113. Despertar.

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Xie Yuzhao, impotente, les dijo a sus parientes:

-¿Pueden tener un poco de vergüenza? ¿Cuándo tuvimos salchichas y leche? ¡Esas cosas fueron saqueadas por el grupo anterior!

-¡Cállate, es obvio que lo robaron!

El esposo del omega le lanzó una mirada amenazante a Xie Yuzhao.

Aunque los demás no dijeron nada, todos le dieron a entender a Xie Yuzhao con la mirada que no permitían sus "palabras sin sentido".

Viendo que toda la familia Xie estaba a punto de pelearse por esos suministros insignificantes, Qin Chi no quiso complicarse y le hizo señas a Xie Yuzhao para que se calmara y no hablara más por ellos.

Esos suministros podrían considerarse una recompensa temporal por alojarse en esa casa.

Luego, Qin Chi y Wen Jia llevaron a Zhao Fengnian, mientras Zhang Zhi sostenía un paraguas y llevaba a Qiao An de regreso.

Tras acomodar a Zhao Fengnian y al bebé, dieron por terminado el asunto. Después de tanto ajetreo, finalmente pudieron descansar un poco.

Lao Yuan colgó una bolsa de baño al aire libre junto al contenedor y se dio una ducha rápida con agua de lluvia limpia.

La lluvia torrencial era intensa y la temperatura estaba bajando. Era propenso a resfriarse al bañarse con agua fría, pero no había otra opción en ese momento.

Una vez que todos se bañaron y se cambiaron a ropa limpia, ya era casi medianoche.

Qin Chi sacó arroz auto-calentable y otros alimentos instantáneos del espacio. Todos comieron algo rápido y se quedaron dormidos en la cama, completamente exhaustos.

Aunque el viento y la lluvia seguían azotando afuera, al menos por el momento, estaban seguros allí.

En medio de la noche, el sonido del trueno asustó al hijo de Qiao An, y comenzó a llorar.

Qiao An pensó en sacar a su bebé afuera para calmarlo, pero el viento y la lluvia eran demasiado fuertes para salir.

Por suerte, todos estaban tan cansados que no se dieron cuenta, excepto Zhang Zhi, que se levantó para preparar la leche en polvo del bebé y ayudar a Qiao An a calmarlo.

Qiao An estaba muy agradecido.

-Zhi Ge, yo...

-No digas nada. Aquí todos somos amigos y cuidarnos mutuamente es lo que se supone que debemos hacer. -Zhang Zhi acarició la cabeza peluda del bebé y habló en voz baja-. Cuando pare de llover, iremos a la Base de Xizhao y podrás reunirte con tu esposo.

Qiao An forzó una sonrisa y asintió.

Esperemos que puedan reunirse.

Después de lograr que el bebé se durmiera, Zhang Zhi regresó a la cama y fue a parar a los brazos de un aturdido Qin Chi.

-Zhi Ge, ¿a dónde fuiste?

-Al baño.

Qin Chi estaba demasiado cansado, abrazó a Zhang Zhi y volvió a dormirse. Durmió profundamente, pero Zhang Zhi escuchó el sonido del viento y la lluvia afuera y no pudo conciliar el sueño.

-Xiao Chi... nosotros...¿tendremos hijos?

Qin Chi ya estaba sumido en el sueño y respondió instintivamente.

-Por supuesto que los tendremos, Zhi Ge. Mientras estemos juntos, los tendremos.

-Y si no los tenemos...

Pequeño lobo arrepentido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora