— dijo después de un rato.
—¿Qué opinás?
—No sé, Enzo. Es complicado. Debo seguir enviando a mis hombres allá afuera. No importa el motivo, este es el deber...

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La Garza Negra
ActionCuando la policía se rebeló en contra del gobierno... Este drama policial relata la vida de Raúl Mejía, hijo del Comisionado de Policía y director de Fuerzas Especiales, Manfredo Mejía, quien lleva a sus hombres a una huelga contra las imposiciones...