El Consorte Real ||Omegaverse Luzuplay||

Décimo Quinto Amanecer

⊰⁠ ⊹ Templo ⊰⁠ ⊹

Narrador Omnisciente:

Era una noche estrellada, la luz de la luna estaba en su máximo esplendor y el sonido de los animales nocturnos le daba un toque de soledad a la noche, por lo menos era así para el príncipe moreno, quien tras ver cómo Luzu se presentaba al lado de la Omega Lana, decidió apartarse de todo el banquete, por lo que termino en uno de los balcones, con una copa de vino en la mano.

Aquella tranquilidad que la noche le estaba ofreciendo hizo que ignorará el momento en el que cierro castaño lo encontró y se acercó, fue consciente de aquella presencia cuando el Alfa lo llamo y al voltear se topó con un par de ojos como zafiros, unos cabellos castaños rebeldes y unas mejillas pálidas, sin embargo la luz calida del salón y que ahora estaba tras del Rey, hacia que Luzu se viera más cálido y destellante de lo normal, como si estuviera viendo al mismísimo dios del sol ahora mismo.

-Luzu -Lo llamo con una voz baja, pero que el rey logro escuchar a la perfección, lo noto pues la sonrisa del chico fue una respuesta clara.

El rey camino hasta estar frente a Auron y con aquella media sonrisa, alzó una de sus manos tratando de peinar un poco los mechones rebeldes que caían por la frente de Auron.

-Así que aquí estabas, me comenzaba a preguntar dónde estaría el príncipe rebelde que siempre me reta.

Auron tragó en seco y tratando de no quedar embobado por este toque y esa mirada que Luzu poseía, sacudió levemente la cabeza y respondió con una voz dulce una que no siempre usaba.

-Solo me estaba tomando un descanso, ya sabes de todos esos nobles.

Luzu lo miraba con atención mientras hablaba, sus ropas eran típicas de su país natal, lo podía saber por los bordados que habían en las prendas, unos bordados hechos a mano, con hilos color plata, los cuales iban bien con el color de la tela, azul y blanco, aquel trabaje era perfecto para el Omega, pues acentuaba su figura, Luzu sonrió un poco hasta que su mirada bajo hasta sus manos, entre ellas una copa de vino.

-No sabía que el príncipe le gustará beber.

Auron miro su copa a medio beber y sacudió la cabeza un poco -No soy fan de la bebida, cuando menos lo noté ya tenía la copa entre manos.

Luzu soltó una risa por lo bajo y se acercó al oído de Auron -Si no te conociera diría que estás tratando de seducirme ¿Mis feromonas no huelen igual?

El moreno se sonrojo y de inmediato alejó al castaño -¡No digas tonterías! Ni siquiera me había fijado que tus feromonas huelen igual -Replico.

Una risa por parte del rey comenzó, para después pedir perdón entre risas, diciendo que había pasado un tiempo sin verlo y solo tenía ganas de molestarlo un poco.

Auron entrecerró los ojos, para después desviar la mirada -¿Esta bien que estés aquí? Apartado de todos.

-No, pero nadie notará mi ausencia.

Auron rodó los ojos -Eres el rey, todos lo notarán, deberías volver cuanto antes, además ... Axo estaba ilusionado con verte.

Luzu ladeó la cabeza un momento y respondió -Lo saludé hace un rato, pero estoy seguro que casi no me prestó atención, está más entretenido con aquel conejo que recibió.

Una leve sonrisa se hizo presente en el rostro del Omega, se alegraba de que su regalo le gustará tanto al menor de los príncipes -Aun así ¿No deberías hablar con los nobles?

-Lo haré, cuando tú lo hagas.

El moreno volvió a rodar los ojos, está vez un poco avergonzado -Regresa primero, aún tengo media copa de vino aquí, regresaré cuando lo termine.

-Entonces te espero -Dicho esto Luzu se acercó al balcón y se recargo en él.

-¡Oye! No me uses como excusa.

Luzu negó con la cabeza -No te uso como excusa, solo estoy siendo considerado con un Omega de mi harem, si quieres que regrese rápido entonces termina esa copa y regresemos juntos.

Auron chasqueo la lengua ante esta respuesta, miro la copa de vino y la volvió a tomar, tomo una respiración y de un solo trago bebió lo restante bajo la mirada de Luzu, una vez echo esto limpio su boca y está vez fue él quien se acercó al oidio de Luzu.

-Delicioso, podría hacerme adicto a él.

Esta vez el sorprendido fue el rey, quien se paró correctamente cuando Auron se alejó, cuando el moreno estuvo más cerca de la puerta, volteo a verlo y con una sonrisa agrego algo más.

-Te veo dentro, su majestad -Dijo para después guiñarle un ojo, dejando a un Luzu confundido y algo nervioso, su corazón había comenzado a latir con fuerza de repente y sus mejillas ardían un poco.

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Dos días habían pasado desde aquel banquete y con ello se cumplían oficialmente cuatro meses desde que Auron llegó a ese país y a ese harem, cuatro largos meses en los que no tuvo ni un momento de descanso, pues siempre se encontraba lidiando con aquellas conversaciones extrañas con Luzu, entablando lazos con nobles poderosos o asistiendo a fiestas de té donde las chicas nobles, solo hablaban de lo guapo que era el rey Luzu.

Tras recordar esto Auron soltó un suspiro, el cual llamo la atención de la beta que lo estaba peinando -¿Pasa algo?

Auron negó con la cabeza -Solo estoy agotado, quiero quedarme en la torre todo el día.

-Eso es imposible príncipe Auron, recuerda que hoy es un día importante para todos los Omega del harem -Esta vez el que contesto fue el noble del país estrellado, Juan.

Lo que Juan decía era cierto, se suponía que hoy era el día en el que los Omegas pertenecientes al harem tenían que asistir al templo del dios del sol, dar una pequeña ofrenda y rezarle, de esta forma agradecían que aquel dios les permitiera estar en su país y la protección que les daba.

-A partir de hoy tendrás que ir al templo una vez casa mes a rezar -Continuo hablando el de lentes.

Para Auron era un poco difícil el ir a rezarle a otro y no por que no supiera hacerlo o que fuera ateo, sino que en su país se le había inculcado que sus rezos y sangre debían ser exclusivos para la diosa luna, se preguntaba si realmente está bien que él fuera a otro templo.

Para su suerte Perxita había notado este cambio de ánimo por lo que trato de consolarlo -No creo que la diosa tenga problema con que vayas, después de todo irás a mostrar gratitud al dios del sol, no es como que estés cambiando de Dios.

-Pero... Los sacerdotes siempre decían que debía cuidar mis rezos y no ofrecerlos a cualquiera, sobre todo por que soy... Un Omega ¿Y si algo sale mal?

Biyin miro a su príncipe con ternura y fue ella quien continuó -No lo creo, no eres el único que tiene un dios diferente, además según la mitología la diosa luna y el dios sol se llevaban bien, estoy segura de que se hará una excepción.

Auron termino sonriendo, no importaba que pasará, al final todos lo estaban apoyando y animando ¿Por qué tener miedo? Ellos tenían razón, seguro la Diosa luna se lo permitiría, además si iba y lo hacía bien, el dios Sol podría compensarlo y darle un día de paz y tranquilidad.

-Esta bien, lo haré.

Fue así que tras terminar de arreglarse, salió de su torre junto a esos tres betas, quienes lo acompañaron hasta el templo del dios del Sol o mejor conocido como el dios Zuva, tardaron un rato pero finalmente llegaron, un gran templo con una arquitectura preciosa, volteara a donde volteara todo era blanco y con detalles dorados, una aura de paz y tranquilidad se respiraba en aquel lugar, pronto un sacerdote se acercó al pequeño grupo y se presentó.

-Bienvenido príncipe Auron, lo estábamos esperando, mi nombre es Deqiuv soy el sacerdote que lo acompañará hoy.