CAPÍTULO XVIII

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Mañana voy a tú pueblo, quiero hacerme un tatuaje. Cuando llegues del hotel me llamas, que te voy a estar esperando.

Al ver el mensaje de Harnold en la pantalla en mi interior todo se removió. Sensaciones, mi corazón se aceleró y mi sonrisa de felicidad era muy visible.

Todos mis pensamientos fueron interrumpidos al sentir el toque de la puerta. Supuse que era mi mamá para que bajara al buffett a cenar.

-Un momento-digo poniéndome una sudadera negra y unos jeans deportivo del mismo color. Amarré las agujetas de mis zapatos y dejé mi pelo suelto, cayendo hasta mis hombros cada rizo. Abro la puerta de mi habitación y ahí se encontraba mi madre con un vaso de cerveza en su mano, recostada a la pared y con una mirada de querer asesinarme.

-Hija hace rato estamos esperándote para ir a cenar-dice mi mamá impaciente.

-No se ni porqué me esperan-digo volteando los ojos y cerrando la puerta de la habitación.

Emprendimos camino al buffett hasta llegar al mismo que no quedaba tan lejos de nuestras habitaciones. El olor a comida hacía mi estómago rugir, tenía mucha hambre, desde la tarde no comía nada.

-Joder, este olor a comida me dan náuseas-dice mi madre aguantando su estómago y poniendo una mano en su boca y nariz.

La miro riendo y niego con la cabeza, mientras buscaba un plato para empezar a servir mi comida.

Preparé una ensalada de salchichas, en que consiste, en diferentes tipos de salchichas y diferentes tipos de queso. Heché mayonesa, ketchup y mostaza encima de la mezcla de salchichas y queso, que lo había adornado de una forma muy bonita y puesto pan alrededor de ellas.

Me dedico a tirar una foto a mi obra maestra y subirla a mi historia de WhatsApp.

Siento mi celular sonar y puedo ver el nombre en la pantalla y la notificación.

Harnold.

En serio vas a un hotel a comer salchichas.

Sonrío al ver su mensaje y me dedico a responderle y a hablar un rato con él.

Si no me traes algo te hago virar, me captas.

Me escribe Harnold ese mensaje que me ha hecho reír como tonta.

Hasta mañana, Harnold.

Desactivo los datos móviles y pongo mi celular a coger batería.

Me dedico hacer las maletas y poner música en la televisión mientras empacaba todo.

Que bien Harnold, mañana te voy a ver.

Salto en alegría y comienzo a bailar como loca.

[...]

Mi teléfono no sonaba, ninguna notificación, ningún mensaje por WhatsApp, nada.

Joder, Harnold me dijiste que me ibas a llamar.

Me cago en todo.

-Má. Voy a comprar pizza, ahora regreso-grito a la mayor desde mi habitación, que se encontraba en la cocina. Tomo algo de dinero y salgo.

Salí de mi casa, y emprendí a la cafetería a par de cuadras de mi casa. Como si la vida me lo hubiese puesto en el camino, lo vi.

Harnold.

Lo vi a lo lejos, una sonrisa genuina se formaron en mi labios. Nuestras miradas se cruzaron, y se decían algo, no se lo que se decían, pero lo hacían, o al menos la mía si quería decirle lo lindo que me parecía, que me daba mucho gusto verlo, y mis labios morían por querer acercarse a los de él y decirle lo mucho que lo amaba.

Me Enamoré De La Persona Equivocada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora