Capítulo Veintidós

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Soonyoung comprobó los platos con las salchichas y los huevos en el horno. Casi el momento de meter las galletas.

—¿Cómo puedes hacer esto solo cuando todo el mundo necesitaría ayuda? —Le preguntó Seokmin, poniendo un brazo alrededor de su cintura y tirando su espalda contra su pecho.

La voz profunda y el tacto firme hicieron que un escalofrío recorra su espina dorsal directo a los dedos de los pies.

—Mucha práctica para alimentar a las personas de la fraternidad.

Lo besó en la coyuntura del hombro.

—Descalzo, con mi camisa y en la cocina. El sueño favorito de un hombre, excepto que hay demasiada gente alrededor para tirarte sobre la mesa, poner tus piernas sobre mis hombros, y tomarte antes del desayuno.

Soonyoung se estremeció por dentro y por fuera, volviendo la cabeza para echar un vistazo a la gran mesa de la isla de la cocina.

—Sí es cierto. Demasiadas personas —su voz salió ronca.

Apartando la parte superior de su camisa de franela, le mordió el hombro, luego le apretó el trasero, recordándole que había estado dentro de él la noche anterior. Cómo lo había hecho sentir. Casi gimió.

Seokmin se rió entre dientes.

—Voy a salir de tu camino, a menos que haya algo que te gustaría que hiciera.

—No. Lo tengo controlado —terminó de freír las salchichas para la salsa, disfrutando del sonido chirriante, antes de darse la vuelta. Seokmin había tomado un taburete de la isla, un hombre grande en una camiseta azul oscuro. Cuando se movió, su bíceps estiraron las mangas de una manera que le hizo la boca agua. Tan malditamente magnífico, pero... Frunció el ceño. Las líneas alrededor de sus ojos parecían más profundas, más oscuras—. Te ves cansado. ¿Tuviste problemas para dormir después de tu pesadilla?

Seokmin hizo una mueca y luego le regaló una leve sonrisa.

—Contigo en mi cama, duermo con demasiada facilidad.

¿Era una respuesta o no? ¿No le gustaba hablar acerca de sus pesadillas, tal vez? Soonyoung sí que podía entender eso.

El olor de las salchichas lo obligó a volver su atención a la cocina. En el momento en que había comenzado la salsa y metido las galletas en el horno, charlas y risas derivaron del comedor. Eun y Paul entraron en busca de los platos para poner la mesa, charlando acerca de su noche, y dándole a Soonyoung y a Seokmin miradas de reojo como si quisieran preguntar sobre su noche también.

Como si Soonyoung hablaría sobre las cosas que había hecho, por no hablar de lo que Seokmin le había hecho.

Incluso antes de que Seokmin haya aparecido, sus abusados pezones estaban hormigueando y dolían con cada roce de su ropa. Y estando Seokmin en la misma habitación de alguna manera hacía que cada centímetro de su piel fuera más sensible.

Tratando de ignorar su cuerpo, sacó los huevos del horno y puso el tocino en un plato. Las galletas cubrieron la canasta.

Con un murmullo de placer, Seokmin le dio un codazo en un lado para poder robarle un par de galletas. Después de besarlo en la mejilla, y morderle el lóbulo de la oreja, se retiró de nuevo a la mesa. Soonyoung sonrió y sacudió la cabeza. Idiota. Ahora su cuerpo estaba realmente excitado. Si el hombre no lo dejaba solo, empezaría a gemir y a frotarse contra todo como un gato en celo.

Concéntrate, muchacho. Con los ojos en la comida, sirvió la salsa en otro recipiente justo cuando las personas empezaron a filtrarse dentro de la cocina. Señaló los cuencos y platos y se quedó a un lado mientras llevaban la comida. Cuando Eun se asomó en la puerta, Soonyoung alzó las manos.

鸡 ㅤׄ ㅤ El amo del placerㅤ :ㅤ SeokSoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora