鸡 ㅤׄ ㅤ El amo del placerㅤ :ㅤ SeokSoon

Capítulo Siete

En medio de la noche, Soonyoung se despertó sobre Soohyuk, calentito y completamente confundido. ¿Cuándo había vuelto con Soohyuk? Soonyoung recordaba claramente el frío de su trasero en el columpio del porche. ¿Había regresado por él y lo puso en la cama? Seguramente no debería haber bebido tanto.

Se movió ligeramente y se puso tenso. Su mejilla descansaba en el hueco de un hombro, un hombro muy musculoso. Su brazo yacía atravesando un pecho mucho más amplio que el de Soohyuk, el pecho era desnudo como el de un adolescente, contrario al de Soohyuk.

Ninguna colonia cara, sólo el limpio aroma de jabón de pino y... de hombre definitivamente. Un brazo duro se curvó alrededor de su espalda y la mano sobre su hombro tenía dedos callosos.

Este no era Soohyuk.

¿Había terminado tan borracho que se había ido a la cama con uno de los swingers? No, no podía haberlo hecho. Soonyoung no había perdido su cabeza desde sus días de colegio cuando descubrió el sexo.

—¿Estás despierto, pequeño?

Se quedó con la boca abierta. Esa voz profunda y rasposa podía pertenecer a un sólo hombre.

—Señor Lee.

La risa retumbó a través de su pecho como un pequeño terremoto.

—Teniendo en cuenta tu posición, tal vez sería mejor que me llames Seokmin.

Su pierna estaba metida entre los muslos de él, su rodilla presionaba contra su ingle, y su muslo tocaba... Oh, su pecho no era la única parte del cuerpo más grande que el de Soohyuk, y Seokmin estaba completamente excitado. Una ola de calor lo invadió, sin duda causada por la vergüenza y no por el entusiasmo.

—¿Cómo yo...? Nosotros no...

Otra carcajada retumbante.

—No, no lo hicimos. Te encontré en el columpio del porche, y estabas dirigiéndote a la hipotermia. Te traje hasta aquí y te hice entrar en calor —su mano le acarició la parte superior del brazo, un toque firme—. Pero si quieres que te caliente aún más, estoy dispuesto.

—No, gracias —trató de alejarse de Seokmin.

El brazo alrededor de la espalda se apretó, manteniéndolo en su lugar.

—Uh-uh. La temperatura de tu cuerpo sigue siendo baja, y yo no voy a hacer que todo mi cuidadoso trabajo se arruine porque tú pisas afuera.

—Voy a regresar con Soohyuk y...

—¿Y qué?

Sólo Dios sabía quién podría estar allí ahora. El recuerdo de Soohyuk y Amy se enroscó dentro de Soonyoung como un gusano podrido. Con un suspiro, se dio por vencido.

—No importa. Me quedaré aquí.

—Buena elección. Nada va a pasarte ahora, prefiero acostarme con chicos en plena posesión de su juicio —sintió sus labios tocar la parte superior de la cabeza—. Pero por la mañana, podrías estar en problemas.

Memo personal: Recuerda levantarte y salir antes del amanecer. La tensión disminuyó de sus músculos cuando Seokmin no intentó nada. Todavía tenía su ropa interior, por lo que en realidad no se había aprovechado. Cuando su mano acariciaba hacia arriba y abajo del brazo, más reconfortante que carnal, Soonyoung se dejó llevar.

Seokmin esperó hasta que su respiración se tranquilizó, sus músculos se relajaron, y Soonyoung sobrevoló el borde del sueño. Momento para la pregunta al estilo vainilla. Sí, las cuerdas serían un infierno mucho más divertido.

—¿Por qué estás con los swingers?

Soñoliento, se frotó la mejilla contra su pecho, endureciéndolo hasta la incomodidad.

—Soohyuk quería que viniera. Pensé que esto haría nuestra vida sexual... —sus palabras se apagaron en un bostezo.

La idea de su novio siendo inadecuado con sus necesidades hizo sonreír a Seokmin.

—¿No te molesta que esté con otras personas?

El gemido que dio le rompió el corazón. Sí, le molestaba. Sus dedos formaban dibujos en su pecho y luego se quedaron inmóviles. Su cerebro se había desconectado de nuevo.

—¿Es un idiota?

—Soohyuk es perfecto. Sólo que... yo... no soy swinger —la mano de Soonyoung acariciaba lánguidamente los músculos de su hombro—... no le gusta mi cuerpo.

—Mmmm —Seokmin tenía que apretar los dientes para no rodar sobre Soonyoung y conducirse dentro del cuerpo que a Soohyuk no le gustaba. Si algo podía romper su control, sería un cuerpo como el que tenía el pequeño rebelde apretado contra él—. No a todo el mundo le gustan los cuerpos flacos, Soon.

—A papá le gustaban.

Seokmin frunció el ceño. A veces la cultura de hoy en día no tenía mucho sentido, especialmente en su incapacidad para apreciar cuerpos exuberantes.

Su respiración se desaceleró aún más, su mano se ablandó en su hombro, lo que era una lástima. Se había estado preguntando cómo podría atraer a esos aletargados dedos para que exploren un poco más abajo. Con su mano libre, corrió los nudillos sobre su mejilla suave.

Soohyuk era un idiota.