El Consorte Real ||Omegaverse Luzuplay||

Onceavo Amanecer

⊰⁠ ⊹ Pueblo ⊰⁠ ⊹

Narrador Omnisciente:

– Es una completa locura – Comento el noble de lentes.

El Omega moreno de ojos bicolor, alzó una ceja para después sacudir la cabeza – Fuiste tú quien me dijo que debía intentar llevarme bien con la familia real –

Juan rodó los ojos – Se lo que dije, pero lo que trataba de decirte era que hablaras con ellos, te acercaras más –

– Oh ¿Y llevarle un regalo al príncipe en su cumpleaños no es una forma de hacerlo? – Comento mientras tomaba asiento frente al tocador, pronto Biyin se acercó a peinarlo.

El de lentes nuevamente sacudió la cabeza – ¿No puedes mandar a alguien a que vaya por el regalo? Es peligroso que salgas al pueblo –

Auron sonrió y de uno de los cajones del tocador saco un papel – Tengo el permiso del rey, puedo salir al pueblo – Movió aquel documento de un lado a otro, manteniendo su sonrisa.

Juan abrió la boca, pero Perxita puso una mano en su hombro mientras negaba con la cabeza, él conocía mejor que nadie a Auron y sabía que por más que intentarán persuadirlo, no lograrían nada.

– Solo ... Déjalo, Biyin y yo iremos con él, lo cuidaremos – Comento con una voz tranquila.

– ¿Y qué hay si se encuentran con Alfas? Esta prohibido que un Omega del Harem se reúna con uno –

Biyin quién había terminado de peinar a su príncipe, puso sus manos en la cintura – No se preocupe por eso, yo iré con ellos, no importa a donde vayamos, seré yo la que hable con las personas –

– Además Auron se mantendrá a mi lado en todo momento y usará una capa, estara a salvo – Agrego el pelirrojo con una sonrisa, logrando que el noble del país estrellado cediera finalmente, no sin antes decirles que tuvieran mucho cuidado, pues aún era común que secuestran Omegas bonitos para venderlos, aún si esas prácticas ya eran ilegales.

Tras recibir la advertencia del noble, Auron le agradeció y juntos salieron de su torre, en dirección a su carruaje, el Omega estaba emocionado, pues ya había pasado un par de meses desde que llegó al país y aún así no conocía más allá de los muros del palacio, quería ver qué tanta diferencia había entre el palacio y el pueblo principal, sin duda hacer las paces con Luzu si tuvo un beneficio.

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– ¿Me vuelves explicas por qué estoy aquí? – Comento el Alfa de cabellos castaños, mientras bajaba un poco más el gorro de su capa, cubriendo más sus ojos.

El de ojos morados lo miro con cansancio – ¿De nuevo? Luzu, te dije que hace poco conseguí que una bruja accediera a analizar tu maldición, estuve meses llendo hasta su casa para pedirle que aceptara tratarte y finalmente aceptó, con la condición que tú fueras personalmente a su casa para darte su diagnóstico –

Luzu suspiro – ¿Y si es una trampa? Tal vez solo me vendió a otro reino y vamos directo a la boca del lobo –

– Obviamente ya pensé en eso, tranquilo, rodee su casa de guardias, todos ocultos, si ven una mínima amenaza atacarán –

Vegetta contino hablando sobre cómo se había aseguró de mantener el lugar seguro para su excelencia, pero tal parecía que la atención de Luzu se había ido a otro lado, más específicamente, hacia cierto chico bajito de capa, quien por alguna razón reconocía, no importaba que cubriera su rostro y que mantuviera la cabeza abajo, el Alfa sabía muy bien que ese chico era nada más y nada menos que Auron.