129. La reunión.

791 89 30
                                    

—El celo de un Omega no termina en una sola noche —explicó Zhang Zhi—. Probablemente todavía esté en celo después de lo que pasó contigo. Y como no puede encontrar a nadie que lo marque, está tomando demasiados supresores, lo que, claramente, está dañando su organismo.

Zhang Zhi, al ser un beta, apenas conocía sobre los periodos de celo. De no haber sido por las charlas ocasionales con Qiao An, no habría entendido nada de aquello.

Al escuchar que era su culpa, Lao Yuan adoptó una actitud más humilde.

—¿Qué puedo hacer para ayudarlo? ¿Debería buscar un médico?

Qin Chi respondió con resignación:

—No sé mucho sobre el tema, pero ¿de qué serviría un médico para un omega en celo? Si fuera así, todos los omegas del mundo estarían casados con un médico.

Lao Yuan se quedó paralizado por un momento antes de comprender lo que insinuaban.

—Pero... pero... —tartamudeó, incapaz de pronunciar bien las palabras—. Nunca he... ya saben. ¿Cómo podría...?

Qin Chi le dio una palmada en la espalda.

—Ten más confianza, Lao Yuan. ¿A parte de tí, hay alguien más que pueda ayudar a Xiao Xie en estos momentos?

Zhang Zhi empujó a ambos fuera de la habitación. Luego, despertó a la fuerza a Xie Yuzhe, cuya condición no hacía más que empeorar, y le susurró algo al oído.

En el pasillo, Lao Yuan caminaba de un lado a otro, mareando a Qin Chi.

Unos minutos después, Zhang Zhi salió y le hizo un gesto con la cabeza a Lao Yuan.

—Le expliqué la situación y está de acuerdo en que lo ayudes. Entra ya.

Lao Yuan parecía un pato al que empujaban al agua.

—¿En serio tengo que hacerlo?

Zhang Zhi, harto de su cobardía, lo empujó bruscamente hacia adentro y acto seguido, cerró de golpe la puerta.

Una vez que Lao Yuan entró, Qin Chi le preguntó a su esposo con el ceño fruncido:

—¿Es tan grave la situación?

Zhang Zhi se secó el sudor de la frente.

—No estoy seguro, pero si no recibe una marca temporal, el estado de Xie Yuzhe solo empeorará.

Ahora, Lao Yuan era la única opción, y Xie Yuzhe había accedido.

Xie Yuzhe también tenía una petición: quería que mantuvieran ocupado a su hermano. Si Xie Yuzhao regresaba y los encontraba, seguramente habría un baño de sangre.

Dentro de la habitación, Lao Yuan se acercó tímidamente a la cama, tratando de pensar en algo que decirle al omega que había lastimado. De repente, vio cómo el hermoso joven de rostro enrojecido salía de entre las sábanas y lo abrazaba sin decir una palabra.

Con aquel cuerpo, suave y perfumado, entre sus brazos, cualquiera perdería el control. Lao Yuan, un Alfa de instintos salvajes, no fue la excepción. Ambos se fundieron en un abrazo apasionado, cayendo sobre la cama.

Afuera, Zhang Zhi y Qin Chi, aún preocupados, escucharon un momento para asegurarse de que no hubiera problemas. Luego se alejaron.

Durante todo el día, inventaron excusas para llevar a Xie Yuzhao a recorrer la base, evitando que regresara y descubriera el conflicto entre Lauo Yuan y su hermano. A Xie Yuzhao le gustaba pasar tiempo con sus amigos, así que al anochecer todavía jugaba cartas con Zhao Fengnian y Mu Zi.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pequeño lobo arrepentido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora