Vigésimo Amanecer

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⊰⁠ ⊹ Luzu ⊰⁠ ⊹

Narra Luzu:

Cuando el palacio del harem estaba repleto por Omegas bonitas y yo era tan solo un cachorro que no entendía nada, solía pelear con los que se supone eran mis medios hermanos, todos ellos hijos de otras concubinas y un par hijos de la reina vigente, sin embargo ellos y yo teníamos algo en común, éramos candidatos para obtener la corona.

En otros reinos lo normal era heredarla al hijo mayor o al que más aptitudes de rey tenía, pero en el reino del sol esto no era posible y más que nada por la maldición que toda la familia real poseía.

"Por tus pecados te condenó a sacar tu lado más animal y masacrar a todo aquel que tengas delante, solo podrás ser conciente cuando a ti llegue el olor de tu misma sangre."

Es decir, estábamos condenados a matar a cualquiera y no nos detendríamos hasta asesinar a un miembro de nuestra familia.

Cuando aún era un niño aún no sabíamos que solo bastaba con oler cierta cantidad de sangre de cualquier familiar, por lo que cada que teníamos esta sed de sangre uno de nosotros caía, la mayoría de veces era por traiciones de otros medios hermanos o concubinas que querían ser reinas.

En este reino caótico y llenos de traiciones, no podías confiar ni en tu propia sombra o por lo menos eso es lo que el rey siempre decía para mantenernos vivos, pero yo siempre pensé que mentía, yo tenía dos personas en los cuales siempre confíe, el rey y mi madre.

Mi madre siempres estaba juntó a mí cuando la maldición le llegaba a alguno de los otros miembros de la familia o cuando me peleaba con alguno de ellos, siempre consolandome, dándome palabras de aliento y ánimos para continuar, ella jamás codicio el puesto de reina y tampoco quiso que yo fuera rey, si ella estaba en el harem fue por el gran amor que le tenía al rey, mi padre.

-Luzu, aquí estás -Me llamo con su dulce voz.

Siempre era así, me peleaba, me castigaban y me escondía en el jardín principal, hasta que mi madre iba por mi.

-¿De nuevo castigado? Te eh dicho que no pelees con tus hermanos.

-¡No son mis hermanos! Si lo fueran no dirían cosas horribles de ti.

Ella me miro con su típica morada triste -Aun así, no es motivo para pelear.

-No me gusta ¿Por qué el rey debe tener muchas concubinas? ¿No basta con nosotros?

Ella comenzó a acariciar mi cabeza, diciendo que ese era un tema de adultos que comprendería cuando fuera más grande, no tenía por qué preocuparme por eso.

Sin embargo terminé insistiendo un poco más -Cuando sea el rey no tendré harem y le seré fiel a mi destinado.

Mi madre comenzó a reír, preguntandome de donde escuché la palabra "destinado" evitando el tema del harem, pues ella sabía que no importaba qué tener harem era obligatorio.

Terminé contándole que lo había escuchado de la niñera una noche, cuando me contaba una historia para dormir, nuevamente comenté que lo encontraría y que lo haría reina de este país.

-Estoy segura de que lo encontrarás y cuando mo hagas, tienes que asegurarte de cuidarlo muy bien, somo tenemos un destinado, jamás verás uno igual ¿De acuerdo?

Asentí con la cabeza -¡Lo prometo!

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Sin embargo aquellos momentos lindos con mi madre no duraron mucho y tampoco los que tenía con mi padre, después de toda la masacre de la familia real, todo cambio, la única persona que sobrevivió además de mi fue Axozer, fue entonces que prometí que lo protegería de todo y todos, aquel día también prometí que me desharía de todos esos reinos que cometieron el mismo pecado que el país del sol.

El Consorte Real ||Omegaverse Luzuplay||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora