Vigésimo Octavo Amanecer

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⊰⁠ ⊹ Rumores ⊰⁠ ⊹

Narrador Omnisciente:

Habían pasado un par de semanas desde que el príncipe Auron se había escapado de aquella torre que le habían asignado, un par de semanas en las que el rey del sol, es decir Luzu, no había tenido un solo momento de tranquilidad, todo era tan confuso y estresante para aquel Alfa.

No sólo había lastimado, rechazado y encerrado a su destinado, sino que ahora que comprendía lo grave de lo que había echo, el Omega se había ido sin dejar ni un solo rastro tras de él, ya ni siquiera le importaba si Auron era culpable de algo o si no lo era, lo único que quería era tenerlo de vuelta.

–Eh llegado su alteza –Dijo cierto Alfa pelinegro tras hacer una reverencia.

Luzu miro a Spreen con una ceja arriba –¿Que noticias hay? ¿Ya encontraste el paradero del príncipe?

Soren paso una mano por sus cabellos, para después suspirar –Encontramos el carruaje en el que escapó, estaba abandonado en un bosque, si ellos continuaron a pie solo pudieron llegar a uno de los dos pueblos que están cercanos, mis hombres se dividieron para buscar en dichos pueblos.

Luzu chasqueo la lengua –¿Qué pueblos son?

–Son dos que están en las afueras de la capital.

El castaño soltó un suspiro por lo bajo, desde que Auron se había escapado las noticias sobre su paradero eran todas iguales, pequeñas pistas que no lo guiaban a nada en concreto ¿Cuanto más tendría que búscalo?

–Entonces vuelve cuando tengas nuevas noticias.

Spreen torció un poco la boca –Rey, creo que es hora de comenzar a pensar en que lo más seguro el Omega ya ha tomado un barco hacia su país.

Luzu golpeó su escritorio con el puño y dejo salir sus feromonas, un olor a uvas podridas inundó la habitación.

–No te eh permitido decir estupideces, es imposible que el príncipe tome un barco, eh cerrado los puertos, todos con máxima seguridad.

Spreen tapo su nariz, tratando de oler lo más mínimo de las feromonas que el castaño estaba expulsado –Entiendo que... La seguridad está preparada para capturar al Omega en cuanto lo vean ... ¿Pero que hay de un lobo?

Luzu entrecerró los ojos un poco –¿De qué hablas? ¿Qué tiene que ver un lobo con ésto?

Las feromonas que Luzu había expulsado finalmente se estaban disipando un poco, por lo que el Alfa de Spreen se había calmado un poco, podía hablar un poco más cómodo.

–¿Alguna vez había escuchado sobre que los hijos de la luna pueden cambiar con su parte animal? Por lo que se el Omega Auron pertenece al reino de las nubes y ellos son hijos de la luna, si el Omega pudiera hacerlo entonces no le sería difícil colarse en un barco.

Luzu sobo un poco sus cienes y tras unos minutos de pensarlo contestó –Eso solo es un rumor, el cual se desmintió hace mucho, es ridículo lo que dices, en vez de pensar tonterías ¿Por qué no mejor te dedicas a buscar y atrapar a Auron?

Spreen bajo la mirada y apretó los puños –Esta bien, como ordene.

En cuanto el pelinegro salió de la sala, Luzu recargo su cabeza entre sus manos, estaba cansado, no quería ni siquiera pensar en la posibilidad de que Auron ya no estaba en su país, eso solo haría aún más imposible el pedirle perdón.

–Auron, tienes que aparecer... Por favor –Murmuro.

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⊰⁠ ⊹ Hace mucho tiempo:

–Selene, hermana mía ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

Pregunto cierta chica morena, cabellos verdes y largos, se trataba de Aterri, la diosa de la tierra, la única diosa que podía compararse con Selene, tenía el mismo poder y fuerza que ella y su influencia entre los demás dioses y humanos era tanta que la pensaban la hermana de la diosa Selene.

Selene miro a su hermana con una sonrisa cálida y paso su mano por la mejilla de la menor –Estuve haciendo mi trabajo como Luna, sabes que no puedo descansar ni un momento.

Aterri la miro con unos ojos llenos de tristeza –Estas mintiendo ¿Verdad? Volviste a quedar con Zuva.

–A ti nunca puedo mentirte –Murmuro la diosa mayor con una media sonrisa.

La luna alzó de nuevo la mirada y reacomodo su cabello –Lo encontré al atardecer, fueron solo un par de segundos, hablamos un poco –Dijo con una sonrisa y un leve sonrojo.

Con esta acción, a Aterri le quedaba más que claro que su querida hermana mayor había roto su promesa –¡Selene! Dijiste que es peligroso, dijiste que puede explotar, tu dijiste que... No lo amabas.

La luna borro su sonrisa de inmediato, para después admitirlo –No pude evitarlo, le entregué mi corazón al único hombre que no puedo amar.

Selene había confesado su sentir con la esperanza de que su única hermana la entendiera un poco y la escuchará, pero lo único que escucho salir de los labios de la diosa menor fue un "me decepcionas, deberías comportarte como la diosa mayor que eres".

Tras esa respuesta, la conversación termino, Aterri salió dejando sola a la que se supone que era su hermana, esto para Selene significó un adiós, pensó que había perdido la administración y respeto de aquella diosa a la que alguna vez le confío y contó cosas que nunca le había dicho a nadie, su enamoramiento prohibido se había llevado más de lo que pensó que sacrificaría y le dolía.

Pero para Aterri, esto significó lo contrario, ella solo estaba dolida, quería comprender un poco a su única hermana, entender porque persistía con aquellos sentimientos prohibidos a pesar de saber todo lo que podría perder, la tierra no quería alejarse de la Luna, solo quería un poco de espacio, pero esto no lo pudo comprender la Luna, por lo que solo se alejó un poco más cada año, dejando un corazón roto inevitablemente.

El Consorte Real ||Omegaverse Luzuplay||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora