Capítulo Diecinueve

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¿Soon había decidido unirse a los swingers, después de todo? ¿O volver con su novio? Seokmin examinó la sala y vio a Soohyuk en el pequeño grupo al lado de la chimenea, jugando algún juego de tocarse. Sin Soonyoung. Seokmin no lo había encontrado afuera cuando hizo el recorrido. Ni en la cocina. Ni en su cama, no es que Soonyoung pudiera llegar sin el código de la alarma.

La ira roía sus entrañas como un roedor hambriento. No se consideraba un hombre particularmente celoso, ¿pero territorial? Infierno, sí. En los clubes fetiches y aquí, si un grupo de BDSM alquilaba las casas, podría jugar con un sumiso en público. Pero a diferencia de algunos Doms, no compartía. Nunca.

Soonyoung estaba en todo su derecho de cambiar de hombre a mitad de camino, pero podría haber tenido la cortesía de decírselo. Y no preocuparlo por haber desaparecido.

Con Thor pisándole los talones, Seungcheol vagaba en la puerta, encogiéndose de hombros mientras se quitaba su chaqueta y la colgaba en el gancho.

—Se puso frío. Parece que una tormenta se está avecinando.

Seokmin gruñó y se inclinó para rascar el costado de Thor.

—¿Has visto a Soonyoung?

—No. ¿Perdiste a tu chico? —El sentido del humor de Seungcheol le ocasionaba frecuentes ojos morados como a un niño.

Seokmin se limitó a mirarlo y consideró ocasionarle otro.

Sonriendo, Seungcheol levantó las manos y retrocedió un paso.

—Lo siento, hermano. No lo he visto, ¿pero no has dicho que él vino con Soohyuk?

—Es cierto. Pero Soohyuk está aquí.

—Las luces están encendidas en su casa.

—Por la forma en que este grupo intercambia camas, podría estar cualquiera allí —Seokmin se rascó la mandíbula—. Pero creo que iré a ver.

—¿Soonyoung va a sufrir por haberte molestado?

—Joder, sí.

♰ㅤ ▝ㅤ℠ 

A Seokmin le gustaba tener sus brazos alrededor esa mujer, bien. Soonyoung decidió que tomaría otra ducha, ¿a pesar de que cuál era el punto de tener la piel suave ahora? Y se lavaría el cabello con sus propios champú y acondicionador. Se había sentido demasiado incómodo para mover sus cosas a la habitación de Seokmin, ¿y no era una buena cosa que no lo hubiera hecho?

Seokmin estaría allí ahora, dándole a Amy una cabalgata enfrente de su chimenea. Sus manos se apretaron en puños con tanta fuerza que podía sentir las uñas cortando su piel. Qué doloroso. Soonyoung expulsó el aliento y sintió un sollozo brotar desde el fondo de su pecho.

No. Sin llantos. Nadie iba a verlo mañana con los ojos rojos. No los swingers, no Seokmin. Muestra algo de orgullo, Soon.

Se puso un camisón blanco, casi transparente, porque se merecía algo especial y empujó una silla cerca de la chimenea. Mientras su cabello se secara, intentaría concentrarse en El Hombre Que Ríe, pero el libro no podía competir con los horribles sentimientos barriendo a través de él. El deseo de golpear el rostro de Amy tenía a Soonyoung clavando sus uñas en la suave portada del libro. Maldito Seokmin por encapricharse con esa estúpida perra desagradable. ¿Y por qué dolía tanto que lo hiciera?

No tenía ningún derecho sobre él, y Seokmin probablemente tomaría hombres y mujeres a diestra y siniestra. No era un swinger, es cierto, pero un hombre viril como Seokmin, su aliento resopló, mucha habilidad y experiencia. ¿Y por qué le costaba tanto pensar en Seokmin sólo como una maravillosa... follada? Era una cosa típica de él, imaginar una relación donde no había ninguna.

鸡 ㅤׄ ㅤ El amo del placerㅤ :ㅤ SeokSoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora