–Kendall–dice Nataly.
–Dime–digo sin ánimos.
La besó en mi cara, en mi puta cara, no le importó nada.
Nataly me estaba hablando pero prácticamente no escuchaba nada, sentía su voz lejana.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos, en la noche de ayer.
En Harnold y Juliana.
En su beso.
En las miradas de Harnold.
–Kendall–dice Naty tocando mi hombro–Me estás escuchando.
Rompí en llanto, mi corazón estaba destrozado, no podía aguantar más, me sentía mal, me dolía el pecho y me dificultaba respirar.
Naty me abrazó fuertemente, ella llevaba rato distrayéndome, pero mi mente era fugaz, no permanecía en la realidad, estaba sumergida en la noche de ayer, porque de mi cabeza no salía aquella imagen.
Ayer estábamos hablando tan bien, y hoy estas saliendo con alguien.
Entonces.
¿Por qué tantas indirectas?
–Solo sé decirte, que él, no lo vale, simplemente eso–dice haciendo cosquillas en mi cabeza y abrazándome de lado.
Yo no decía nada, permanecí en silencio hasta que me pudiera tranquilizar y mis palabras pudiesen salir.
–Es que men–mi respiración empezó a agitarse otra vez, y mis ojos empezaron a cristalizar–Si yo le he demostrado tantas veces que lo quiero, porqué coño tengo que pasar por esto.
Rompí en llanto una vez más, los sollozos era lo único que sé escuchaba en la habitación, mi pecho ardía del dolor, mi cabeza quería explotar y mi respiración estaba descontrolada, y se me dificultaba para respirar.
–Porque él no sirve, es un mierda, y tú–dice señalando mi corazón con su dedo índice–Eres muy bonita y de gran corazón para alguien tan imbécil e idiota cómo él.
Le doy una sonrisa sin ánimos y ella limpia las lágrimas que rodaban por mis mejillas.
–Gracias Nataly, no se que haría sin ti. Te quiero–digo y ella me abraza fuertemente.
–Yo también te quiero Ken–dice besando mi mejilla–Para eso estamos, siempre vamos a ser Natken.
[...]
Pasó largo rato, pasé la tarde con Naty y Néstor, ellos me hicieron compañía por largo rato, me sacaron de mis pensamientos y pasamos una buena tarde.
Me encontraba de regreso a mi casa, tenía mis auriculares puestos, pero aún no había puesto música.
Estaba ahí, Harnold estaba ahí, parado de espaldas a pocos metros de mí, estaba solo, sin Juliana, nada más se encontraba con un grupo de chicos.
Me giro para dar la vuelta y sigo caminando como si nada.
–Kendáll–grita Harnold pero lo ignoro, me hago la que no escuché
Oigo unos pasos apresurados acercándose a mí, y para que decirlo si ya sabía quien era.
–Kendáll, espera.
Lo que me faltaba, no te bastó con ayer, si no que ahora vienes como si nada hubiese pasado.
Seguí caminando y él me toma del brazo. Le regalo una mirada fría y una sonrisa fingida.
Harnold me quita un auricular y me regala una sonrisa tierna.
–Me llamabas–digo fría y cortante.
Él asiente con la cabeza y yo vuelvo hablar.
–Que quieres.
Harnold frunce ligeramente el ceño y me mira extrañado.
–¿Qué pasa? ¿Está todo bien?
Ja y ahora vienes y me preguntas.
¿Está todo bien?
Si está todo bien, mi cara y mi tono de voz te dicen que estoy bien.
Sí, Harnold, estoy bien, porque como ayer te vi basándote con una en frente mío me siento muy feliz.
–Sí, está todo bien. Ahora si me disculpas debo irme–digo y sigo caminando.
–No, espera–dice y me toma una vez más del brazo–Tengo que hablar contigo.
–Pues dime, estoy algo apurada–digo indiferente cruzando mis brazos.
–Anoche.
Mi corazón se estrelló otra vez.
Trago grueso y decido hablarle evitando que se de cuenta.
–Qué pasó anoche.
–¿Qué te pasó que te vi llorando?
Genial, bravo vida bravo, necesitas algo más de mí, no sé, no quieres mandarme un pase al cielo con diosito.
No digo nada permanezco callada, mi vista se estaba nublando, las lágrimas amenazaban con salirse de mis ojos.
Bajo la cabeza y respiro fuertemente.
–Kendall–estaba hablando en serio porque no me dijo Kendáll–¿Qué te pasaba? Y no me digas que nada, porque ayer te vi llorando, hablando con Néstor, alejados de todos.
Mierda, que pensé que no me habías visto joder.
Si ya habíamos empezado esta conversación, porqué no la podía terminar.
–Porque me duele–suelto de golpe aún mirando abajo, apretando mis manos y aguantando los deseos de llorar–Me duele verte con otra persona.
Harnold da un paso hacia mí y yo retrocedo.
–Kendall–dice con tono bajo.
–No tienes que cogerme lástima. Ustedes son novios y tienes todo el derecho de estar con ella.
–Kendall, no es mi intención hacerte daño.
–Da igual Harnold–digo en un hilo de voz, ya mis lágrimas corrían por mis mejillas–Tú y yo no somos, no fuimos, ni vamos a ser nada.
–Por un hombre no se llora–dice con la voz cortada.
–Contigo es diferente, joder vas a poder entender que a ti te quiero de verdad, alguna vez en tu vida vas a poder entender eso.
Harnold se queda callado, no dice tan siquiera una sola palabra.
–Ahora si me disculpas, tengo que irme.
Mis ojos estaban llorosos, mi corazón latía fuertemente y sentía un gran peso sobre mis hombros.
¿Por qué coño te alejas, y después vienes como si nada?
Dime
¿Qué pasa por tu cabeza cuando me das esas miradas?
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__________________🌺Actualización Doble.
Los quiero caramelitos.
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Me Enamoré De La Persona Equivocada
Teen FictionÉl la volteaba a ver cuando estaba entretenida Ella lo miraba a escondidas Sus miradas nunca coincidieron Y su historia jamás comenzó Portada:DanielaFP654 Aquí dejo su instagram para que la sigan: Danifer_book De paso me siguen a mí :) kiko_0786