Décimo Noveno Amanecer

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⊰⁠ ⊹ Hechicero Supremo ⊰⁠ ⊹

Narrador Omnisciente:

–Te otorgo el poder y título de hechicero supremo, tú serás quien heredé mi magia y recuerdos, así como los de los hechiceros anteriores a mi.

Juan quien aún era un cachorro ladeó la cabeza, aún no entendía el peso del título que se le estaba otorgando, por lo que acepto sin dudar, pues el pensaba que si su maestro se lo estaba dando era por qué entonces estaba listo.

–¿Recuerdos? ¿Podré ver lo que tú viste? –Pregunto con cierto brillo en los ojos.

Su maestro asintió con la cabeza –Todo para asegurarnos de que obtengas la sabiduría necesaria para saber usar bien esta magia.

Juan salto de emoción –¡Genial! Ahora todos en el reino me tendrán que respetar o les lanzaré un rayo.

Nuevamente el maestro tuvo que reprenderlo –¡No puedes! Escucha Juan, no le puedes decir a absolutamente nadie que posees tal magia y mucho menos que eres el hechicero supremo ¿Entendiste?

–¿Por qué no? ¿Qué caso tiene ser un mago tan poderoso si no puedo presumirlo?

–La cacería de magos, por eso no se lo puedes decir a nadie, tan pronto lo reveles pueden mandar asesinos, en estas épocas los magos, brujas y cualquier ser que use magia es visto con malos ojos, creen que son demonios que van encontra de la voluntad de los dioses –Explico el mago mayor con total seriedad.

Juan hizo una mueca ¿Cual era el punto de ser un hechicero supremo si no podía ni usar su magia? –Pero eso es mentira nosotros somos los primeros hijos de la...

El maestro lo interrumpió –Lo sé, pero eso nadie lo entenderá, por eso tienes que ocultarlos y solo usarlos para el bien ¿Entiendes? Nadie debe saber tu secreto.

Aquellas palabras resonaban en la cabeza de Juan desde siempre e incluso fueron mucho más frecuentes cuando heredó el poder y los recuerdos de todos los hechiceros pasados, todos esos recuerdos eran tan vividos y claros que parecían que el mismo los habia vivido, si no fuera por qué en los mismos recuerdos se referían a él con otro nombre, pensaría que él en verdad era inmortal y no un nuevo usuario de aquel poder.

Desde el momento uno que recibió tal poder y recuerdos, Juan entendió la importancia de quedarse callado y ocultar su magia y título, por lo que se sorprendió a él mismo cuando por obtener una plática con Deqiuv reveló su identidad, sabía que estaba mal, pero tuvo que hacer aquel sacrificio o de lo contrario Auron y su reino entero morirían.

Era sorprendente lo que estaba dispuesto a arriesgar para salvar a un Omega que ni siquiera era príncipe de su país, tanto que llegó a pensar que estaba actuando sin prensar, sus países eran aliados y si, Auron y Juan tenían una buena amistad que se estaba forjando, pero no eran motivos suficientes como para arriesgar su cuello y reino para salvar al moreno ¿Entonces por qué?

La respuesta era tan sencilla que le costaba, sus recuerdos o más bien los recuerdos de sus antepasados, gracias a que tenía esos recuerdos era que no podía solo salir corriendo de ese país y salvarse solo.

–Maldito viejo decrépito ¿Como pudo hacer una promesa que no iba a cumplir él mismo? –Murmuro con algo de enojo.

Juan termino golpeando el piso con el pie, liberando un poco de su enojo, pudo haberse echo tonto y hacer como si nunca hubiera visto ese recuerdo, pero la verdad era que tampoco tenía la fuerza como para hacerlo y menos cuando vio a Auron, su rostro parecía mucho más sombrío de lo normal, incluso pudo notar que su lobo interno tampoco estaba bien, simplemente no podía negarse a ayudar a ese Omega.

El Consorte Real ||Omegaverse Luzuplay||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora