CAPÍTULO 6 - Alianzas traicioneras

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-Cinco.

-¡Espera!- le gritó Claire.

Tenía el dedo en el gatillo a punto de apretarlo, pero algo lo detuvo. Sintió un ruido sospechoso venir a los lejos de donde habían venido ellos, desde el pasillo atrás de la puerta de reja. Los dos hombres cruzaron miradas atentos ante el posible peligro.

-Quedate aquí, iré a investigar- dijo el hombre rojizo, dejó de apuntar el arma a Helena y Claire soltó un suspiro de alivio. Se dirigió hacia la salida y abrió la puerta desapareciendo de la vista de todos.

Mientras tanto su compañero se quedó con Claire y éste sonreía porque tenía una oportunidad única. Se posicionó justo delante de la pelirroja y le sonreía, y eso le generaba asco a la activista.

-Ahora que estamos solo, ¿qué te parece si aprovechamos el momento?- le dijo mientras le acariciaba la mejilla, a lo que ella se ponía nerviosa. Entendía las intenciones depravadas de ese sujeto y deseaba encontrar la manera de liberarse de las ataduras y darle un puñetazo en la cara.

A todo esto Helena se estaba despertando lentamente de su siesta, y lo que veía era una imgaen borrosa de Claire atada en una silla al lado de un hombre. No se percató de que ella estaba en la misma situación que su compañera y cuando intentó moverse terminó por hacer ruido. El hombre que vigilaba a las dos mujeres se dio vuelta y la miró a Helena.

-Vaya vaya, parece que la Bella Durmiente se despertó- Se dio vuelta y sacó un cuchillo del bolsillo y se lo puso en el cuello a Helena, pero antes de que pudiera hacer algo se escuchó a  lo lejos un grito ensordecedor-. ¿Qué fue eso?

Se alejó de Helena y salió por la puerta de entrada de la bodega. Claire miraba la escena también preocupada de lo que había sido ese grito. Parecía ser que el hombre que la tenía a Harper a punta de pistola se encontró con algo inesperado.

Mientras tanto las dos mujeres miraban expectante qué es lo que iba a hacer. Claire no quería quedarse de brazos cruzados así que trató de desatarse. Tiraba con mucha fuerza sin conseguir resultados ya que le habían hecho una atadura complicada.

Seguía haciendo fuerza mientras el hombre que las vigilaba desapareció en busca de su compañero. A todo esto Helena llamó a la pelirroja.

-Claire, escucha no tenemos tiempo, tengo mi navaja escondida en mi bota, si logras alcanzarla corta la soga y desátanos.

-Está bien, veré que puedo hacer.

La situación estaba difícil pues ella estaba atada de manos y pies, no era el caso de Helena porque logró liberar el pie donde tenía escondida la navaja, se ve que no estaba bien hecha la atadura.

Extendió el pie mientras Claire se acercaba a saltos con la silla. Como pudo dio media vuelta y puso los brazos debajo del pie de Helena y ella empezó a sacudir la pierna para que cayera, lo logró pero eso hizo que la navaja cayera al suelo.

-¡Carajo! ¿Y ahora qué hacemos?

-Tengo una idea- dijo Claire, luego se tiró hacia atrás y se dejó caer al suelo.

-¿Qué estas haciendo?

La pelirroja estaba tirada al suelo y amaniatada a la silla, pero eso le sirvió para que las manos estuvieran cerca del cuchillo. Como pudo logró alcanzarlo y comenzó a cortar la soga. A mitad de trabajo escuchó otro grito fuerte venir del pasillo. Los nervios de Claire se alzaron cuando escuchó eso ya que significaba que algo venía hacia ellas. Aceleró el pasó y finalmente logró desatarse.

Siguió con los pies y logró levantarse del suelo una vez terminada. Estaba a punto de desatar a Helena cuando escuchó pasos provenir de la dirección de done venían los gritos. Miró a los costados en busca de algo con qué defenderse y se encontró con su arma en la mesa donde estaba sentado antes el hombre de cabello rojizo. Sin pensarlo dos veces tomó su arma, la recargó y apuntó hacia la puerta.

Resident Evil - La CaceríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora