— ¿Qué diablos haces aquí Luzu? -la expresión de Quackity era de molestia total. — Tú estabas en...
— ¿En tu maldito laboratorio, no? Pues ya ves que no más, Pato. -Luzu le dirigía una mirada desafiante y amenazante. — He oído hablar de tus planes, Quackity. No voy a permitir que lastimes a nadie más, ya has hecho demasiado daño sin que ellos se den cuenta. — Luzu respondió con determinación.
Quackity soltó una risa burlona y se acercó amenazante hacia Luzu.
— ¿Y quién te crees para detenerme? Tú mismo me has servido ya como rata de laboratorio, ¿No, Arin?... ¡Desapareciste por meses y ninguno de ellos te fue a buscar! —Sacó un arma de su chaqueta y apuntó a la cabeza de Luzu. — ¿No crees que es estúpido arriesgarte por salvar a quienes no te salvaron?
— No sé quién te crees tú, pero no permitiré que destruyas la vida de inocentes. Si insistes en seguir adelante con esto, estaré dispuesto a hacerte lo mismo que planeas hacerles a los demás. — Luzu respondió fríamente, sin retroceder.
Rubius se interpuso, amenazante, entre los dos.
— ¿Y tú te crees, Luzu, que te voy a dejar dañar al Pato?
— Oh, ¿en serio? ¿Crees que me asustas solo porque te inflaron con magia robada?... oso estúpido, al terminar de usarte, morirás por el daño que le han causado a tu cuerpo.
Pierre aprovechó la pelea entre los indeseables visitantes para sacar a Máximus de la habitación y avisar a la familia de constructores. Aún mareado y tratando de no vomitar, Maxo tomó la mano de Pierre con toda la fuerza que pudo y le siguió hasta la habitación de Leonarda.
— ¡Foolish, Vegetta, será mejor que se vayan del hotel cuánto antes! — Nervioso, cerró la puerta tras de sí lo más suavemente que pudo. — Necesitaré que se lleven a Maxi con ustedes por favor.
— ¿Qué pasa Pierre? — la cara de cansancio y confusión de Vegetta le dio la bienvenida al ingeniero y al druida, mientras con su mano libre, movía el hombro de Foolish que estaba profundamente dormido a su lado. La pequeña Leo jugaba con sus mapaches en una esquina.
— ¡Estamos bajo ataque, es Rubius, han infiltrado el hotel, están en la habitación donde atendimos a Maxi, Cucurucho y Quackity están con él!
— Vegetta, ha comenzado una batalla ahora, estamos en desventaja, debemos salir de aquí mientras podamos y planear una estrategia para defendernos. — La voz cansada de Maxo le hizo caer completamente en la angustia por su futuro incierto.
— ¿Papá? — La carita de terror de la pequeña le hizo sentirse furioso e impotente, con su salud comprometida como estaba, no podía ayudar como quisiese, lo mejor que podía hacer por ahora era huir, y eso era lo que menos le gustaba.
La puerta volvió a abrirse y Roier entró corriendo con los demás niños de la isla.
— ¡Papá, tenemos que irnos ya!
Foolish despertó agitado y Vegetta le explicó rápido que debían moverse, Roier cargó a Leo y guio a todos a una salida oculta que Cellbit había planeado por si acaso algo como eso llegase a ocurrir.
Pierre apretó las manos de Máximus entre las suyas y con una sonrisa triste se despidió.
— ¿Te vas a quedar Pierre? — La confusión en el rostro de Maxo se hizo evidente junto a su preocupación por el francés.
— Tengo que ayudar a los demás, vete con los niños, no te preocupes, protege a Pomme por mí, ¿Sí?... Etoiles les esperará y les protegerá en el refugio.
— Cuídate mucho por favor... Yo...
— ¡Máximus, apresúrate pendejo! — Roier le dio un tirón para hacerlo entrar al túnel.
ESTÁS LEYENDO
Estaba Escrito en las Estrellas.
Fanfiction¿Pueden dos personas estar predestinadas a estar juntas? La compañía constante del semidiós Foolish hace que el supuestamente petrificado corazón de un guerrero elfo oscuro llamado Vegetta, vuelva a palpitar de nuevo. ¿Podrá el amor hacer que Veget...