El celo fue doloroso para Hoseok, y se sintió mucho peor por la obligación de reprimir a su omega. En esa ocasión, dos terribles factores le jugaron en contra: el primero era que no consumió algún supresor que le ayudara a aligerar los dolorosos calambres en su vientre; el segundo, y peor, era que su omega se revolvía por la cercanía de Namjoon.
Si hubiera estado solo, quizás no habría sido tan terrible. Podría haberse hecho bolita, lloriquear y gimotear por su alfa. Sin embargo, Taehyung se había decidido a no dejarle sin compañía, y por lo mismo, no podía siquiera nombrar a Namjoon.
Jin se la pasó preocupado por él, además. Como ya sabía que su padre se encontraba en New York, entendía mucho mejor su actuar durante el celo y trataba incluso de que Taehyung no se preocupara tanto. Su hijo mayor estaba algo alterado al ver que el celo se alargó más de lo normal, pues esos dos años no le duraba más de tres días. Este le duró cinco. Hoseok se la pasó afiebrado, adormecido la mayor parte del tiempo y algo delirante cuando estaba despierto.
Su omega sólo podía pensar en Namjoon. Rememoraba su aroma, esas manos tocándolo con suavidad, sus ojos brillantes posados en él y esa hermosa sonrisa de corazón que tenía encima. A veces, incluso recordaba los dientes del alfa encima de su marca, reafirmando un hecho que fue, durante años, innegable para él: Hoseok era el omega de Namjoon. Esa parte sensible, frágil e incluso débil de él se moría por volver a serlo. Por lo mismo, los sueños cuando dormía estaban inundados de Namjoon. Namjoon. Namjoon.
Para cuando el celo aminoró y despertó, ya era miércoles a mediodía. Taehyung no se encontraba, pues recordaba haber despertado más temprano, a las ocho, y haberlo mandado al colegio. Su hijo se quejó y alegó, pero al final no le quedó más remedio que ir cuando Jin también intervino. Hoseok le aseguró que el celo ya estaba pasando y estaría mejor en un par de horas, y sólo con eso, el alfa se marchó.
Ryujin, a su lado, también dormía. Su cachorrita no durmió con él esos días por comodidad y ahora se encontraba acurrucada, casi pegadita a su costado. Num también estaba durmiendo en la cama y observó unos segundos al gatito, mirando el pequeño lacito que le pusieron alrededor de su cuello. Era de color negro.
Casi de manera automática, sin pensarlo demasiado y con su corazón apretado, agarró su móvil y buscó un contacto. Podía mensajearlo, claro, pero Hoseok no quedaría satisfecho con eso.
Él necesitaba consuelo. No era sólo su omega, sino él completo quien lo necesitaba. ¿Eso lo volvía un tonto? Puede que sí.
Su celular marcó tres veces antes de que contestara.
—¿Hoseok?
La voz de Namjoon, al otro lado de la línea, era suave y también cansado. Hoseok ya podía imaginarse por qué.
—Namie.
El apodo brotó de sus labios con facilidad, tanto que casi no se dio cuenta. A él siempre le gustó mucho llamar a Namjoon por dulces apodos cariñosos, aunque no fuera bien visto por la sociedad coreana. Un omega le debía respeto a su alfa y no tratarlo con tanta confianza.
Namjoon no respondió al otro lado de la línea de manera inmediata. Parecía haberse quedado sorprendido tanto por su llamada como por la forma en que le habló.
—¿Tu celo se ha calmado? —preguntó Namjoon finalmente.
—Sí —Hoseok suspiró y se acurrucó con las mantas—, fue largo. Yo... —titubeó un segundo—, gracias. Por haberme traído a casa y... y quedarte conmigo. Y por no hacer nada...
—No debes agradecerme nada —Namjoon habló con seriedad—, es lo que mínimo que podía hacer, Hoseok. Es lo que siempre tuve que haber hecho por ti.
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Four Seasons [NamSeok]
FanfictionDonde Hoseok es un omega típico que sólo se dedica a su esposo y a sus hijos. Pero su sueño de una familia feliz se rompe cuando ve que ha estado luchando por un amor que ya está roto desde hace mucho, mucho tiempo. Esta obra fue escrita por @Hobi...