"23"
Faltaban pocos días para regresar a Hogwarts. Hermione había llegado a la casa Black hace unos días, y al enterarse, Ron también decidió quedarse allí. La Madriguera le resultaba insoportable sin Ginny, aunque evitaba hablar del tema.
Una mañana, mientras estaban en el comedor, compartiendo un desayuno tranquilo, la calma se rompió con el sonido de pasos apresurados en las escaleras. Hermione irrumpió en el comedor, respirando agitada.
—¿Harry está aquí? —preguntó con urgencia.
Ron levantó la cabeza con sorpresa.
—¿Harry? ¿De qué hablas?
—Harry Potter. ¿Conocen a otro Harry? —replicó Hermione, impaciente.
Alice, que estaba sentada en la mesa junto a Sirius y Remus, sintió un nudo en el estómago al oír su nombre. Desde aquel casi beso en el tren, no había podido sacarlo de su cabeza.
—¿A qué te refieres, Hermione? —preguntó Alice, tratando de disimular su nerviosismo.
—Escuché ruidos en su habitación. Entré, y allí estaba Hedwig con todas sus cosas —explicó Hermione rápidamente.
Sirius arqueó una ceja y se cruzó de brazos.
—Creería saber si mi ahijado está en mi casa —respondió con incredulidad.
—Pues te aseguro que lo está.
—En efecto, estoy aquí —intervino Harry, entrando en el comedor con una sonrisa ligera.
—¡Harry! —Hermione exclamó, girándose rápidamente para abrazarlo.
Ron se unió al abrazo, mientras Sirius y Remus se acercaban para saludarlo.
—¿Por qué no avisaste que venías? —preguntó Sirius, dándole una palmada en el hombro.
—No lo planeé. Dumbledore me trajo —explicó Harry.
—Ya veo —respondió Sirius con una sonrisa.
Mientras los demás tomaban asiento, Harry buscó la mirada de Alice. Ella sintió cómo su corazón daba un vuelco. Él no apartaba los ojos de ella, y eso solo hacía que el ambiente se volviera más denso y cargado de algo que no podía nombrar.
—¿Tienes hambre? —preguntó Alice, levantándose abruptamente, buscando un escape.
—No, gracias —respondió Harry, sin dejar de mirarla.
Alice asintió, recogió los platos y salió del comedor dirigiéndose a la cocina, incapaz de sostener más aquel intercambio de miradas. Sirius observó a ambos con una expresión pensativa. Había algo entre ellos, y era evidente.
—Toma asiento, Harry —dijo Sirius, sacándolo de su ensimismamiento.
Antes de que pudiera responder, la puerta de la casa se abrió de golpe. Lyra y Draco entraron sin aviso, pasando rápidamente hacia las habitaciones del piso superior. La actitud de Lyra era fría y desafiante.
—Lyra, hija —llamó Sirius, intentando detenerla, pero ella lo ignoró, apartándose bruscamente.
Alice apareció en la puerta del comedor al escuchar el nombre de su hermana. Sus ojos reflejaban una mezcla de esperanza y tristeza.
—¿Está aquí? —miró a su padre—. Yo sé que le mentí —dijo, su voz quebrándose—, pero es mi hermana. La quiero conmigo.
Sirius la miró con ternura y la abrazó.
—Volveremos a ser una familia, dulcesito. Te lo prometo.
—¿Y si nunca regresa? —preguntó Alice con lágrimas contenidas.
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LAS HERMANAS BLACK
FantasíaDos hermanas, hijas del mismísimo Sirius Black, vivirán su propia historia dentro de Hogwarts. Entre amistad, amor, traición y la guerra que se avecina, nada será igual cuando descubran la verdad detrás de su apellido. Porque a veces, ser amiga del...
