Capítulo Nueve

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- Debes ser más silenciosa Ninfa - Susurro en su oído, embistiendola una vez más con fuerza -

La mujer mordió su hombro al borde de la locura, hoy le tocaba vigía a ella en la noche y fue sorprendida por sus dos nakamas, habían llevado los mismos implementos que ella usó con ellos la última vez en aquella isla de invierno. Sanji nuevamente empujó sus caderas y se enterró aún más profundo dentro de ella.

- Creo que tendremos que darle otro uso a esta cinta - Zoro bajo la cinta de los ojos de la mujer y la ubico en la boca de esta, ajustando el nudo para evitar que hablara -

Ella apoyó su cabeza en el hombro de Zoro, recostado todo su peso en el pecho de este, recién habían comenzando y ya estaba exhausta, ellos la llevaban al límite, y hoy siendo ella la sometida se sentía fuera de si, el peliverde paso su nariz por detrás de su oreja.

- Voy a enterrarme tan profundo en ti, que olvidarás hasta cómo hablar - Susurro el espadachín -

- Espega - Soltó como pudo, enderezandose un poco - Ngo - Volteo a ver asustada a Zoro -

Pero ese ya había introducido su pene en ella, está vez en su culo, definitivamente ellos estaban buscando destrozarla, y aún que por una parte se sentía emocionada por estás nuevas experiencias, sentía que se desgarraría por dentro, su vejiga se sentía tan presionada que estaba segura que se mearía en cualquier momento, cerro sus ojos absorbiendo el placer de tener dos grandes penes dentro de ella, luchando por un espacio en su cuerpo, Sanji beso sus pechos desesperado, mientras Zoro recorría su cuello con tranquilidad.

Una diferencia de conducta que la estaba volviendo loca, generalmente Zoro actuaba como el bruto sin piedad que los destrozaba a ambos, pero hoy específicamente Sanji estaba más rudo y controlador, ella quería tocarlos, sentir sus sudadas pieles bajo sus huellas dactilares, lloró de placer y frustración, la tenían esposada con las manos por detrás de su espalda, lo único que alcanza a tocar era el abdomen del peliverde, y no se quejaba aquel cuerpo trabajado era digno de una escultura, pero no podía hacer mucho. Estaba sentada sobre él, aunque quisiera no podía evitar lo profundo que llegaba en esa posición.

- ¿Que se siente que te tenga en esta situación Ninfa? - Mordió su pezón y lo tiró levemente -

- PogFavog - Sollozo -

- Hoy nuestro cocinero está de mal humor - Tomo su cabello con una sola mano y ladeo su cabeza para besar su cuello suavemente -

- J-ji - Asintió aún amordazada llorando de placer -

- No estoy de mal humor - Sostuvo las piernas de la mujer abiertas, mientras la seguía penetrando con fuerza - Pero - embestida - No sabía - La empotró a Zoro con rudeza - Que esto - Estocada - Era tan - Embestida - Embriagador - Cerró sus ojos extasiado de poder -

- Creo que tienes competencia - Susurro mordiendo su oreja -

Ella sintió como un nuevo orgasmo iba golpearla nuevamente, solo que este se sentía diferente tanta presión la llevo a explotar fuertemente, Sanji saco su pene justo cuando  de su vagina salió un líquido parecido a la orina ella continuo retorciéndose de placer sobre Zoro, el rubio volvió a penetrarla cuando ella acabo. ninguno de los dos aminoraron el compás de sus estocadas, el peliverde cubrió con su áspera mano su boca, evitando que ella siguiera intentando gritar, Sanji se corrió dentro de ella, el sentir su miembro hinchándose y temblar en su interior casi logra llevarla a otro orgasmo.

El cocinero salió de ella, y le bajó con fuerza la cinta en su boca para besarla con hambre y pasión, Zoro se levantó con ella aún dentro de el, sosteniendola de las piernas, le dió una profunda estocada, el rubio continuó besándola con una mano sobre el cuello de esta y la otra la nuca, empuñando sus cabellos en un intento desesperado de obtener más de ella, y evitando que elevase aún más la voz mientras Zoro la tomaba con brutalidad.

D O S - Zoro x OC x SanjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora