Capítulo 18

137 16 3
                                    

Entré a mi casa y sorpresa mía.

—Rose Elizabeth Lewi. Se levantó Stephanie del sillón junto a las mellizas y mi madre.

Oh Jesús, en la que me he metido.

—¡¿Dónde estabas?! Preguntó mi madre histérica.

Vi como cerró el puño, pero Tara y Lara la agarraron.

—Yo hablaré con ella, pero no aquí. Dijo Stephanie

Stephanie y yo caminamos hasta el parque de la parada de autobuses.

—Quiero que me digas toda la verdad, Rose. Me preocupas, sé que tienes algo con Harry, pero tanto para que te escapes con el?

—Steph, tu no entiendes, no es lo que crees.

—No me extraña que ya ni siquiera seas virgen.

—Basta. Stephanie, basta ¿Crees que es fácil para mi todo esto? No tienes ni la menor puta idea de todo lo que está pasando.

—Si no sé que mierda está pasando ¿Por qué no me lo dices? Tan amigas solos que no le cuentas nada, te la pasas con Harry, Tara jamás debió Habértelo presentado.

Por el amor a Cristo ¿En serio estaba discutiendo esto con Steph?

—Entiende que no es lo que tu crees, prometí ni decirle a nadie, por más que quisiera contarte no puedo, mierda.
Sí estaba con Harry, pero no puedo hablar más.

—¿Sabes qué? Cuando te dignes a decirme a mi, tu mejor amiga, que es lo que sucede, me vuelves a hablar.

Stephanie se encaminó hacia mi casa otra vez.
Cuando más apoyo necesitaba, mi mejor amiga me dejaba.

Estaba furiosa, quería romper todo, que todo volviera a la normalidad.
No tenía donde ir, mis amigas estaban en mi casa y acababa de pelear con mi mejor amiga, mi mejor amigo estuvo intentando cogerme y no podía contarle nada a nadie, mi madre quería golpearme y no sé como iba a hacer con mis estudios.

Estuve sentada en el parque por 10 minutos más, pero me armé de valor y fui a casa.

Stephanie iba saliendo en su motocicleta, sólo me miró y se marchó.

—Rose, tu madre tiene algo muy importante que decirte. Soltó Lara.

Vi la mirada de mi madre tensarse por un segundo, pero luego sus facciones se relajaron, se le notaba agotada

—Desde Hoy en adelante vivirás aquí sola. Me iré a Nueva York.

—¿Qué? Pregunté anonadada.

— he conseguido un mejor trabajo, me iré mañana. Quería decirte hace unos días que me avisaron, pero llamaron del colegio y ya no tengo ganas ni de verte, maldita bastarda, no sé que clase de hija estuve criando, pero ya no puedo.

Golpe bajo.

—Mira, sé que eres mayor y tampoco he estado lo suficiente, tu padre nos abandonó, no soy la mejor madre, de eso estoy consiente. Estoy furiosa, pero golpearte no es la maldita solución, tampoco arreglaremos nada gritándonos, hay que aceptar esta realidad. El punto es que me voy y espero que cuando regrese esté mi hija con un diploma de la secundaria y empezando la universidad.
Finalizó mi madre. Las lágrimas empezaban a deslizarse por mis mejillas, todos estaban decepcionados de mi, Tara y Lara seguían junto a mi madre, claramente no querían hablar conmigo. En sus rostros podría ver la pena.

—Mamá...
—Ahórrate todas las palabras, estoy cansada de lidiar con esto, ahora me tengo que ir ya que es mi último día de trabajo, espero que comprendas que ahora estás sola. Te mandaré dinero una vez al mes, pero tendrás que buscar trabajo. Es hora de que madures.

Dicho todo eso mi madre paso por mi lado, me dio un beso en la frente y salio hacia el hospital. No la volvería a ver en un largo rato.

—Lo siento Rose. Habló Lara.
—Estaremos contigo. Dijo Tara.

Me abrazaron y salieron de mi casa.

En todo esto ya eran las 5:47 de la tarde, el sol se escondía y yo estaba sola.
Mi teléfono empezó a sonar.
—Hola.
—Rose, qué sucede?
—Nada.
—Te escucho la voz cortada.
—Necesito que vengas, urgente.
—Llego en 15.

En ese momento se cortó la llamada.
Pasaron 20 minutos y todavía no llegaba.
Estaba tan desanimada que si me golpeaban en ese momento no sentiría dolor, era más fuerte el que llevaba por dentro.
Sonó el timbre y fui a ver quien era.

—Pasa. Dije al abrir la puerta y ver a Harry.
—¿Qué sucede?
—Todo sucede.
—Rose, deja de dar vueltas, me estás asustando.
—Stephanie no le habla, mi madre se va a nueva york mañana temprano, está harta de mi, se va y se olvida de mi, Lara y Tara me tienen pena, estaré sola el resto de mi puta vida, no tengo a nadie, mierda.

Las lágrimas empezaron a volver a caer de mis ojos y recorrer mis mejillas, estaba hecha una Magdalena. El poco rímel que tenía estaba todo corrido.

—Rose...
—Harry, soy un desastre, he defraudado una vez mas a mi madre, y lo peor de todo es que ya no hay vuelta atrás, todo lo que me dijo. Mis amigas me tienen lastima y Stephanie me cree una puta.

No podía parar de llorar.
Sentí los grandes brazos de Harry rodearme.
—No estás sola, yo estaré contigo todo el tiempo que necesites.
—Nunca tuve una buena relación con mi madre, pero jamás pensé que llegara a éste extremo.
Harry limpiaba mis lágrimas con cuidado por sus grandes dedos.
—Stephanie está celosa, no quiere saber de mi, dice que si tan amigas eramos por qué nunca le conté nada, joder.
Y para terminar de cagarla, nos quieren ver muertos a ambos.

No paraban de salir lágrimas.

—Rose, mírame.
Alcé la mirada y sus esmeraldas me miraban fijamente.

—Deja de lamentarte, todo mejorará, ahora llora todo lo que necesites, aquí estoy contigo.
—Quizás nunca debí haber nacido.
—Rose, basta.
—Mi madre se irá mañana. Puedo pedirte un favor?
—Dime
—Quédate aquí conmigo

Le pedí a Harry que se quedara ésta noche conmigo, lo único que quería era compañía.
A la mañana siguiente me levanté primero que Harry, pero ya mi madre se había ido, su cuarto estaba completamente vacío, se había llevado todas sus pertenencias, en la mesa de noche me había dejado 2000£.

Seguía algo triste, pero no como la noche anterior.

—Buen día, linda. Saludó Harry entrando a la cocina.

—¿no tienes frío? Le pregunte al ver que seguía en boxers.

—Estoy acostumbrado.

Luego del desayuno nos bañamos. Harry llamó a Louis ya que nos quedaríamos un tiempo en su casa, yo seguiría yendo a clases con normalidad, pero Harry no se expondría a tanto.

Teníamos que cuidarnos, en cualquier momento podríamos ser atacados nuevamente.

My Little Problem  » Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora