"31"
Lyra
Como cada día, Draco y yo nos dirigimos a la Sala de los Menesteres para intentar, una vez más, hacer funcionar el armario. Ese molesto mueble me tenía realmente harta. Después de Navidad, Draco y yo decidimos no volver a mencionar la pelea que habíamos tenido; preferimos dejar las cosas así.
Cuando Draco metió el pájaro en el armario y lo abrimos de nuevo, el ave se escapó. Lo cerré rápidamente, esperando que regresara, pero al abrirlo otra vez, lo encontramos sin vida.
Draco se arrodilló, con lágrimas en los ojos. Al verlo así, me agaché a su lado y lo abracé con fuerza.
—Está bien, todo está bien —susurré, tratando de consolarlo. Me dolía verlo así.
(•••)
Alice
Los cuatro estábamos sentados en el gran comedor desayunado, Ron no paraba de ver la mesa donde estaba Lavender.
—Ya basta, Ron. Provocas nieve —dije quitando la nieve de la mesa.
—Cuéntame otra vez como rompí con Lavender —Ron le pregunta a Hermione.
—Bueno... ella fue a visitarte al hospital —ella voltea a vernos—, y hablaron, no creo que haya sido una conversación especialmente larga.
—No me malinterpreten, estoy feliz de que se acabara, pero se ve muy enfadada —los cuatro volteamos para verla.
—Es cierto se ve muy enfadad —regrese la vista a mi libro.
—¿Dices que no te acuerdas de nada? —le pregunta Hermione con nerviosismo— ¿Nada de nada?
—Hay algo, pero es imposible. Yo estaba alucinando, ¿no?
—Sí, claro. "Alucinando"
Yo levanto un poco la vista viendo a Katie en el comedor rápidamente le aviso a Harry.
—Harry, allá está Katie —le señaló, Harry voltea rápidamente y se levanta para ir hacía ella.
Lyra
Tras pasar un tiempo en la Sala de los Menesteres, nos dirigimos al Gran Comedor para desayunar. Al cruzar el umbral, Draco se detuvo de golpe, con el rostro descompuesto. Lo miré, confundida, y luego seguí su mirada.
Allí, entre las mesas, estaba Katie. La misma chica que había estado en el hospital.
Draco se quedó paralizado. Harry, desde el otro extremo del salón, lo observaba con una mezcla de furia y sospecha. Entonces, sin decir palabra, Draco soltó mi mano bruscamente y salió corriendo.
—¡Harry! ¡No! ¡Draco! —grité, corriendo tras ellos—. ¡Espera, Draco! ¡Harry, todo es un malentendido!
Draco se encerró en el baño y, al llegar, lo encontré quitándose el chaleco con manos temblorosas, lágrimas cayendo por su rostro. Me lancé a abrazarlo.
—Está bien... todo va a salir bien —susurré, acariciándole la espalda mientras en el espejo aparecía el reflejo de Harry, que acababa de entrar.
—Sé lo que le hiciste a ella, Malfoy. La hechizaste, ¿verdad?
Draco se dio la vuelta, la varita en alto, y sin pensarlo dos veces, lanzó un hechizo. Harry reaccionó al instante. El baño se llenó de destellos, gritos y el eco de la magia chocando contra los muros de piedra.
—¡Draco, basta! ¡Harry, detente! —grité, pero él me empujó con fuerza hacia uno de los cubículos y lo selló con un hechizo.
Quedé atrapada. Golpeé la puerta con fuerza, impotente, mientras los hechizos retumbaban como truenos.
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LAS HERMANAS BLACK
FantasíaDos hermanas, hijas del mismísimo Sirius Black, vivirán su propia historia dentro de Hogwarts. Entre amistad, amor, traición y la guerra que se avecina, nada será igual cuando descubran la verdad detrás de su apellido. Porque a veces, ser amiga del...
