No Tiene Porqué Saber...

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Maratón 2/4

O bueno eso pensaban ellos, no todo es felicidad. La culpa de que las cosas estuvieran saliendo bien agobiaba a Becky, su secreto no permanecería oculto para siempre.

(...)

El domingo en la mañana todos estaban jugando parques en equipos de dos. Belove con Freen, Becky con Song y Saint con Nam. Ninguno estaba dispuesto a perder —¡Ey te toco cinco y moviste seis! —le dijo Belove a Song —¡Tramposa!

—¡Eso no es cierto! —contra atacó Song. Belove tomo los dados y se los lanzo a Belove, pero estos golpearon a Freen, todos comenzaron a reír —¿Que es tan gracioso? —tomó una de las fichas y se las tiro a Nam —¡Ey!

Nam tomo las fichas haciendo que estás golpearan a Becky, comenzando una guerra entre ellos. Pasaron de tirarse fichas a tirarse los cojines que estaban en los muebles.

En un golpe que le dió Saint a Becky, está tropezó cayendo sobre Freen —¡Montonera! —gritó Song y todos comenzaron a subirse sobre ellas —No respiro —dijo a duras penas Freen.

Pues ella era la que estaba siendo aplastada por todos, todos se fueron bajando —Ey, no te bajes todavía.

—¿Pero no que te estaba ahogando? —dijo con una ceja alzada —Si eres tú la que me está ahogando no hay problema.

—Uuuuuh, mejor nos vamos, somos el mal tercio —las gemelas fueron a la cocina —Mamá, ¿Podemos invitar a Lauren y Gaby?

—Si, pero quiero que las puertas de sus habitaciones permanezcan abiertas —advirtió.

Los chicos asintieron y se fueron. La Omega seguía sobre la alfa, pero su cabeza permanecía en el pecho de esta. Becky no podía evitar relajarse, le encantaba el olor a tulipanes de desprendía de ella.

Freen dejo un beso en su cabeza mientras la abrazaba —Te quiero —dijo, Becky levantó el rostro —Yo también te quiero —besó su barbilla —Mucho —ahora dejo un beso en sus labios.

—Pero dame uno bien —se quejo Freen —¿A ver? ¿Cómo es eso? —sonrió.

Freen la tomo de las mejillas y la acercó a su rostro, primero mordió su labio inferior para luego comenzar a besarla. Recorrió la comisura de sus labios con su lengua, Becky concedió aquel permiso y la lengua de Freen no tardó mucho en entrar.

Aquel beso se estaba tornando un poco más brusco y apasionado. Pero se vieron interrumpidas por una llamada. Becky sonrió  dejando un último y pequeño beso en los labios de Freen para levantarse —Siempre interrumpen.

Dijo de mal humor la alfa —Quizas es por algo —rió. Freen tomo su celular y contesto la llamada —¿Si?

—Freen, ¿podrías venir a mi apartamento? Hay unos papeles que tienes que firmar y son urgentes.

—Está bien, iré ahora.

—Okey.

Freen corto la llama y miro a Becky —Debo irme.

—Pero son las siete de la noche.

—Es importante, no tardaré. Volveré rápido, ir y venir.

—Está bien —dejo un beso en sus labios —No tardes o cenaras sola —sonrió —No serías capaz.

Becky elevó los hombros —Pruebame.

(...)

En otra parte Heidi estaba sentada en su sofá mientras miraba sus exámenes —Positivo —sonrió —Fue un asco, pero por lo menos me diste una idea mejor. Freen no tiene porqué saber que no es su hijo. No tiene porqué saber que no fue ella quien me golpeó.

Se levantó de su lugar y se fue al baño, dónde cubrió el golpe que tenía en el rostro —Haré lo que sea, pero no me quedaré en la pobreza.

Media hora después Freen se encontraba tocando el timbre de la casa de Heidi. La Omega no tardó mucho en abrir —Lo haremos rápido —Freen no captó la doble intención en sus palabras.

—Entre más rápido mejor.








La Niñera De La Familia Sarocha [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora