CAPÍTULO 5 - Agente en territorio hostil

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Miraba desde la distancia permitida los escombros de una zona arrasada. Ya había pasado tiempo entonces no se juntaba la gente para ver lo que sucedía, ya era noticia vieja.

La embajada estaba clausurada por la cinta amarilla policial, los oficiales ya habían hecho las investigaciones pertinentes y Sherry esperaba hacer la propia con la esperanza de encontrar evidencias sobre Xin Lao y su vículo con el terrorismo biológico.

Desde su lugar en el otro lado de la calle podía reconocer varios puntos por donde entrar. Sentía que no la dejarían entrar si les decía que pertenecía al Servicio Secreto, la situación era demasiado áspera como para creer que pudiera pasar como si fuera su casa. En el momento la tensión entre Estados Unidos y China estaba al borde del colapso.

Divisó por lo menos tres entradas: una puerta trasera en el fondo de una calle esquinada y dos ventanas en la planta baja. No quería hacer mucho esfuerzo entonces se decidió por la primera de todas.

Cruzó la calle y se encaminó a la puerta de metal que estaba en el fondo de la esquina. Esperó escondida detrás del edificio de al lado viendo si había algún movimiento, y cuando notó que no pasaba nada caminó con paso acelerado hacia la puerta.

Entró y vio que se trataba de la puerta a la cocina. No había nadie cerca así que se metió dentro y comenzó a caminar lentamente para no hacer ningún ruido. Escuchaba pasos y ruidos de ollas mientras buscaba la salida de la cocina y se veía obligada a esconderse por momentos.

Una vez en la puerta miró a los costados para ver si había vía libre. No vio a nadie así que se dirigió hacia la izquierda al fondo del pasillo donde estaban las escaleras hacia los pisos superiores.

Sherry tenía intención de ir a las oficinas del embajador. Con suerte ella encontraría algo ahí que conecte al difunto Xin Lao  con cualquier núcleo terrorista que fabrique armas biológicas. También quería saber cual era la conexión de él con Leon, desde que Claire le dijo que investigue se sintió mal porque quería buscar al agente, a su figura paterna, pero ahora no podía retractarse, tenía que llegar al final del tema.

Subía las escaleras agachada para que no la vieran. Miraba a lo lejos y notaba movimiento afuera de la oficina de Xin Lao. Veía a dos hombres charlando afuera de la puerta, vestidos de traje negro.

«Deben ser los forenses a cago de la investigación».

Los miraba atenta por una ventana de oportunidad, ambos hombres mostraban rasgos asiáticos y de edad cerca de los cuarenta, uno de ellos ya se podían ver las canas sobresaliendo del corto pelo nego.

Entró por la puerta que estaba justo al lado cerecho de las escaleras, seperando a que dejasen de mirar en esa dirección entró rapidamente y se escondió. No pudo permanecer mucho tiempo ahí porque apoyó la cabeza en la puerta y podía escuchar pasos acercarse y la voz de dos hombres charlando. Cuando se dio vuelta y vio el lugar reconoció que era el baño de hombres. Tomada por el pánico no tuvo mejor idea que salir corriendo hacia la puerta del inodoro y apoyarse arriba de éste.

Escuchó la puerta abrirse y reconoció dos voces distintas. Hablaban un idioma distinto pero Sherry reconocía de que se trataba de Chino Mandarín. Los nervios se apoderaban de ella mientras trataba de contener el equilibrio mientras tenía los pies arriba del retrete y se sostenía con las manos en las paredes. Intentó lo que pudo pero labentablemente se escapó el pie derecho y generó ruido.

Inmediatamente los dos hombres escucharon y pusieron los sentidos en alerta, se miraban y decían unas palabras irreconocibles para la joven Birkin. El hombre de las canas empezó a caminar lentamente hacia las puertas de los inodoros. Había tres y Sherry se encontraba en la que había en el medio. El detective abrió la primera y no había nadie. Rápidamente fue hacia la segunda, y Sherry podía ver los pies del hombre del otro lado de la puerta.

Resident Evil - La CaceríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora