Epílogo

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- Papi - Grito entrando a la cocina molesta - Ryuu no me deja entrenar tranquila - Se sentó de mala gana en la encimera, cerca de la tabla de picar donde él estaba trabajando -

- Sora-chin, mi vida ¿Cuántas veces te he dicho, que debes usar las sillas? - Dejo de cortar la manzana y la miro con el ceño fruncido -

- ¡Tienes razón papi! - Sonrió ampliamente -

Se bajo de la encimera de un salto, tomo una silla y salió de la cocina dándole una patada a la puerta que llevaba al jardín, observo todo con la boca abierta.

- Papi - Lo llamo suavemente, esta vez Kuina, quien estaba pelando las manzanas - Ella no usara esa silla como tu se lo sugeriste - Comento con calma sin parar de trabajar -

Aun con cuchillo en mano salió rápidamente tras su segunda hija, aunque no llego a tiempo para detener el ataque de la rubia hacia su hermano pequeño, de un solo golpe reventó la silla en la pierna del chico, dado que antes de que impactara con su espalda el peliverde  giro rápidamente y lanzo una patada para evitar daños. Se enfrascaron en una pelea de puños, que los tenia rodando en la yerba de una lado a otro. Zoro los observaba de brazos cruzados y con media sonrisa en su rostro, cuando sus miradas se cruzaron la sonrisa se esfumo.

- ¿Por qué no los detienes marimo estúpido? - Le grito molesto -

- Están entrenando - Se encogió de hombros -

- Están peleando idiota - Se acerco al peliverde para enfrentarlo, clavo el cuchillo en el árbol junto al espadachín -

- Lo están solucionando a su manera - Alejo al rubio de un leve empujón -

- Eres un cavernícola que todo lo soluciona a golpes - Le devolvió el empujón con más fuerza -

- Cocinero de mierda.

Ambos se enfrascaron en una nueva pelea, y al igual que sus hijos, ambos se repartieron golpes un par de minutos.

- ¿Qué se supone que están haciendo?

La voz de la mujer logro detener ambas riñas en el segundo que ellos escucharon su voz, los cuatro se pusieron de pie, y de manera inmediata se ubicaron en fila para aceptar la derrota frente a la gran maestra final.

La peliblanca los estaba mirando con el ceño fruncido, estaba cargando con su brazo de metal un canasto con pescados frescos para Sanji, su otra mano estaba ubicada en su cadera, acentuando aun mas la postura molesta hacia su familia.

- ¿Se arrancaron la lengua los brutos? - Insistió a punto de perder la paciencia -

- Mamá - Soltó Kuina a su espalda - Llegas justo a tiempo para los bocadillos.

La peliverde canturreo feliz, mientras le ofrecía un pedazo de manzana picada a su madre en la boca, esta la miro confundida, pero aun así, lo recibió sin quejarse, su hija repitió el acto con sus padres y hermanos, los cuatro recibiendo la comida en la boca.

- ¿Y bien? - Dejo la canasta en el suelo y se cruzó de brazos -

- Ryuu no me dejaba entrenar - Hizo un puchero -

- Ella ya había entrenado, era mi turno con papá - Se quejo el chico - Deja de hacerte la tierna, no te resultara con mamá, ella no es débil como otros - Miro de reojo al rubio, que tenia los ojos con lágrimas -

- No soy débil, es solo que no puedo ver a mis niñas tristes - Abrazo a Sora por el costado y acaricio su cabello con ternura -

- Débil - Susurraron al mismo tiempo, Zoro, Ryuu y Kuina -

- Sora tu hermano también debe entrenar - Kuina recogió la canasta del piso y se fue a la casa nuevamente - Y tu Ryuu podrías entrenar con tu hermana también - Masajeo el tabique de su nariz
- ¿Podrían alguna vez conversar las cosas antes de golpearse?

D O S - Zoro x OC x SanjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora