The Love, My Problem. - Capítulo 17

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Estaba tan cabriada. No tenía deseos de llegar a la jodida casa, ni ver a los idiotas de mis "amigos". Tampoco tenía dónde caer muerta.
Le dije al taxi que me llevara a una vieja cafetería a la que solía ir de niña, o bueno, los tres primeros años de la secundaria. ¡aún seguía justo ahí! Le pagué a señor del taxi y bajé de él.

Entré a a vieja cafetería, lucia algo mejorada, supongo que al pasar el tiempo...

—Buenos días—dijo una chica del otro lado del mostrador —.qué va a ordenar—Dijo nuevamente. Sonreía, y no por simple cortesía, parecía algo característico de ella.

—Hola
Le devolví la sonrisa.
—¿Aún están sirviendo desayuno?—pregunté
No sabía que hora era.
—Claro, ¿qué gustas desayunar?—preguntó amablemente

Miré el pequeño menú que tenían.

—Bueno, uno huevos revueltos y unos pancakes, por favor.—dije
—Listo, en unos minuto estará listo.
Le pagué lo debido y me extendió un recibo y arriba tenía un número, mi número para cuando me llamaran, aunque no había mucha clientela.

Me senté justo en los asiento del mostrador junto a la caja registradora.

—No has tenido un buen día, ¿cierto?
Se acercó del otro lado del mostrador.
—No he tenido un buen día desde hace mucho.—Dije
—Puede darse a notar con esa mirada perdida.—Dijo

Por alguna razón su voz era muy tranquilizante y relajada. Parecía una chica con mucha confianza en sí misma, una buena persona. O al menos lo parecía.

Yo no le contesté a eso.
—Oh, lo siento...—se disculpó.
—No te preocupes. El lugar a cambiado un poco.—comenté
—La hija del dueño ha hecho algunos cambios con la decoración.
—Yo solía pasar el rato aquí, pero hace mucho tiempo que no pasaba por acá.
—Sí, tu rostro me parece algo conocido...—Dijo
—Me llamo Rose.
Sonreí sin enseñar la dentadura
—¿Rose? ¿Rose Lewis?—Preguntó
—Pues sí.
—Fuimos juntas al cuarto grado en primaria.—Dijo sonriente
—Oh...
—Soy Kim. Kim Pitterson
—Oh, Kim. Vaya, el tiempo se va volando.—Dije sonriendo

Sonó un timbre y por la ventanilla que había en la pared, se asomó mi plato con el desayuno.

Ella se movió a buscarlo y lo puso al frente de mí.
—Buen provecho. —Dijo
—Gracias.

Comí todo con mucha calma, Kim estaba limpiando mesas.
Terminé todo y me levanté.

—Espero verte más seguido por acá. —Dijo sonriendo.
—Claro. Igual fue un gusto verte, Kim.

Salí de la cafetería y empecé a caminar. No sabía a donde ir, y la vestimenta que llevaba no era apropiada para el día.

Terminé caminando por todas partes, sin rumbo...
Empecé a distinguir el vecindario e inmediatamente vi esa casa . La casa donde había vivido 18 años  y de la que había podido huir gracias a Harry...

Un gran vacío dentro de mi volvió a joderme.

Seguí caminando.

Ya se me empapaba la mirada.

De pronto, justo ahí, el parque de la estación de buses.

Caminé hacia sus adentros y me senté en una de las bancas. ¡Vaya sorpresa! ¿coincidemcia? No lo creo...

Justo en el respaldar habían señales de bala, esas balas. Sabía perfectamente que eran las marcas de las balas de aquel día.

Sentí una fuerte punzada  en mi estómago y empecé a llorar desconsoladamente, sólo eras más emociones.

Las lágrimas se resbalaban una y otra vez por mis mejillas, dejando un rastro empapado.

Pasé toda la tarde así, tan patética y miserable. De pronto abrí mi bolso, el móvil no estaba...

«A la mierda me he vuelto a ir» pensé.
El único lugar donde podría estar mi móvil era donde el tal Logan y su inmensa mansión.

Gracias a dios me había quitado el maquillaje en su baño, así ya no tenía marcas de maquillaje corrido de tanto llorar.

Caminé un poco más y tomé un taxi hasta la casa de Mike, el era la única persona a la que podrían recurrir.

Sólo deseaba que estuviera en su casa.

My Little Problem  » Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora