Capitulo [27]

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Taehyung no dejaba de moverse por el pasillo, con el ceño fruncido mientras Jimin, sentado en una de las sillas, balanceaba sus pies. Hoseok sonó la nariz de Ryujin.

—¿Cuánto puede tardar? —preguntó Taehyung, un poco demasiado fuerte.

—Media hora, Taehyung. Seokjin entró hace diez minutos —contestó Hoseok.

Taehyung no parecía satisfecho con la respuesta, pero decidió callar. Su hermano menor tampoco se veía muy convencido en ese lugar, sin embargo, no dijo algo. Mamá parecía demasiado concentrado en que Ryujin estuviera bien, considerando que acababa de salir de un resfrío demasiado fuerte.

Recién dos días atrás el resfrío de Ryujin pareció amainar un poco, al igual que el doloroso celo de Hoseok. El omega tuvo que reprimir esos días de calor para cuidar de su pequeña cachorrita, y se notaba en esas marcadas ojeras que le había cobrado la cuenta. Ese día fueron todos al hospital donde Hoseok pidió las horas para el psicólogo con sus cachorros, y Seokjin fue quien quiso ir primero.

—Deberíamos haber entrado todos juntos —volvió a decir Taehyung.

El mayor lo pensó también, pero luego decidió que no era una buena idea. Si el psicólogo les preguntaba algo sobre su padre, los tres dirían cosas distintas y se pondrían a discutir. Primero quería una opinión general del hombre y recomendaciones para ir con un psicólogo especialista en terapia familiar. Si debía pagar por ello, Hoseok estaba dispuesto a hacerlo.

— Taehyung, no seas tan sobreprotector —dijo Hoseok, con voz suave—, Jin estará bien.

—Pero mamá...

—¡Deja de pasearte! —habló Jimin—. Pones nervioso a mamá, y de paso a mí.

Taehyung arrugó los labios en clara señal de estar en desacuerdo, pero terminó por ceder. Ryujin estornudó y Hoseok volvió a limpiarle la naricita.

—Deberías descansar, mamá —dijo Taehyung repentinamente—, mañana podría faltar al colegio mientras tú duermes, y yo cuido de Ryujin.

—TaeTae... —suspiró Hoseok—, no es necesario, de verdad. No es la primera vez que debo cuidar de un niño enfermo —sonrió de lado—. Tú también eras muy enfermizo cuando cachorrito, te la pasabas en cama.

—Fingía —replicó Taehyung —, para quedarme contigo y que me cuidaras.

Hoseok soltó una risa ante la confesión mientras que Jimin arrugó el ceño.

—Claro que lo sabía —el omega le pellizcó la mejilla a su hijo mayor—, a tu padre le hacía mucha gracia como fingías para quedarte conmigo.

Taehyung puso mala cara ante la mención de Namjoon, pero no dijo nada porque su hermano menor le dio un codazo en el costado. No pasó desapercibido para Hoseok, sin embargo, agradeció el gesto silenciosamente.

—Estaba celoso de Jimin y la atención que le dabas —admitió Taehyung, haciendo un puchero.

—Todos estaban celosos de Mimie —dijo Hoseok—, hasta tu padre.

—Soy demasiado adorable y merezco atención —saltó Jimin, orgulloso.

Mientras, al otro lado de la puerta, Jin miraba por la ventana, en tanto el alto hombre escribía un par de cosas en su cuaderno. Se había presentado como Brad Fox, un alfa de piel oscura, cabello negro y ojos cafés. Cuando hablaba, sus dientes blancos brillaban con fuerza.

¿Cómo definirías la relación con tus padres? —preguntó Brad, tranquilo y recostándose contra la silla.

A Jin se le hacía algo extraño que el psicólogo fuera un alfa. Primero, porque en Corea la carrera de psicología era un área poco explorada, y segundo, porque si se estudiaba, solía ser liderada por omegas de familias privilegiadas que podían pagarla. Jin se veía relajado, amable y confiable.

Four Seasons               [NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora