Sexto Amanecer

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⊰⁠ ⊹ Estoy contigo ⊰⁠ ⊹

Narrador Omnisciente:

Tras aquellos dos grandes eventos que Auron vivió, su nivel de estrés y confusión solo crecieron, a tal punto que pensó en escribirle a su hermano para que fuera a por el, tal y como le prometió al partir, sin embrago, no atrevió a pedirlo en sus cartas y es que ¿Cómo le decía que el mundo aristócrata era mas de lo que podía manejar?

Se supone que acepto ser uno más del harem por sus hermanos, por su reino, por su pueblo, debía aguantar todos estos nuevos sentimientos y vivencias por ellos, debe ser un Omega fuerte, tal y como su madre se lo enseño antes de morir, no por ser Omega era débil, su segundo sexo no era ningún impedimento para nada.

Gracias a aquellas enseñanzas, Auron estaba dispuesto a aguantar mucho más tiempo, por lo menos hasta que Luzu escogiera una reina y tuviera a su primer hijo, de esta manera el podría pasar a segundo plano y con suerte solicitar su libertad.

Y a pesar de que tenía eso en mente y tratando de dejar de lado el tema de que estuvo conviviendo con un Luzu totalmente distinto al que se le presentaba ahora y de qué sabía que debía ignorar a las demás Omegas, aún así, a veces el estrés le sobre pasaba y tenía que salir a desestresarse, justo como ahora, que estaba en uno de los tantos jardines del palacio de las Omegas.

– ¿Le gustan las flores? Mi príncipe – Comento el beta pelirrojo con una sonrisa al notar como Auron paraba para observarlas.

Auron le dio una sonrisa, asintiendo con la cabeza – Me gustan, tal vez sea por mi lobo, pero todo lo relacionado con el bosque, la naturaleza y la noche me llaman –

Biyin quien obviamente estaba a su lado ladeó la cabeza, mirándolo con cariño – Puede que eso sea influencia de la sangre de la diosa Selene – "La diosa Selene" ese era el otro nombre que se le daba a la diosa Luna.

Auron está vez miro a la Beta con curiosidad, había escuchado muchas cosas entorno a su lobo, pero no sobre su linaje – ¿Por la diosa? –

Biyin asintió con la cabeza – Alguna vez, en uno de mis tantos viajes, me mencionaron una leyenda, que los hijos de la Luna, no solo heredaron la capacidad de cambiar con su otro yo, si no que también los lleno de otras bendiciones, como su sabiduría y sus instintos –

El moreno hizo un ruido con la boca, mientras estuvo en casa, nadie le había mencionado algo como eso, seguro aquellas leyendas surgían por los momentos de gloria que su reino tuvo antes, esos cuando el país de las nubes se conocía por ser guerreros natos, capaces de vencer hasta el más grande dragón.

– Seguro hace unos años así fue, pero ahora, no lo creo, no siento conexión alguna con la diosa, fuera de los instintos de mi lobo – Comento con los brazos cruzados u la cabeza un tanto ladeada.

Biyin dejo salir una risa – Bueno, solo es una leyenda, puede que incluso sea solo un rumor muy viejo, no tiene por qué buscarle lógica –

Auron le devolvió la sonrisa, aún que está no pudo durar por mucho más tiempo, alguien más se les unió – ¡Lobo! ¿Enserio? Impresionante – Grito una voz un poco más joven.

Los tres chicos presentes comenzaron a mirar por todas partes ¿De dónde venía aquella voz? Fue hasta que Perxita miro hacia arriba que se encontró con un chico un tanto peculiar.

– A... El príncipe Axozer – Comento el moreno.

Tan pronto dijo eso, los tres cayeron en cuenta que el príncipe estaba arriba de un árbol y peor aún los había escuchado todo el tiempo.

El Consorte Real ||Omegaverse Luzuplay||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora