Capitulo [17]

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Seokjin llegó llorando dos días después.

Hoseok estaba cortándole las puntas del cabello a Jimin cuando la puerta de entrada fue abierta estrepitosamente, y un descontrolado y sollozante Seokjin apareció, con Taehyung n detrás. De forma inmediata, el omega mayor dejó las tijeras a un lado y fue hacia su cachorro, agarrándolo de las mejillas. Jin lo abrazó por la cintura, pegándose a él como si tuviera cinco años.

—Jinie —le dijo, su voz tan preocupada—, ¿qué ha pasado, cariño?

Seokjin lloró con más fuerza y Taehyung bajó la vista, culpable. Jimin movió las manos sobre su regazo, luciendo temeroso.

—Fue Jungkook —explicó Taehyung —, las clases terminaron y yo fui al baño, y Jungook lo aprovechó para acorralarlo.

El omega sorbió por su nariz y Hoseok le hizo un gesto a Taehyung para que fuera al baño a buscar papel higiénico. Luego, Hoseok llevó a su hijo al sillón, sentándolo a su lado, y quitó el rastro de lágrimas de su rostro con suavidad, usando sus dedos.

—Me... me di-dijo que... que estaba harto de que yo lo ignorara —hipó el omega—, y... y que más me valía que volviera con él porque... porque si no, iba a... a enojarse mucho y me pegaría...

—Oh, Jinie —murmuró Hoseok, agarrando a su hijo de la nuca y empujándolo contra su hombro, oyendo su llanto aumentado.

Taehyung apareció y le entregó el papel higiénico, pero Hoseok dejó que su hijo llorara un rato más contra su cuello, encima de su glándula de feromonas. Recordaba que cada vez que cualquiera de sus cachorros se sentía mal, dejar que olisquearan esa zona los calmaba más rápido. No importaba si su playera quedaba empapada en lágrimas y mocos.

Una vez Jin pareció tranquilizarse un poco más, Hoseok lo soltó. El omega se alejó unos centímetros.

—No lo quiero —le dijo, su voz temblando—, no... no quiero e-estar con él, nunca más. Yo... yo le dije eso, y él me dijo que... que no importaba, que cuando me marcara, lo... lo volvería a querer. I-incluso sugirió que debía hacer lo... lo que Park hizo con Jimin.

—¡Kook es horrible! —soltó Jimin, poniéndose de pie a pesar del corte irregular de sus puntas—. ¡Lo voy a patear!

—Estuve a punto de golpearlo —dijo Taehyung, su voz baja—, pero... pero no quería meterme en problemas, quizás papá volvería a enojarse por eso...

Hoseok sabía que era cierto, así que, en el fondo de su corazón, agradeció que su hijo mayor no hubiera perdido los estribos. Aunque también sentía muchas ganas de que le hubiera dado un golpe.

Santo dios, ¿cómo Jungkook era capaz de eso? Hoseok lo invitó varias veces a su hogar, lo conocía desde pequeño, e incluso meses atrás se había acostumbrado a que sería su yerno en el futuro. ¿Cómo era posible que ahora... ahora actuara de esa forma tan horrible y odiosa? Hoseok sintió la amargura golpeándolo, porque sabía que el alfa sólo estaba mostrando su verdadera cara.

—Quedan sólo unas semanas de clases —le dijo Hoseok, haciendo sonar la nariz de su hijo contra el papel higiénico—, luego, no le verás más.

—No quiero volver a clases —gimoteó Seokjin—. ¡Quiero cambiarme de colegio, con Jimin! ¡Los tres deberíamos cambiarnos!

—¡O mejor! —saltó el menor de los hermanos—. ¡Deberíamos irnos los cuatro de aquí, para siempre!

—¡Jimin!

Su hijo menor se sobresaltó ante el grito de Hoseok, con su pelo humedecido y largo, medio desastroso por el corte a medias. Bajó la vista con una expresión de culpabilidad. Taehyung parecía algo desorientado, mientras que Seokjin parpadeaba con confusión.

Four Seasons               [NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora