Capítulo Catorce

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—¿Perdón? —dijo Soonyoung suavemente.

—Oh, me has oído —Seokmin pasó un dedo por su mejilla—. Y tú estás interesado, a pesar que no crees que deberías.

Abrió la boca, pero no podía negarlo. Podía sentir a su corazón latiendo estrepitosamente, tanto que esperaba que Seokmin no pudiera oírlo. Una breve esperanza, que se perdió cuando arrastró sus dedos hacia abajo por su cuello para detenerlos allí en su pulso. Sus ojos se estrecharon.

Soonyoung se humedeció los labios.

—Entonces, ¿qué... —decir las palabras lo haría demasiado real —...cosas implica?

—Es bastante fácil, pequeño —sus dedos se deslizaron para desabotonar su camisa hasta que ésta se abrió. Cuando Soonyoung levantó la mano para cerrarla, Seokmin gruñó—. No te muevas.

Soonyoung se congeló.

Su sonrisa era confortable.

—Así es como funciona, Soonyoung. Te digo qué hacer, y lo haces. Muy básico.

—¿Qué... qué pasa si no quiero hacer lo que tú dices?

—Buena pregunta —su mirada fija en su rostro, los dedos arrastrándose por encima de la camisola sobre sus pezones, despertando los nervios de todo su cuerpo—. Si algo que yo hago es insoportable, ya sea física o mentalmente, dices, Rojo, y todo se detiene. Esa es tu palabra de seguridad. Rojo.

Rojo. Soonyoung lo repitió en su mente y frunció el ceño entonces.

—¿Qué pasa si digo detente o no?

Sus ojos no dejaron los de Soonyoung. Francos. Tranquilos.

—Entonces, sigo.

Quitó su camisa con tanta facilidad como si Soonyoung fuera un bebé, luego la camisola que se había puesto debajo para una cobertura adicional, y la arrojó lejos. Soonyoung se cubrió con las manos.

Seokmin le dirigió una mirada implacable.

—No, yo no creo eso —tomándolo de las muñecas, levantó sus brazos—. Ponlas detrás de la cabeza —Seokmin movió las manos a su nuca—. Enlaza los dedos juntos.

Cuando Soonyoung cumplió, Seokmin movió la cabeza afirmativamente. Un juego muy extraño, pensó. Esto es sólo un juego. Un juego que parecía... seguro. Sin embargo, su respiración se aceleró. Como si su piel estuviera sensibilizada por la expectativa de su toque, se volvió consciente de la suavidad del cuero a su espalda, el calor del fuego calentando su lado derecho, la frialdad sobre su lado izquierdo.

Podía sentir que su polla comenzaba a levantarse.

Tener las manos detrás de la cabeza empujaba su pecho hacia delante. Con una sonrisa, Seokmin pellizcó fuertemente sus pezones, enviando estruendos de placer directamente a su polla.

—Sabes, mi madre tenía la misma constitución que tú —dijo—. Altura media y exuberante. Mi padre tenía problemas para mantener sus manos fuera de ella. Estoy empezando a comprender por qué —sus dedos rodaron un pezón, y la presión aumentó paulatinamente hasta que se sintió como si hubiera un canal abierto de electricidad entre sus pezones y su polla. Nunca se había sentido así. Soonyoung empezó a moverse, intentando llevar las manos hacia abajo, y sus cejas se unieron. Su rostro se volvió rígido—. No te muevas, mascota. Hay consecuencias por tu desobediencia.

¿Consecuencias? Soonyoung abrió la boca, y Seokmin lo besó, su lengua hundiéndose muy adentro, aferrándose de la posesión. Seokmin tomó su cabello, sosteniéndolo para poder besarlo a fondo, tan a fondo que los dedos de sus pies se curvaron hacia adentro en sus calcetines. Liberándole los labios, Seokmin se movió hacia abajo lentamente, sobre su cuello, sus labios eran cálido terciopelo. Mientras su boca se acercaba a su pecho, se dio cuenta que estaba conteniendo la respiración, necesitando que Seokmin lo tocara, lo besara. Le dio un beso en el pecho, acariciando sus pezones.

鸡 ㅤׄ ㅤ El amo del placerㅤ :ㅤ SeokSoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora