"Lunático, el maldito gato de Lovelace no me deja en paz"
"Amelia, a Roneo le cae mal Sirius, eso definitivamente es una señal de que me aleje de él"
En donde el gat...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dafne se levantó antes que llegaran sus hermanos desde Londres, se levantó antes de que su padre lo hiciera, y su hermana empezara a crear desorden, así que una vez que se cambio el pijama, se puso a hacer el desayuno, no podía enojar a su padre, no después de lo que había hecho el dia anterior.
La chica escuchó la habitación de abajo abriéndose, y vio a salir a su padre, ella se percató de que era lo que no querían decirles por carta, su padre había perdido la pierna izquierda, desde más arriba de la rodilla, y que se le sumaba ahora a los dedos que había perdido hace algunos años de la mano derecha. Dafne no se preocupó, él hablaría cuando lo necesitara, ya había sobrevivido, su padre solo se molestaría si ella hacía preguntas estúpidas.
—¿cómo llegaste? ¿dejaste a tu madre y hermanos en Londres?
—aparecí, madre insistió en pasar la noche en una posada y que vinieramos en Ferry, no pude convencerlos ¿por que la dejaste ir de todos modos? es peligroso, soy mayor de edad, puedo cuidar a mis hermanos, ella no era necesaria
Su padre se sentó en la silla de la cocina, mientras ella le servía huevos revueltos y salchichas, junto con una taza de té.
—insistió, quiere sentirse útil
—no se podrá sentir útil si está muerta padre
La chica se sentó en frente del hombre de cabello claro, ella lo había heredado de él,pero ella lo tenía más claro, Dafne había nacido con el cabello de un color rubio casi blanco, en el resto no se parecían demasiado, la chica había heredado los ojos de su madre, aunque parecían más cafés (como los del abuelo) que verdes la mayor parte del tiempo.
—no seas tan dura con ella
Dafne no levantó la mirada de su plato
—está arriesgándose ella, está arriesgando a sus hijos, las cosas son difíciles afuera, usted debe saberlo padre —Dafne miró de reojo a la muleta apoyada en la cocina
La chica sintió una risa de su padre, lo que la obligó a mirarlo, el hombre había dejado de comer para mirarla, con esa mirada que le decía que debió haber cuidado su boca.
