Capítulo Dos

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Esa noche se sentía inquieta, ver a Hina después de tanto tiempo, muchas veces se topó con ella cuando fue marine, después de todo compartían el mismo rango, gracias al duro entrenamiento que recibió de Garp desde muy joven fue una de las mujeres más jóvenes en convertirse en contralmirante, pero para ella Hina era un ejemplo a seguir, sus personalidades son bastante opuestas, pero al momento de atacar ambas eran mujeres de temer, siempre se encontró más parecidas con Tashigi en cuanto a personalidad, y aunque no le molestaba, le hubiese gustado ser más firme como Hina, así sus subordinados la hubiesen respetado más.

Se sentó en la cama, sintiéndose estúpida por pensar en el pasado de esa forma, se levantó con cuidado de no hacer ruido y así no despertar a su compañeras, salió a cubierta y se abrazó a sí misma, la brisa marina logró erizar su piel, era una noche helada con un cielo despejado y cubierto de estrellas, fue hasta la cocina en busca de algo para comer, pero no encontró nada.

Maldito Luffy, maldijo internamente, el debió comerse lo que quedaba en la despensa, pero ella sabía perfectamente donde Sanji guardaba el resto para que el capitán no se lo comiera todo de inmediato, sonrió divertida y bajó hasta la bodega.

Estaba por entrar a la habitación donde guardaban las provisiones, pero su mano quedó congelada en el pomo de la puerta, sintió un cosquilleo en la parte baja de su vientre al escuchar aquellos gemidos, su cuerpo entero comenzó a temblar de inmediato, no estaba asustada ni alterada, ella se estaba excitando de solo escucharlo, mordió su labio ansiosa, ¿Debía interrumpir? Quizá le podía dar una mano, sabía que la guardia de esta noche era de Zoro pero no imaginó que lo encontraría masturbandose en la bodega del barco.

Escuchar sus roncos suspiros de placer lograban humedecer sus bragas de una manera indecorosa, sonrió decidida y abrió la puerta dispuesta a ayudarlo, pero no esperaba encontrarse con tal imagen frente a ella, de rodillas en el piso y con el pene del peliverde en la boca estaba el cocinero.

Parece que alguien llegó antes y fue más rápido para ayudar al espadachín.

Aun así, su retorcida mente no encontró nada malo con la escena frente a ella, de hecho, fue aún más excitante, su camisón le estaba incomodando porque la dureza de sus pezones estaba implorando atención urgentemente. Ambos al verla en la puerta se separaron inmediatamente, completamente sonrojados y apenados.

- No - Su voz sonó tan diferente a lo habitual, ronca teñida de placer - No paren.

- Mizuki-chin - Se levantó Sanji - Te lo podemos explicar.

- No quiero explicaciones - Lo miro seria - Quiero que sigan - Sentenció firme - Parecían estarse divirtiendo - Les dedico una sonrisa ladina -

La duda cruzó por la cara de ambos, no podían negar que querían continuar con lo que había empezado hace muy poco, pero ¿Ella hablaba realmente en serio? ¿No los juzgaría? la vieron tomar asiento en el mueble a unos cuantos metros cerca de ellos, se miraron entre si sorprendidos ¿Ella quería mirar?

- Prosigan por favor.

No se parecía en nada a la dulce y risueña Mizuki que ellos conocían, la mujer frente a ellos tenía una aura firme y dominante, ella mantuvo su vista en Zoro, retándolo a tomar las riendas de la situación, este sonrió de lado y en un rápido movimiento tomó del cuello al rubio y lo acercó a su rostro para besarlo con fuerza, ella gimió levemente extasiada, levantó su camisón de noche por sobre sus muslos, y se comenzó a masajear por encima de sus bragas, ya sentía el calor y la humedad en la zona.

Zoro volvió a bajar sus pantalones, ella suspiró feliz, el miembro del peliverde era todo lo que había soñado, grueso y del tamaño ideal para dejarte deseando más, el rubio cayó de rodillas nuevamente y continuó el trabajo que fue interrumpido por la mujer, ella lo observó descaradamente, él debía ser muy bueno con la boca para poder lidiar con semejante bestia, se lo imaginó en su propia boca y cerro sus ojos extasiada, mientras los gemidos del espadachín sonaban en la habitación y vibraban en el cuerpo tanto de Sanji como de Mizuki, ella corrió aun lado su braga y comenzó a acariciar suavemente el nudo de nervios.

D O S - Zoro x OC x SanjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora