°•Capitulo 19•°

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-a donde vas?-

Acababa de vestirme, llevaba una falda pantalón corto de color blanco y negro, un jersey no muy ancho con cuello alto del mismo color y una chaqueta larga que me llegaba un poco por encima del tobillo, del mismo color otra vez.

También llevaba unas medias negras, no quería congelarme, era noviembre.

Cogi un bolso negro con una cadena dorada, el cuál estaba llenando de todo lo que me hacía falta. Pintalabios para retocarme, pañuelos, el móvil y dinero.

Mientras metía todo Kakucho me vió de repente y me preguntó eso.

-a comer con Shinichiro-kun- le respondí mientras repasaba si llevaba todo.

-pero no íbamos a ir al centro comercial después?- me preguntó detrás mía. Yo me giré a verlo a la cara.

-bueno vamos mañana- él suspiró.

-vale... Ten cuidado- me sonrió suavemente.

-tu también, te he dejado macarrones en la nevera, solo tienes que calentarla- le expliqué mientras me ponía mis tacones negros.

-valee-

-nos vemos luego, te voy llamando- me puse de puntillas y le di un suave beso en la mejilla.

-ajam- me devolvió el beso y me abrazó suavemente. Yo solté una risa por si acción.

-chao!- abrí la puerta y comencé a caminar hacia el centro.

La verdad que estaba emocionada por todo, por qué tenía novio, por qué era el hombre de mis sueños e iba a ir a comer con él.

Estaba algo insegura de si iba vestida demasiado arreglada, me gustan las faldas y tal pero nunca me había puesto tacones, era la primera vez.

Nunca me pongo tacones, no veía la ocasión nunca, nada era tan especial. Pero hoy sí lo era.

Además no soy una enana, pero Shinichiro es bastante alto y me gustaría estar más a su "nivel" no parecer un gnomo de jardín al lado suya, por lo menos.

Cuando llegué al lugar, comencé a buscar a Shinichiro con la mirada, tenía que estar por ahí, ya había pasado la hora a la que habíamos quedado.

Lo encontré apoyado en la pared mientras miraba su móvil, él todavía no se había dado cuenta que estaba allí y menos mal, porque me había quedado embobada viéndolo.

Llevaba los típicos pantalones negros anchos que siempre llevaba pero le quedaban de escándalo, unos tenis de color blanco y algún detalle en rojo, al igual que su sudadera, roja entera con letras blancas.

Por qué le quedaba todo tan bien? Que clase de pacto con el demonio había hecho para ser tan perfecto?

Cogí aire y luego lo solté de golpe para coger valor. Así que me acerqué lentamente para saludarlo.

-perdón ¿Llevas mucho rato esperando?- dejo de atender el móvil para mirarme a mi.

Y vi como sus ojos brillaron al verme, o eso quise creer. Tenía la boca entreabierta y las mejillas rojas, todavía no me había contestado.

-shini?- me calle cuando vi como se llevaba una mano al pelo, el cual lo tenía peinado como siempre.

Levantó la cabeza, mirando al cielo y su mano tapaba sus ojos. Yo me quedé mirandolo extrañada.

-como puedes estar tan guapa?-susurro con tono quejoso, lo suficientemente alto como para escucharlo.

Yo me sorprendí cuando dijo eso y pum, cara roja.

°•Contigo a mi lado•°  Shinichiro y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora