Capítulo 14 - ¡No veas atrás!

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Los ojos violetas se vieron cegados durante un par de segundos a causa de la potente linterna que apuntaba a su cara, instintivamente retrocedió empuñando su espada, preparado para atacar a quien quiera que fuese aquel ser que había abierto la puerta.

—¡¿Vegetta?!—el asombro en la voz de Fit era lo más evidente posible.

—¿Qué haces aquí Fit?—el elfo casi susurraba, el corazón le iba a mil por hora por la descarga de adrenalina que le había ocasionado su situación.

—Yo trabajo aquí, soy el conserje de este edificio... ¿Tú qué haces aquí?, ¡Foolish está como loco porque no sabe dónde estás!

Créeme... no estoy aquí por voluntad, me has pillado justo cuando planeaba fugarme, me han tenido encerrado y atado a una cama mientras metían mejunjes raros por mis venas... ¡Me siento fatal chaval!

—¿Cómo puedo ayudarte Vegetta?

—Necesito una piedra de transporte, tengo muchas de mis cosas de vuelta, pero no encuentro mi piedra por ningún lado.

—Tengo una placa oculta por aquí, no me dejan usar piedras en el trabajo, ¡sígueme! —Fit se apresuró a poner el seguro a la puerta y a hacer ruido con sus utensilios de limpieza mientras retrocedía guiando a Vegetta hasta la placa que estaba oculta tras una puerta con código.

—Esta placa te llevará hasta la zona cercana a las Favelas, ahí podrás usar las columnas de transporte de Pac o de Forever.

—Te debo una Fit, gracias.—Sus ojos expresaban la profunda gratitud que sentía en ese momento, gracias a Fit podría volver con su familia, ¡Los extrañaba tanto!

—¡Apresúrate, debo destruir esa cosa!—Fit le palmeó los hombros y lo empujó a la placa mientras se despedía alegremente.

Envuelto en partículas del mismo tono de sus ojos, el elfo volvía a sentir el cálido beso del sol sobre su piel; corrió como si lo persiguieran y tocó el pilar que lo llevaría hasta su hogar; al llegar subió a prisa los escalones y entró a su torre respirando con dificultad, se adentró en su sala de estar y se detuvo en seco al escuchar su nombre ser gritado con sorpresa y alegría.

—¡VEGETTA!

Parado al fondo de su estancia, justo frente a la gran chimenea, estaba un muy sorprendido Foolish que lo observaba con los ojos llenos de una mezcla caótica de emociones; sorpresa, alegría, remordimiento, angustia... todo escondido detrás de la cortina de lágrimas que se estaba formando en ese momento.

—¡Estoy de regreso Mon amour!—dejó a un lado su pesada arma y se acercó lentamente con los brazos abiertos, el semidiós se dejó caer sobre sus rodillas y le abrazó de la cintura mientras escondía su rostro inundado por las lágrimas en el torso de su amado. 

Maxo seguía en la casa y al escuchar el alboroto, bajó las escaleras con arma en mano; sonrió al encontrar la hermosa escena.

—¿Cómo diablos te escapaste Vegetta?— preguntó mientras se acercaba a sus amigos—no es que no me alegre de verte, sino que estoy sorprendido.

—Es un chisme muy largo, pero te lo resumo en un nombre: Fit.

El recién nombrado apareció en la puerta de la residencia como si de una invocación se tratase.

—¡Solo tuve que ver en la parte final de su plan!... ya se había liberado cuando lo encontré en la oficina de Cucurucho; después de lo que he hecho y que seguramente ya saben, creo que me han despedido de mi empleo.—La risa inundó la estancia por unos momentos, Foolish se puso en pie y cubrió el rostro del elfo de besos, lo había extrañado tanto y se sentía aliviado enormemente por tenerle de vuelta en casa.

El esfuerzo de todo lo sucedido decidió pasarle la factura a Vegetta en ese mismo momento; un agudo dolor en el pecho hizo que sus piernas perdieran la fuerza, cayó sentado frente a Foolish; un terrible mareo le hizo sujetarse a los brazos del semidiós que volvía a entrar en pánico al verle hiperventilando.

—¿¡Vegetta, que pasa!?

—No es nada, ... Estoy bastante cansado, tranquilo Foolish, ya pasará cariño.

Maxo le observaba con nerviosismo, se acercó y con cuidado le retiró la armadura para que pudiese respirar mejor.

—¿Te han drenado la magia, no?

El elfo afirmó con un leve movimiento de su cabeza mientras cerraba sus ojos, luchando por aguantar el mareo que persistía.

—Foolish, será mejor que le lleves a descansar arriba, ¿quieres que vaya yo por Leonarda?—la oferta de Fit fue aceptada mientras el semidiós levantaba a su compañero en brazos y se dirigía a su habitación.

—Creo que no deberíamos dejarles solos... solo por si acaso.—Maxo les observaba subir las escaleras con ojos preocupados.

—¿Crees que vuelvan a intentar llevárselo?

—Lo dudo, les han descubierto, pero...

—Crees que el demonio si lo haga, ¿no?

—Eso temo... ha tenido mucho que ver en todo esto y en verdad sería bastante raro que se rindiera sin más, además creo que harán algo con la magia que le han extraído a Vegetta.—Maxo observó a Fit con expresión seria.

—Se puede usar esencia mágica de otra persona para hacer muchas cosas, ¿No?

—Así es, y no creo que quieran hacer nada beneficioso para la isla, y... han dejado a Vegetta al borde de...

Su conversación fue interrumpida por el grito de auxilio de Foolish.

—¡MAX AYÚDAME!... ¡VEGETTA, DESPIERTA POR FAVOR!

Un escalofrío recorrió la espalda de Maxo, subieron las escaleras corriendo y encontraron a Foolish sosteniendo al elfo que se hayaba inconsciente y muy pálido contra su pecho.

—LO RECOSTÉ, ESTABA CONTÁNDOLE SOBRE LA BUSQUEDA QUE HICIMOS, SOBRE DÓNDE ESTA LEO, DE PRONTO DIJO QUE SE SENTÍA MUY CANSADO Y SE DESPLOMÓ...¡¿QUE ESTÁ PASANDO MAX?!

—Foolish, tranquílizate, necesito que me ayudes con algo.—Maxo se tragaba sus nervios para ayudar al espantado semidiós que le gritaba desde la cama de la gran habitación.—Tengo que darle un poco de tu energía a Vegetta, está demasiado cansado por el drenaje de su magia, vamos a hacer que despierte, ven aquí.—Maxo apartó a Foolish, revisó los signos vitales del elfo y tras comprobar que aún vivía, comenzó a preparase para un ritual.

Símbolos extraños fueron dibujados en el piso y Foolish tuvo que cargar a Vegetta y quedarse parado en el centro de aquel círculo mágico que le devolvería la vitalidad a su amado.

—Muy bien Foolish, quédate quieto ahí mientras Fit y yo hacemos este ritual.

—¿Yo voy a hacer el ritual contigo?… ¡Yo no sé nada de magia!

—Tranquilo Fit, solo ven, ayudame a canalizar la magia, dame tus manos y párate aquí.

Maxo comenzó a entonar un canto extraño, Fit cerró los ojos para concentrarse, mientras Foolish unía su frente con la del elfo y rogaba internamente porque despertara. Todo estaba transcurriendo bien cuando de pronto, justo al centro de la habitación, arrebatando al elfo de los brazos del semidiós, apareció el oso demonio, que reía como un maniático mientras sostenía a su presa y observaba a sus contrincantes que le veían con sorpresa y odio.

—¡Te dije que él era mío! —Se mofó de Foolish  que le observaba con rabia pura en el rostro.

—¿Cómo te atreves a tocarle?... ¡déjalo en paz!, ¡está indefenso, maldito cobarde!.—el oso demonio se estaba divirtiendo y mucho, tenía un arma nueva, una que sería efectiva contra el semidiós, una que fue creada con la magia de Vegetta, su amado elfo sería el culpable de la muerte del semidiós, no directamente pero sería muy, pero muy divertido de ver... y de provocar.

Estaba Escrito en las Estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora