°•Capitulo 6•°

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Mi respiración era suaves y tranquila, mi cara relajada y serena sin mostrar expresión alguna.

Mi cuerpo descansaba en aquella mesa, específicamente encima de mis apuntes decorados y bien resumidos sobre temas que no me interesaban pero que el gobierno me obligaba a aprenderme.

Llevaba toda la semana sin dormir bien, sin descansar y desconectar del todo.

Todo el día pensando en los estudios y calentándome la cabeza intentando cuadrar el tiempo que no tenía con las cosas de sobra que me tenía que estudiar.

Hasta que esta tarde ya no podía más después de casi toda la semana, me acabe rindiendo ante el sueño, quedándome frita en mi escritorio.

En verdad, no podía permitime este lujo, pero esque no podías más. Era o dejarme dormir o que se me acabe la energía vital.

-kaori- entró mi hermano por la puerta.

Al no escucharme levantó la cabeza para buscarme. Me encontró dormida encima del escritorio.

Sentí como me echaban una manta por encima, yo me desperté y me levanté del escritorio.

-shh, perdona no te quería despertar- me susurró Kakucho cerca de mi.

-no no te preocupes si tengo que seguir estudiando- me pase mis manos por mis ojos mientras me estiraba.

-tendrias que descansar- me dijo lentamente

-que no puedo Kakucho- me negué en rotundo.

-bueno pero por lo menos come algo mujer!- se le notaba que estaba preocupado, y era completamente normal.

No dormía bien y tampoco comía lo que se dice, decentemente, comía lo mínimo y casi todo eran porquerías.

-esque no tengo hambree- me quejé, pero era verdad, con los nervios y el estrés no tenía hambre.

-me da igual, venga vamos a la cocinar- me cogió de la mano tirando de mi, haciendo que me levanté de la silla.

-que no tengo ganas Kakuchooo- me fuí quejando hasta llegar abajo a la cocina.

En la cocina, llegué y me senté en la silla de la cocina, mientras Kakucho buscaba comida.

-a ver... Hay...- buscaba algo que comer pero no había nada, se quedó callado.

-hay...?- pregunté al ver que no hablaba.

-nada- contestó con el ceño fruncido y una sonrisa.

-como que nada?- me acerqué yo extrañada al armario, y efectivamente, no había una mierda.

-esto que es?- me sorprendí al no ver nada de comer.

-se llama, nadie va a comprar- dijo Kakucho detrás mia. Yo me giré a verlo enfadada.

-se llama que si yo no estoy donde tengo que estar y me desentiendo de la casa ¡Nadie va a comprar!- le grité en la cara regañandole.

-con que dinero voy a ir yo a comprar!?- levantó sus hombros.

-me lo pides y vas! No que me tengo que encargar yo sola de toda la puta casa!!- me quité la manta de encima, dejándola encima de la mesa y me fuí escaleras arriba a vestirme para ir a comprar.

Kakucho se quedó abajo mirando al suelo sintiéndose culpable, no era algo que podía negar, desde "aquello" tu te encargaste de todo.

No podía hacer nada antes, porque era solo un niño, tu no lo culpabas, pero ahora ya tenía edad de, por lo menos, ayudarte a hacer la compra, limpiar la casa...

°•Contigo a mi lado•°  Shinichiro y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora