Estaba Escrito en las Estrellas.

Capítulo 5 - Nosotros y tú, un mundo aparte.

¿Estaba oyendo bien?... ¿No le molestaba que le haya dicho todo lo que le dijo?... Se quedaron en silencio, Foolish y Vegetta compartían un agradable momento de nerviosismo sentados en las escaleras, un repentino estruendo interrumpió la paz. De entre las sombras de la torre emergió una figura imponente y aterradora: Rubius, transformado en un manojo de ira con ojos ardientes y garras afiladas.

—Que ambiente taaaan romántico se está formando aquí, ¿no? — su voz sonaba profunda, sus movimientos denotaban peligro. Sin tiempo para pensar más las cosas, Foolish y Vegetta desenvainaron sus espadas, dispuestos a defenderse ante la inminente amenaza.

—¿Qué buscas aquí Doblas? —Vegetta le observaba atento a cualquier movimiento sospechoso de ataque.

—Solo vine de visita, ¿Acaso tengo prohibido visitarte mi amor?

—¡No me llames así! —Su molestia no se ocultó y el agarre en su espada se volvió más firme. —¡Tú y yo no tenemos nada entre nosotros!

—Yo solo quería recuperar lo que es mío. —Con descaro se acercó intentando robar un beso del elfo, Foolish, molesto, le lanzó una estocada que el demonio repelió con su espada.

—Parece que tu amiguito nuevo está celoso mi querido triple siete. —el demonio le veía con una sonrisa burlona, mostrando sus colmillos, trataba de mostrar dominancia y superioridad frente al otro.

—Vegetta no le pertenece a nadie, no es un objeto, es un ser vivo y solamente él tiene derechos sobre sí mismo. —Foolish dio un paso frente a Vegetta para interponerse entre él y el demonio que le observaba con una sonrisa cargada de burla.

—Aparte de celoso es moralista, mírate Vegetta, sí que te buscaste uno igualito a ti esta vez cariño mío. —Hizo desaparecer su espada y sus garras crecieron, veía a Foolish mientras reía con mucha sorna. —Veamos si después de hacerte unos arreglos le sigues gustando a tu noviecito, Veg.

El demonio se abalanzó contra el elfo, atacaba con sus garras, Vegetta se defendía con agilidad, Foolish no se quedaría atrás, se interpuso en la pelea sorprendiendo al demonio al cambiar su tamaño y volverse 3 veces más grande que ellos, le sujetó como si de un muñeco se tratase y lo estampó en el piso mientras sus ojos verdes le veían con intensidad, estaba furioso, ese ser despreciable estaba intentando atacar a su querido elfo, a quien le traía loco y con quien deseaba pasar el resto de su vida en esa isla.

—¡Deja de ser tan molesto demonio de pacotilla! —Le apretaba contra el piso cada vez con más fuerza, el demonio asustado por la fuerza de su oponente simplemente desapareció.

—¡El muy cobarde se ha escapado! —Foolish volvió a tomar el tamaño que había estado utilizando para convivir en la isla, Vegetta le observaba aún sorprendido.

—Esa sí que es una sorpresa Foolish... No sabía que tenías esa habilidad, ¡Es increíble macho! —Foolish solo sonrió apenado, su mirada se enfocó en el suelo y sus mejillas volvieron a teñirse de rojo.

—No podía dejar que te hiciera daño... No quiero que nadie te haga daño... Yo, te protegeré siempre porque, yo también te quiero a ti Vegetta.

—Foolish... —Sus ojos violetas buscaron los verdes del semidiós, no encontró señales de duda o mentira en ellos, los brazos del semidiós lo envolvieron, se quedaron en silencio un rato largo, solo disfrutando de la compañía y del calor del otro. Con sus corazones aun palpitando después de la emocionante batalla contra el oso demonio, Foolish y Vegetta se sentaron nuevamente en las escaleras, mirando el cielo azul.  Un ambiente de calma reinaba ahora entre ellos, pero sus emociones seguían palpables.

Foolish rompió el silencio con una sonrisa tímida y sincera. —Nunca pensé que el amor pudiera encontrar su camino hacia mí de esta manera, pero aquí estoy, sentado bajo el cielo azul, tomando la mano de la persona que me trae suspirando como un tonto.