Capítulo Diez

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Habían dado con una isla desierta, con un clima primaveral perfecto para descansar y darse unas pequeñas vacaciones, a Franky se le había ocurrido la idea de hacer una barbacoa y todos estuvieron de acuerdo,  junto con Sanji se mantuvo en la parrilla ayudándolo con la comida, mientras el resto de divertía a la orilla del mar, Nami y Robin estaban tomando sol en sus reposeras, Luffy estaba tratando de quitarle un poco de carne al rubio, Chopper, Usopp y Mizuki se encontraban nadando en el agua, la mujer sostenía el flotador del renito cerca de ella para evitar que la corriente se lo llevará muy lejos, después de todo por su fruta del diablo no podía nadar. Tanto Jimbe como Zoro estaban sentados cerca de la orilla observando a sus compañeros mientras bebían sake, el rubio los llamó comer y todos se acercaron para disfrutar de la excelente parrillada del cocinero, Brook caminó tranquilo hasta la orilla para recibir a Mizuki con su sombrilla, y así evitar que el sol dañará su pálida piel, y juntos fueron hasta donde estaba el resto de sus compañeros sentados comiéndo.

Disfrutaron una tarde de juegos y relajación , pocas veces tenían este tipo de oportunidades dónde podían estar tranquilos sin pensar en cómo derrotar a un enemigo o escapar de la marina, la noche llegó y algunos se quedaron sentados frente a la fogata que armaron Usopp y Luffy, y otros volvieron al barco para descansar. Mizuki subio a darse un baño, quería quitarse la arena y el agua del mar de su cuerpo, estaba sentada en la bañera para poder relajarse mientras disfrutaba de la calida agua, no podía sentirse más cómoda con su vida como en estos momentos, Luffy estaba a poco de convertirse en el rey de los piratas algo dentro de ella lo podía asegurar, se sentía cada día más fuerte y apta para acompañar a su capitán en su travesía para alcanzar su sueño, y además, estaba junto a las dos personas que le robaban sus suspiros, cerró sus ojos feliz, nunca se había sentido tan completa como en este momento.

Pasó las manos por su cuerpo, sus pechos y pezones estaban sensibles, según su calendario debía estar entrando en fase de ovulación, era entendible entonces el porque se sentía más acalorada y excitada de lo normal. Tiró las puntas de sus pezones y descanso su cabeza en el borde de la bañera, mientras su otra mano seguía el recorrido por su cuerpo desde su cuello, pasando por su abdomen hasta llegar a su clítoris, el cual masajeo y acarició de la forma en la que a ella le gustaba, preferiría mil veces que fuese la lengua de alguno de sus hombres, pero por el momento sus dedos tendrían que ser suficientes. Cerró sus ojos para enfocarse en su placer y en las imágenes que volvían con fuerza su cabeza cuando se encontraba caliente.

Le gustaba mucho cuando Zoro era el dominante, escuchar los gemidos de dolor y placer de Sanji era una de sus cosas favoritas en el mundo, pero había algo que superaba eso por poco, y era el Sanji dominante, aquel que era controlador más no agresivo, podría gatear detrás de él amarrada a una cadena en su mano si el se lo pidiera, pero era un hombre decente, que hasta media la fuerza en sus manos para no dejar marcas en su cuello cuando la ahorcaba, introdujo un dedo a su vagina al revivir esos momentos junto a ellos, ella sobre el rubio mientras este se hundía con fuerza y hasta el fondo en su interior, mientras apretaba su cuello, al mismo tiempo que Zoro llenaba su boca con gran pene, tiró su pezon, pero había algo que incluso la excitaba más que Sanji tomándola a ella, y era que actuará de esa forma con Zoro, aquel hombre casi imperturbable, tratando de guardar sus gemidos producto de las estocadas profundas del cocinero, un segundo dedo se colo en su interior para rozar aquella parte rugosa que la hacía correrse cada vez que ellos la tocaban, mordió sus labios evitando gemir, pero es que el recuerdo de Zoro boca a bajo, siendo penetrado sin control por Sanji, mientras ella se masturbaba frente a ellos era una imagen que atesoraria por siempre. Se tapo la boca para evitar gritar al momento de llegar al orgasmo.

- ¿EroCook tú le diste permiso para que se tocara sola?

Abrió sus ojos para encontrarse con ambos hombres semidesnudos, cubiertos solo con una toalla en su cadera, la estaban mirando con los brazos cruzados, tenían una postura de molestia pero en sus ojos podía notar cuán calientes estaban, además claro, de su notaría excitación bajo la tela blanca.

- No he otorgado ese permiso marimo ¿Crees que deba ser reprendida por eso?

- No creí que algún día estaría de acuerdo contigo - Sonrió con malicia a la peliblanca - Hoy te has excedido mujer

-¿No tienes nada que decir al respecto?

- Estoy tan caliente que no me importa el castigo que me impongan - Se puso de pie para enfrentarse a ellos - Los necesito dentro de mi ahora mismo.

D O S - Zoro x OC x SanjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora