Capitulo [39]

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Hoseok tardó unos segundos en procesar lo que su hijo le había dicho, antes de abrir los ojos gracias a la sorpresa.

Adrienne. Embarazada. Oh, Dios.

La impresión fue incluso peor que si Taehyung se hubiera enterado de que su padre estaba allí en Nueva York. Ni siquiera sabía cómo tomarse esa noticia, porque no tenía forma alguna de prepararse o anticiparse. ¿Qué debía hacer en un caso así?

Miró a su hijo detenidamente, comprendiendo ahora por qué esos últimos días había estado distanciado de ellos.

—Cuéntame qué pasó —pidió con calma.

Taehyung procedió a relatar todo desde el inicio, es decir, desde la fiesta de cumpleaños hasta su pelea con Adrienne por querer abortar.

—Sólo lo sabe Jin —añadió en voz baja.

Hoseok lo escuchó con atención y sin interrumpirle. Tenía muchas cosas que decir al respecto, pero intentó poner un poco de orden en su cabeza.

El primer impulso era regañarlo, era claro, pero el omega no se sentía con fuerzas para eso en aquel momento. Sabía que el regaño sólo serviría para hacer sentir peor a Taehyung, que parecía a punto de llorar frente a él. Así que sólo lo abrazó, soltando su aroma materno, y quizás eso fue suficiente para que su hijo se quebrara y rompiera en lágrimas.

—Ya, está bien, cachorrito —le susurró, cariñoso—, no estoy enfadado, ¿vale? No estoy enojado.

—No quería... no quería de-decepcionarte —sollozó Taehyung.

—No, ¿qué dices? —Hoseok le acarició el cabello—. Tampoco estoy decepcionado. Tal vez un poco triste, pero no decepcionado.

—Mamá...

Taehyung sólo lloró otro momento, con Hoseok consolándolo a pesar de que ya fuera tarde y estuviera cansado. Él sabía que a su hijo mayor le tuvo que haber costado demasiado agarrar el valor necesario para hablarlo, e iba a respetar ese espacio que él buscó para contarle lo que pasaba con su vida. En especial, que fuera capaz de confesarle lo que estaba ocurriendo con su novia y esa situación en particular.

Hoseok no se lo había esperado para nada. Es decir, él podía imaginarse que Taehyung inició su vida sexual, pero no creía que debía preocuparse por eso. Su hijo mayor era el más responsable de los tres (Ryujin no contaba, porque era una bebé todavía) y también tuvieron la conversación cuando empezó a salir con Ghislaine. Él se preocupó de que Taehyung supiera sobre los métodos anticonceptivos y la necesidad de usarlos.

Aunque tal vez sí fue su culpa. De los cuatro cachorritos, siempre se preocupó un poco menos de Taehyung porque era el mayor y, además, el alfa. Era el que maduró más rápido y quien tuvo que hacerse cargo como alfa de la manada. Incluso en Corea, fue el mismo Taehyung quien marcó una línea de privacidad cuando empezó a crecer. No quería que mamá fuera pegajoso con él, ni mucho menos lo tratara como un bebé en la secundaria. Por supuesto que las cosas cambiaron cuando llegaron a Estados Unidos, pero allí también Jimin no se permitía ser débil. No le gustaba llorar frente a los demás y a Hoseok le recordaba tanto cuando Namjoon trataba de hacerse el duro al ver insectos o cuando iban al zoológico y entraban a la sección de reptiles.

Los defectos de los hijos son los fracasos de los padres, decía el dicho, y Hoseok lo sintió con mucho dolor en su corazón.

Hoseok no quería que Taehyung siguiera los pasos de Namjoon, ni mucho menos los de él mismo.

—¿Mucho mejor? —le murmuró Hoseok cuando sintió que su llanto se calmaba, y Taehyung asintió con la cabeza, sin separarse demasiado de él—. ¿Quieres un té?

Four Seasons               [NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora