Capitulo [36]

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capítulo original fue escrito por solarxido

Ryujin se deslizó por el tobogán del parque infantil que habían habilitado para los más pequeños en el centro comercial. Se divertía trepando por las cuerdas y gateando por el interior del túnel a pesar de que, con mucha frecuencia, miraba en dirección a su mamá, como para asegurarse de que seguía allí, observándola.

Ryujin, feliz porque su mamá le había dado permiso para jugar, era totalmente ajena a lo que sucedía entre Hoseok y aquel alfa que la ayudó minutos antes. Los dos adultos estaban sentados al pie de las escaleras, solamente les separaba una pequeña distancia, pero ambos evitaban mirar al otro.

Hoseok se encontraba en estado de shock, asimilando que quien estaba a su lado no era sino Namjoon, su marido, su alfa al que abandonó. En todo ese tiempo no había abierto la boca, aunque tampoco era como si pudiera. Estaba siendo preso del miedo, sin saber qué hacer o qué decir porque su cerebro parecía haberse desconectado de todo.

Namjoon, en cambio, lucía igual de despavorido que antes, casi aterrorizado. Quería hablar con Hoseok, decirle muchas cosas: pedirle perdón ahora que tenía ocasión de hacerlo, expresar cuánto lo echó de menos, cuánto le quería... Pero sus labios estaban sellados, convencido de que no merecía decirle ninguna de esas cosas.

—¡Mamaaaaaaá! —llamó Ryujin, saludando a Hoseok desde lo alto de la cuerda.

Hoseok se forzó a sonreír, alzando la mano también. De manera fugaz, echó un rápido vistazo a Namjoon, quizás para comprobar que estaba ahí y era real. Había adelgazado mucho, su rostro se veía cansado, con ojeras y los pómulos muy marcados. Muchas veces se preguntó cómo luciría su alfa después de esos casi tres años, pero verlo con sus propios ojos lo dejó turbado, incapaz de reaccionar.

—Es una niña muy bonita —dijo Namjoon de pronto, rompiendo aquel tenso silencio que se instaló entre ellos desde que se reencontraron.

Hoseok se puso rígido. La voz de Namjoon le golpeó sin previo aviso, sintiéndose aún más aturdido. Quería irse, encerrarse en su casa y pretender que nada había ocurrido. Que Namjoon no estaba en Nueva York, ni que se encontraron por una broma cruel del destino. Sin embargo, sus piernas estaban clavadas en el suelo, inmóviles.

Namjoon miraba a la niña, preguntándose si ella era su... su.... De solo pensarlo, notó que temblaba todo su cuerpo. O si, por el contrario, Hoseok rehízo su vida con otro alfa. Su olor había cambiado, pero no detectó ningún rastro de alfa en Hoseok. Por un lado se sintió aliviado, pero al mismo tiempo, se reprendió por ello. Hoseok tenía que ser feliz y estar con un alfa que lo protegiera y lo cuidara, algo que él no pudo hacer.

Desvió la mirada hacia Hoseok, viendo lo hermoso que era, incluso más de cómo lo recordaba. Realmente quería decirle que estaba hermoso, pero de nuevo, se contuvo. Era obvio que Hoseok no quería cruzar palabra con él, y lo entendía, pues ese reencuentro no tendría que haber sucedido jamás. A él le bastó ver a sus cachorros sanos y felices, y si Hoseok no quería hablar con él, estaba en todo su derecho. Aun así, no podía irse sin más. No ahora que lo tenía a unos pocos centímetros de él. Necesitaba desesperadamente expresar en voz alta todo lo que llevaba dentro. Sin embargo, recordó el motivo por el cuál él estaba allí, en Nueva York. Tenía que explicarle por qué se encontraba en la ciudad antes de que se hiciera una idea equivocada, pues lo último que quería era que Hoseok pensara que lo iba a traer de vuelta a Corea.

—Luego de que te fueras —empezó, titubeante—, la policía llamó a mi puerta pocos días después. Me contaron la situación, y era obvio que sospechaban de ti. No tenían pruebas, pero todo era anómalo: un omega saliendo del país con sus cachorros y sin la compañía de su alfa... No les gustaba eso —contó, viendo a Ryujin jugar con otra niña que encontró en el parque—. No se fiaban de mí, a pesar de que les dije en repetidas ocasiones que yo te había dado el permiso para irte —a su lado, Hoseok ahogó una exclamación, pero permaneció en silencio—. Tuve que inventarme un montón de excusas, ya sabes... Un omega viviendo lejos de su alfa siempre es motivo de alarma. También interrogaron a tu amiga varias veces, pero no tomaron muy en serio su testimonio. La policía insistió muchas veces en que me ayudarían a traerte de vuelta, que sólo tenía que poner una orden de arresto contra ti. Eran realmente molestos.

Four Seasons               [NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora