鸡 ㅤׄ ㅤ El amo del placerㅤ :ㅤ SeokSoon

Capítulo Cinco

¿Por qué diablos Seungcheol no había regresado de Seúl? Seokmin se preguntó, rechinando los dientes ante el constante parloteo como urracas de la gente en el camino. Dos kilómetros más hasta el lago. Era una lástima que no pudiera hacerlos correr, pero tal vez si aceleraba un poco, ellos no tendrían aliento para hablar.

Por lo general, Seungcheol manejaba la mierda social, mientras que Seokmin hacía las reparaciones y el mantenimiento. La gente en grupos individuales podía ser agradable, ¿pero las multitudes? Prefería recibir un disparo en la cabeza. Pasó un dedo por la cicatriz de su cara y resopló. Una vez más.

Dando un paso adelante sobre una acumulación de granito, miró la línea de gente caminando pesadamente hacia arriba de la pendiente en zigzag. Sin rezagados. El grupo parecía tener muy buena forma. Incluso el fantástico Soonyoung en sus jeans de diseño y top estaba a la altura.

De hecho, Soonyoung hacía más que seguir el ritmo. Mientras caminaba junto a su novio, sus ojos brillaban de placer, atento a todo lo que ofrecía el bosque. Seokmin había visto cuando observo el lugar. Cada vez su rostro se había iluminado de asombro. Su abierto disfrute se añadía al suyo, y Seokmin se encontró comprobando el lugar con más frecuencia de lo normal sólo para captar sus reacciones.

El sol estaba alto sobre la cabeza y atípicamente caliente para la estación en el momento en que el sendero descendía, dejando a los pinos detrás. Dirigió al grupo a través de hierbas, y flores silvestres, una pradera cubierta hasta el pequeño lago de montaña, claro, azul y condenadamente frío. Los bloques de granito asomaban a través de las flores, que brillaban en el sol. Con gritos de alegría, la gente dejó caer sus mochilas y se desvistió.

Seokmin disfrutó del espectáculo de culos y pechos desnudos cuando los Swingers se hundieron en el agua como una manada de ratas, gritando por el frío. Mientras se apoyaba en una roca, se dio cuenta de que una persona aún estaba completamente vestida, con los ojos muy grandes y la boca abierta. El Chico De Ciudad. Teniendo en cuenta que Soonyoung y Soohyuk dormían juntos, él chico no podía ser virgen, a pesar de su reacción, parecía bastante inocente cuando se trataba de mezclarse.

—Vamos, cariño —gritó su novio, ya corcoveando desnudo en el lago—. El agua está grandiosa —sin esperar su respuesta, se metió más profundo, en dirección a una rubia que parecía que había sustituido sus pechos hinchables por los pompones de porristas.

Soonyoung miró del agua hacia el camino, de nuevo al agua, donde Soohyuk forcejeaba con Amy, y hacia atrás al camino de nuevo.

Seokmin pudo ver el momento exacto en que decidió irse. Se acercó para bloquear su camino.

—Disculpa —dijo Soonyoung amablemente.

—No.

El color rojo apareció en sus mejillas, y tenía los ojos entrecerrados cuando lo miró. Dando un paso hacia un lado lo bloqueó de nuevo, Seokmin metió sus pulgares en los bolsillos frontales y esperó la explosión.

—Escucha, Sr. Lee...

—Es Seokmin —lo interrumpió y trató de no sonreír mientras su boca se comprimía.

—Lo que sea. Voy a regresar. Por favor mueve tu... Por favor, muévete.

—Lo siento, pequeño, pero nadie vuelve solo. Es una regla de seguridad y me la tomo en serio —echó un vistazo a los swinger—. No puedo dejarlos, y no puedes caminar solo, por lo que estamos atrapados aquí.

Cerró los ojos, y vio el férreo control que Soonyoung ejercía sobre sus emociones.

El Dom en él se preguntaba cuán rápidamente podría romper ese control para liberar al sumiso debajo. Amarrarlo, y observarlo luchando para no ceder a su necesidad y... Infierno, hablando sobre pensamientos inapropiados.