"Lunático, el maldito gato de Lovelace no me deja en paz"
"Amelia, a Roneo le cae mal Sirius, eso definitivamente es una señal de que me aleje de él"
En donde el gat...
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El día de volver a clases llegó antes de lo pensado, habían dejado a Dafne ir con sus hermanos a la estación, los había "aparecido" en dos viajes dejando primero a Baco y luego a Calix.
Amelia viajaría en el autobús noctámbulo, por lo que no la encontraría en el tren, ella aprovecho de buscar a Xeno y Pandora pero no los encontró. Siguió vagando por los pasillos hasta que encontró a John Abbot y a otros de Hufflepuff, en realidad, muchos de Hufflepuff, con ellos se fue en el vagón, fue divertido socializar con más personas, la rubia no recordaba cuándo había sido la última vez que había hablado y reído con personas que no fuesen cercanas a ella.
La primera vez que había visto a los Thestral a inicio de año, fue una experiencia algo ...extraña, le recordaba que su abuela había muerto al lado de ella, ahora que los veía otra vez con mayor atención se dio cuenta de que los animales tenían una extraña belleza, le recordaba un poco de una forma extraña a la arquitectura gótica ¿seria que eran oscuros? ella no lo sabía, la chica pensaba que las bestias tan parecidas a un caballo encajaría bien en un cementerio muggle.
Sin poder evitarlo estiró la mano para tocar el hocico del animal, quien se inclinó a su toque, los ojos tan extraños que tenían miraban a la chica, no entendía como muchos ignoraban su existencia, los animales respiraban, se veía su respiración en el invierno ¿porque los había ignorado tanto tiempo? daban miedo, ella lo admitía.
—¿Qué estás haciendo?
La chica se sobresaltó al escuchar la voz de Sirius Black tan cerca de su oído, ella no lo había escuchado llegar.
—me asustaste, ¿no los ves?
Sirius negó, viendo el punto que Dafne miraba, sin ser capaz de observar nada.
—¿ver que?
—Thestrals
La chica se giró a mirar a Peter quien estaba un poco más alejado, mirando con desconfianza a los animales.
—¿los ves?
El rubio asintió, mirándolos con asco y desconfianza.
—vi a mi padre morir a los ocho, siempre los he visto
