鸡 ㅤׄ ㅤ El amo del placerㅤ :ㅤ SeokSoon

Capítulo Seis

Después de la cena, los miembros del club tomaron posesión de la gran sala, empujando las sillas y sofás al centro de la habitación. Cuando Soohyuk se sentó en un sofá y tiró de Soonyoung a su lado, frunció el ceño. A pesar de que había estado bastante atento en la caminata por la montaña y luego, todavía el resentimiento ardía dentro de su pecho.

Termina con eso, Soon. No ha hecho nada malo, después de todo. Swinger, ¿recuerdas? Habían venido a follar con otras personas, y necesitaba adaptarse al programa. Soonyoung le dio una larga mirada de reojo. Tal vez él también acabaría follando ante la vista de todos. Plasmando una dulce sonrisa en su rostro, le preguntó:

—¿Y qué pasa ahora?

Soohyuk le acarició la mano.

—Esto es un conocer y saludar, donde jugamos juegos para romper el hielo.

Soonyoung se acomodó en el sofá y bebió un sorbo de vino. Bien. Dios sabía que había hecho lo suficiente de este tipo de cosas durante los ejercicios de formación de equipo. Probablemente comenzarían con un párate-y-di...

—Soonyoung —dijo JiGeon, interrumpiendo sus pensamientos—. Levántate y cuéntanos algo sobre ti.

Cuando todos se volvieron para mirarlo, Soonyoung se puso de pie. Como si se estuviera presentando ante un cliente.

—Mi nombre es Kwon Soonyoung y soy artista en una empresa de publicidad. Esta es la primera vez que he estado fuera de la ciudad, y la primera vez que he hecho cosas... de tipo swinger... así que me siento un poco perdido.

Las expresiones de simpatía y acogida lo confortaron. Eran gente agradable. Realmente. De manera que tal vez estaba demasiado tenso, como dijo Soohyuk, y debería darles una oportunidad. Había venido aquí para precisamente eso, ¿verdad? Para explorar su sexualidad y ponerse en contacto con su swinger interior. Para mantener su perfecta relación intacta.

Después de las formalidades, se dividieron, formándose en dos grupos para jugar. Soohyuk optó por el grupo jugando Twister y Soonyoung observó por unos minutos. El que se caía tenía que quitarse la ropa, y Sony deliberadamente perdió el equilibrio por lo menos dos veces.

—Soonyoung, únete a nosotros —Paul lo agarró de la mano y tiró de él para levantarlo del sofá. En el otro lado de la habitación, Soonyoung se sentó al lado de Eun, allí también estaban JiGeon y Paul, el profesor de la universidad

Haciendo señas hacia la mesita del café indicó los dados, un tablero, y un montón de tarjetas, Eun dijo:

—Bien. Tiramos los dados y movemos el marcador. Avanzamos sobre el tablero. Si ganamos una tarjeta, se la damos a alguien, y esa persona tiene que hacer lo que dice. Si sacamos dobles, tenemos que quitarnos una prenda de vestir —Eun adoptó una expresión severa—. Las joyas no cuentan como ropa.

—Wooh —dijo Paul frotándose las manos—. Vamos a empezar.

Soonyoung tomó aliento. Podía hacer esto.

A medida que el partido avanzaba, Eun tuvo que quitarse la blusa y el sujetador. JiGeon perdió los zapatos. Paul, sus calcetines.

Soonyoung aterrizó en un cuadrado y leyó el comando.

—Maldición.

Paul se echó a reír y llenó su copa de vino. Soonyoung la bebió y se sacó la camisa. Por segunda vez hoy.

En su turno, Paul sacó una tarjeta y luego se la entregó a él.

—Léela en voz alta.

—Ponte de pie y dale a la persona un beso francés. Todas las partes del cuerpo deben tocarse.