Pequeño lobo arrepentido.

5. Lista de suministros.

Con Zhang Zhi a su lado, Qin Chi pudo dormir profundamente y recuperar sus energías.

A las seis de la mañana, el despertador sonó y se levantó para hacer ejercicio y prepararse para la vida futura de huida intensa.

Qin Chi no era un joven mimado. Su madre era profesora universitaria, y su padre, un conocido empresario de la ciudad. Ambos no malcriaron al niño y desde temprana edad cultivaron sus habilidades de supervivencia. Para protegerlo, lo enviaron a aprender artes marciales y defensa personal.

Cada verano, su padre lo llevaba a un campamento de entrenamiento para jóvenes en el ejército, para que experimentara la vida militar. Después de terminar la secundaria, Qin Chi aprendió muchas habilidades de combate, gracias a Lao Yuan, desde el uso de diferentes armas de fuego hasta conocimientos de preparación para la guerra y primeros auxilios.

Después de que Zhang Zhi lo llevara de vuelta a China para que empezara la universidad, Qin Chi se unió a un club de lucha libre en el campus, no solo para mantenerse en forma, sino también para poder proteger a las personas importantes para él.  Gracias a sus habilidades de supervivencia y fuerza en el combate, Qin Chi pudo sobrevivir durante varios años en el apocalipsis. Si no fuera por la intromisión de Zhang Leyue y Wei Zhinan, no habría fracasado tan miserablemente.

Hoy era fin de semana y Zhang Zhi no tenía que ir a trabajar.

Qin Chi planeaba llevarlo al hospital para que se hiciera un chequeo y luego saldría a recolectar más suministros.

Después del desayuno, Qin Chi llevó a Zhang Zhi al hospital y lo hizo recibir tratamiento intravenoso según la sugerencia del médico.

Zhang Zhi yacía en la cama del hospital, observando cómo el líquido frío se inyectaba en su cuerpo, recordando la dolorosa escena de cuanto tuvo el aborto.

En ese momento, Zhang Zhi yacía en la cama, sin fuerzas, observando la luz fría de la lámpara quirúrgica mientras el personal médico procedía a realizar el legrado para eliminar los restos del tejido embrionario.

El proceso fue doloroso y frío, y cada vez que Zhang Zhi lo recordaba, se sentía increíblemente solo y sin esperanzas. El hijo al que había esperado con ilusión no estaba destinado a estar con él y lo había perdido demasiado pronto. Se sumergió en una oscuridad sin fin de la que era difícil salir, pero por suerte, Qin Chi estuvo dispuesto a acompañarlo en ese momento tan crítico.

Zhang Zhi se giró ligeramente para mirar a Qin Chi, que estaba sentado en una silla al lado de la cama, concentrado en leer las instrucciones de los diversos medicamentos. De vez en cuando, escribía algo en su cuaderno, que Zhang Zhi se dio cuenta de que eran los nombres y los principales efectos de los medicamentos.

—¿Por qué estás escribiendo eso?

Qin Chi sonrió.

—Solo por diversión.

Los medicamentos que había incluido en su lista anterior no incluían esos, pero considerando que Zhang Zhi podría necesitarlos en un futuro cercano, trató de estar preparado por si acaso.

Zhang Zhi no sospechaba nada y giró la cabeza para mirar la televisión en la pared, que estaba transmitiendo las noticias.

—...Según informes, el material de este tipo de ataúd encontrado en una tumba antigua y desconocida es muy especial. Los expertos creen que es un milagro que la humanidad aún no puede explicar. ¿Existen más misterios en el mundo antiguo que valga la pena investigar en el futuro...?

Zhang Zhi miró la televisión por un tiempo y sonrió ligeramente.

Qin Chi cerró la puerta de la habitación y se sentó en la camilla con Zhang Zhi en sus brazos. Desde que renació, Qin Chi no podía separarse de Zhang Zhi y siempre que podía, quería estar cerca de él.