¡Eres Insoportable!

2K 243 7
                                    

El sonido del teléfono de Becky la saco de todo sus pensamientos.

Llamada

—Dime Irin.

—¿Cómo has estado? Hace rato
Que no nos vemos.

—He tenido mucho trabajo.

—Por cierto, ¿y los niños?
Dales saludos de mi partes.

—Lo haré, no te preocupes.

—Bueno, era para decirte que el
Lunes en la noche te toca bailar.

—Pero es festivo...

—Becca, sabes que al sr Fang no
Le importa, además sabes lo
Peligro que puede ser.

Pffs lo sé, está bien, ¿a la hora de siempre?

—Si, por cierto Nop a venido
A buscarte últimamente.

—¿Para qué?

—No lo sé, dice que quiere hablar
Contigo.

—Que me busque en el bar
Ahí habláremos.

—Bueno, nos vemos el lunes
Cuídate.

—Igual, te quiero Irin.

—Y yo a ti Becca.

Fin de la llamada

Después de colgar la llamada Becky se preparó algo para comer, fue a la sala y vio algunas películas. En todo el transcurso del día no volvió a ver a Freen, «tal vez está en su despacho o yo que se, no me interesa», volvió a mantener su mente distraída con las películas.

La noche cayó, la Omega se dirigió hacia su cuarto, cuando iba subiendo las escaleras sintió un leve dolor de cabeza, pero conforme avanzaba el dolor se hacía más fuerte, su cuerpo comenzó a doler también, sentía que en cualquier momento se caería.

«Por favor no, falta un mes para el celo», sentía su cuerpo arder en calor.

Al llegar a su habitación empezó a revolver todo buscando los inhibidores «¿Dónde están? Estoy segura que los traje la semana pasada» se dirigió al baño y en la pequeña mesa donde estaban todos los implementos de aseo los encontró, tomó dos pastillas y cayó al suelo. Su cuerpo dolía de una manera insoportable, comenzó a llorar por aquel dolor que no se calmaba.

Dos horas, tenía que soportar dos horas para que hicieran efecto.

Freen quien se encontraba en su despacho buscando mil maneras de como reconciliarte con alguien a quien hiciste enojar, se sintió frustrada, ninguna de las ideas que aparecían le gustaba. Su atención se empezó a centrar en el fuerte y agradable olor a caramelo, pero combinado con excitación. «Maldición Becky», pensó para si misma.

Salió del despacho y se dirigió a la habitación de la Omega, en estos momentos agradece haber podido controlar sus instintos. —Becky, ¿estás bien? —la Omega se sorprendió al escuchar la voz de la alfa.

La Niñera De La Familia Sarocha [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora