Llegué a casa después de todo lo pasado a la hora justa de cenar. Entré por la puerta y vi como había luces encendidas.
-kakucho? Ya estoy en casa- anuncié mientras me quitaba los zapatos.
Pero nadie me respondió, empecé a caminar por el pasillo buscándolo y vi como la luz del baño estaba encendida y la puerta cerrada.
-kakucho estás ahí? Te ha dado un ictus apretando?- toqué a la puerta esperando una respuesta.
-coño que susto Kaori!- dijo de repente desde dentro del baño.
-estoy llamándote desde que he llegado, no te quejes, que tú estes sordo no es mi problema-
-lo que tú digas...- musitó.
-oye te queda mucho? Esque tengo un problema y necesito entrar- lo decía por la mancha que seguía en mi culo.
-me estoy bañando Kaori...- puso un tono cansado, soltando un suspiro al final.
-intenta tardar poco porfa, y otra cosa ¿Que quieres para cenar?- le pregunté pegada a la puerta.
-esto... ¿Podemos comer la empanada que vi el otro día en la nevera?-
-pero eso es muy poco ¿No?- le volví a preguntar cómo si fuera una madre.
-que quieres comer más?-
-quieres que haga rollitos de primavera?-
-si!- me contestó en menos de un segundo con mucha seguridad.
Así que de mientras que el señorito Kakucho se daba un baño relajante, yo fuí a coger mi pijama y ropa limpia, me cogí una compresa para luego cambiarme.
Bajé las escaleras esperando a que Kakucho hubiera terminado ya, efectivamente, ya había terminado.
Acababa de salir con la toalla alrededor de la cintura y una colgando del cuello, este chaval tenía un problema, nunca pero, nunca, se llevaba la ropa para vestirse en el baño.
-puedo entrar ya?- le puse una sonrisa de labios.
-si, pesada- dijo con tono borde.
-eh! A mi borderías no ¿Eh?- levante la mano con el dedo índice, mirándole con mirada dura.
-que si simpática- se fué escaleras arriba mientras se reía.
-hablo el mundo y dijo lo que pudo- no me giré para hablarle, simplemente avancé hacia la puerta.
Pero Kakucho si se giró a verme y se encontró con la mancha que llevaba.
-kaori... ¿Que te ha pasado?- me preguntó con tono preocupado.
-eh?- me giré a verlo confundida. Hasta que mi pequeño cerebro cayó en como llevaba la falda de bonita.
-ah si! Me ha venido la regla y no tenía compresas y pues...- levanté los hombros.
-y... ¿has ido con eso por toda la calle?- me preguntó señalando la mancha.
-si y no, me he tapado con la chaqueta del uniforme-
-a- soltó.
-me puedo bañar ya?- pregunté con una sonrisa impaciente y con una gota de cabreo.
-si...- después de eso subió las escaleras.
Después de rellenar la bañera con agua caliente, prácticamente hirviendo, me metí dentro. Y allí en aquel momento, el momento más tranquilo de todo el día... Me puse a pensar en todo.
Para empezar en lo que Shinichiro me dijo, ¿tan lista era? Si yo desde siempre me he considerado una gilipollas! No lo entiendo.
Sensata? Si era una histérica con problemas de ira, ¿Cómo iba a ser yo sensata? Simplemente hago lo primero que se me pasa por la cabeza.
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°•Contigo a mi lado•° Shinichiro y tú
Teen FictionKaori Hitto una chica aparentemente normal de secundaria, bajita, linda, parecía que era completamente feliz e inocente, parecía que no se había ensuciado las manos limpiando ni que tuviera una vida difícil. Pero debajo de eso, lleva el peso de las...