Una Llamada Inoportuna

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Todos ya estaban en sus respectivas habitación. Becky había querido irse, pero por petición de Freen decidió que no le haría mal ni a ella ni a los niños quedarse a dormir. O bueno, eso es lo que la pequeña mente inocente de Becky pensaba, que iban a "dormir"

-Dijiste que íbamos a dormir -habló entre jadeos al sentir la mano de Freen tocar su intimidad.

-Nunca dije de que modo -sonrió al ver cómo la Omega mordió su labio inferior al sentir la invasión dentro de ella -No hagas eso, romperas tu labio y quiero oírte.

-No es tan fácil cuando tus hijos están a pocas habitaciones de aquí -Becky observo como la alfa sonrió como si hubiera aparecido una idea.

Se acercó hasta su rostro y comenzó a besarla al mismo tiempo que curva sus dedos encontrando aquel punto sensible haciendo que Becky ahogara sus gemidos en medio del besos.

El toque en la puerta las sorprendió haciendo que Becky maldiciera por lo bajo cuando estaba a punto de llegar a su máximo esplendor -¿Quién? -preguntó Freen deteniendo sus movimientos -Señora Freen. La llaman.

-Diles que estoy ocupada.

-Dicen que es importante.

-Está bien, ya puedes ir a descansar Non. Lo siento cariño -dejó un beso en sus labios y sacó su mano de la pijama de Becky quien suspiro con fastidio.

Se sentó en el borde de la cama y tomó el teléfono oprimiendo el botón número dos -¿Si?

-¿Freen Sarocha?

-Si.

-Disculpe la hora. Habla con Tiago.

-Espero que de verdad sea algo muy importante, porque estaba en medio de una situación muy interesante.

-Lo siento. Pero si es importante. Mire, hace dos días mi perro llegó con un niño a su lado. Jaidee Sarocha.

La alfa se quedó sin habla y miro a Becky quien la miraba intrigada por su reacción.

-¿Sigue ahí?

-Si, ¿Me podría decir cómo es el niño?

-Cabello negro, ojos marrones, nariz puntiaguda, pero no mucho, tiene cinco años y cuando lo encontré traía una mochila de Lebrón James.

-¡Es Jaidee!

Gritó Freen haciendo que Tiago alejara un poco el teléfono de su oreja. Becky sonrió de felicidad.

-¿Y dónde se encuentra?

-¿Conoce la ruta 52?

-Eso está al otro lado de Bangkok.

-Esa misma. En la ruta 52 a 15 kilómetros al occidente se encuentra un pueblo. En la hacienda Monterde.

-Gracias, estaré ahí mañana mismo.

La alfa colgó la llamada y abrazo con fuerza a Becky repartiendo besos en todo su rostro -Mi pequeño Jaidee apareció.

-Eso es bueno -habló mientras no paraba de reír por las cosquillas que le causaban por besos -Tenemos que llamar al oficial Tom y decirle dónde está Jaidee.

-Debes avisarle a los demás también.

-¿Irás conmigo? -Freen se acostó a un lado de la cama mientras atraía a Becky hacia ella abrazándola por la cintura -Está bien.

[•••]

Malee se encontraba observando la página de la canción que aún seguía sin resolver. Pensó en aquella palabras que le había dicho Becky. Quizás era momento de hacer de nuevo aquella investigación para ver si tenía suerte y daba con el paradero de aquella niña que abandonó.

-Amor -Mateo entró a la habitación -Ya es tarde, debes ir a descansar. ¿Por qué siempre vienes aquí?

-Es como mi lugar seguro -suspiró -No lo es, si lo fuera no saldrías triste de este lugar.

-Tengo que confesarte algo -Mateo notó la seriedad en la voz de su pareja y se sentó a su lado en aquella cama -Dime.

-Tu sabes como era mi vida antes de conocerte, a que me dedicaba y todos mis sueños de querer ser cantante -él asintió -Hubo un tiempo, en el que tome malas decisiones.

-Todos tomamos malas decisiones.

-Si, pero la mía fue abandonar a mi hija -el cuarto se quedó en total silencio. Pasaron unos segundos hasta que Mateo habló -¿Tuviste una hija?

-Si.

-¿Y la abandonaste? -ella asintió -¿Cómo pudiste hacer eso? -se alejó un poco de ella -Era muy joven.

-Eso no es una excusa, esa niña necesitaba de su madre, ¿Cómo pudiste estar en paz todo este tiempo?

-¡No lo estuve! El cargo de conciencia y remordimiento me ha estado atormentando es estos veintisiete años. No sabía que hacer, era una Omega que vivía en la calle con una bebé. Si se quedaba conmigo hubiera muerto. Y no entenderás mis razón.

-Tienes razón, no lo hago -él se levantó de su lugar dirigiéndose hasta la salida -Mateo.

-Necesito estar solo un rato.





La Niñera De La Familia Sarocha [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora